El desarrollo de la biomasa generará 45.000 empleos en 2021

La aportación de la biomasa en España podría traducirse en un ahorro anual neto para el sistema eléctrico español y las arcas del Estado de casi 3.600 millones de euros, tal y como refleja el informe presentado por Appa Renovables sobre la aportación de esta tecnología en el contexto de transición energética.

El presidente de Appa Biomasa y director general de Celulosa de Ence, Jordi Aguiló; junto a la directora de Appa Biomasa, Margarita de Gregorio; y Óscar Barrero, socio de Energía y Utilities de PwC, presentaron hace unas semanas el informe Aportación de la biomasa de nueva generación al sistema eléctrico en el contexto de la transición energética, donde se señala que el desarrollo de la biomasa en España podría ahorrar cerca de 3.600 millones de euros y, a la vez, contribuir de forma decidida a los ahorros del sistema eléctrico y al desarrollo económico, social y medioambiental de las zonas rurales, “siempre que se apueste por esta tecnología”, afirmó Aguiló.

El documento señala que, en el periodo 2014-2019, la potencia total instalada de biomasa ha crecido un 9%. El último dato disponible muestra una potencia de 857 MW de biomasa y 588 MW de residuos renovables, lo que, en conjunto, supone cerca de 1,5 GW, es decir, el 4% de la capacidad renovable total. En el período mencionado, la biomasa ha generado un total de 5,3 TWh de electricidad, el 5% de la generación renovable en esos cinco años.

Respecto al potencial de la biomasa en España, aunque el informe deja claro que es muy alto, siendo el tercer país europeo con mayor cantidad de recursos biomásicos, nos encontramos a la cola en el aprovechamiento energético de los mismos. Incluso con el cumplimiento de todos los objetivos marcados en el PNIEC 2021-2030, este potencial de recurso la biomasa generaría alrededor de 10.050 GWh anuales, lo que representaría tan sólo un 5,8% del potencial total de esta fuente energética.

Durante la presentación, también quedó constancia de la importancia de la bioenergía en nuestro país. Según el documento, la biomasa representa el 6% del total de energía final consumida en España y, dentro del mix renovable, este porcentaje se eleva hasta el 48%, debido a su uso para generación térmica y para el transporte, mientras que para generación eléctrica tiene una menor penetración.

El presidente de Appa Biomasa mencionó algunas medidas que, a su juicio, “se deberían tomar a corto y medio plazo para asegurarnos todos los beneficios de estas tecnologías”, entre las que citó: “Realizar subastas específicas para biomasa sólida, cogeneración con biomasa, biogás o desechos orgánicos domésticos; aumentar la capacidad subastada diferenciando entre grandes y pequeños proyectos; alargar la vida útil de las instalaciones existentes y el plazo máximo de entrega de las nuevas plantas...”.

Más allá del análisis económico, el documento indica la importancia de considerar el papel que estas tecnologías cumplen para satisfacer necesidades energéticas y sustituir de forma directa el consumo de combustibles fósiles. Tal y como refleja el informe, la biomasa constituye una solución versátil para las distintas necesidades energéticas de nuestro país. Un ejemplo de ello es el papel que juega la biomasa en el consumo de energía térmica. Concretamente, el consumo final de energía térmica procedente de la biomasa ha alcanzado los 48 TWh, siendo aproximadamente el 95% del consumo de los sectores residencial e industrial.

Otra de las ventajas fundamentales del desarrollo de la biomasa es la generación de nuevo empleo asociado a las renovables. En el caso de esta tecnología, según el Balance socioeconómico de las biomasas en España 2017-2021, se podrían superar los 45.000 empleos en 2021. Esto es especialmente significativo para la Transición Justa y el Reto Demográfico, dado que la mayoría de este empleo se genera en zonas rurales, donde se encuentran los recursos biomásicos que se valorizan en las instalaciones de generación de energía, contribuyendo de forma decidida al desarrollo económico, social y medioambiental de estas regiones. El desarrollo de la biomasa, pues, permite fijar población y dinamizar otros sectores como la agricultura y la ganadería, favoreciendo la industrialización, la mejora de la competitividad y el emprendimiento en geografías poco pobladas.

Asimismo, el desarrollo de esta forma de energía supone claros beneficios medioambientales, siendo el principal de ellos la reducción de emisiones que implica y su efecto positivo en la lucha contra el cambio climático. Adicionalmente, contribuye al aprovechamiento de determinados recursos biomásicos que, de otra forma, serían una fuente de contaminación debido a la combustión indiscriminada de podas agrícolas; así como a la gestión de masas forestales, favoreciendo la limpieza de montes y disminuyendo el riesgo de incendios forestales.