El nuevo recibo de la luz llega tras encarecerse la factura un 13%

El recibo de la luz va a experimentar cambios importantes a partir del 1 de junio. La publicación hace tan solo unos días de la orden que fija los precios de los cargos del sistema eléctrico y de los pagos por capacidad, junto a los precios de los peajes de transporte y distribución fijados por la CNMC en marzo pasado -todos ellos componentes regulados de la factura eléctrica-, permitirá la entrada en vigor de la nueva estructura del recibo de la luz a partir de esa fecha.

Comunicar a los consumidores los cambios que se van a producir no es tarea fácil. Lo más reseñable de la nueva estructura tarifaria es que introduce la discriminación horaria y supone una revisión y simplificación de las tarifas. Todos los consumidores con una potencia contratada inferior a 15 kW -principalmente domésticos y pymes- pasarán de tener seis tarifas a una sola (la 2.0 TD); se les facturará en base a tres periodos horarios diferenciados (punta, llana y valle), de manera que pagarán más o menos por la electricidad según la hora del día en que realicen sus consumos; y tendrán opción de contratar dos potencias diferentes a lo largo del día, siempre que estén por debajo de los 15 kW. El cambio será automático para los clientes con tarifa regulada (PVPC), mientras que los que estén en el mercado libre deberán estudiar las ofertas con su compañía eléctrica.

Esta nueva tarifa eléctrica llega, además, en un momento especialmente delicado. El mes de abril está a punto de convertirse en el más caro de la historia desde que existe el PVPC. La situación tampoco es muy satisfactoria si se observan los datos del año. En los cuatro meses del 2021 el recibo de la luz se encarece ya más de un 13% y eso sin tener en cuenta el incremento de consumo que provocó la borrasca de principios de año. Este fuerte incremento se debe en gran medida a los precios del CO2 -que han alcanzado más del doble que el año pasado- a la fuerte subida del petróleo -que ronda los 65 dólares-, a la crisis de Filomena y a un uso de las tecnologías marginales que, como poco, merece un estudio.

El Gobierno confía en los cambios que pueden provocar en el recibo los cambios normativos que prepara pero lo cierto es que la normativa comunitaria obligaría a un mayor nivel de liberalización de la tarifa doméstica. En el otro lado de la balanza se sitúa los industriales. Un año más asisten a una fuerte subida de sus costes eléctricos. El aumento del precio de las materias primas está sirviendo a algunas de estas empresas para capear el temporal pero la situación se hace cada día más difícil y Europa corre el riesgo de convertirse en un páramo industrial si no se tienen en cuenta las necesidades de estas empresas para poder competir en los mercados internacionales.