Fernando Romero, director general de EIDF Solar: “Debemos crear un tejido industrial sólido y de futuro en autoconsumo, evitando la especulación”

EIDF Solar lleva más de 10 años creciendo en el sector del autoconsumo. La pandemia ha frenado su salida al MAB, aunque esperan dar el salto antes de fin de año. Repasamos con Fernando Romero, su director general, la situación del sector en temas tan relevantes como el autoconsumo y las próximas subastas de renovables

EIDF Solar lleva más de una década en el mercado. Haga un repaso de su trayectoria

Iniciamos nuestra actividad en 2008, en el proyecto y desarrollo de instalaciones de autoconsumo fotovoltaico, tanto para empresas como para particulares. Gracias al trabajo realizado, hemos conseguido mantener la actividad y registrar un crecimiento constante. En los últimos 5 años, hemos multiplicado por diez nuestro volumen de ventas, con un crecimiento anual superior al 50%, más pronunciado en los 3 últimos años. Hemos desarrollado cerca de 1.700 obras que superan los 70 MW de potencia. En el primer semestre de 2020, hemos formalizado 167 contratos por valor de 18 millones de euros y, en estos momentos, contamos con contratos por 24 MW de potencia en curso. Este año hemos comenzado el plan de negocio 2020-2025 para asegurar un crecimiento sostenible. Nos hemos centrado en exclusiva en proyectos de autoconsumo para empresas. Asimismo, hemos reforzado la actividad de generación, basada en el desarrollo de plantas fotovoltaicas para venta de energía a red, donde contamos con un pipeline de 630 MW. De esa cartera, tenemos 350 MW con punto de conexión y accesibilidad. El resto de proyectos están en distintas fases de desarrollo.

¿Cómo está afectando la crisis sanitaria a su empresa?

En enero/febrero preparamos un plan de contingencia de compras y aseguramos el suministro durante los siguientes seis meses para no tener dificultades de stock. En los meses de mayor afectación de la pandemia en España -marzo y abril-, notamos un descenso importante de nuestra actividad teniendo que acudir al ERTE y mantenernos con servicios mínimos. A partir de mayo, la actividad y la firma de contratos volvió a repuntar, recuperando cifras precovid desde junio.

¿Cuál cree que será el comportamiento del mercado en los próximos meses?

Hoy nadie duda sobre la eficiencia, rentabilidad y beneficios del autoconsumo y la tendencia es que se siga extendiendo como una alternativa eficaz para reducir costes energéticos y disminuir su impacto en el medio ambiente. Lo que sí es cierto es que estamos ante los inicios de su curva de crecimiento, por lo que es muy importante crear unas bases sólidas. La situación actual es de bonanza en el sector, pero eso nos tiene que mantener alerta a las empresas y actuar con mayor precaución. El objetivo debería ser crear un tejido industrial sólido, de futuro y profesional, evitando, en gran medida, momentos de especulación. Esto está ocurriendo tanto en generación como en autoconsumo. En este país solemos morir de éxito. Esperemos que esta vez el cortoplacismo evite resultados negativos.

¿Cuándo tienen prevista su salida al MAB?

En nuestro plan de negocio de 2020 contemplábamos la salida al MAB para este segundo trimestre de año. La irrupción de la Covid-19 ha modificado nuestros objetivos, teniendo que posponer la entrada a cotización, aunque intentaremos que se produzca antes de finalizar el año. En las últimas semanas, con los nuevos proyectos que hemos incorporado a nuestra unidad de generación por unos 130 MW, hemos actualizado el business plan, valoraciones, etc., con los inversores, revisando los datos para su incorporación.

Para nosotros es fundamental la salida al MAB para poder desarrollar los 350 MW que se encuentran en tramitación administrativa, pues serán el eje principal de nuestro modelo de integración vertical. Además, nos mantenemos con el objetivo de continuar adquiriendo potencia hasta cumplir el objetivo impuesto para el periodo 2020-2025, que no es otro que 800 MW. El MAB nos ayudará a crecer estructuralmente en todas las demás unidades y, de ellas, principalmente el autoconsumo, nuestra esencia y alma, que es lo que somos y seremos siempre.

¿Confía en que se pongan en marcha las subastas antes de que acabe el año?

Las subastas de renovables son una oportunidad. Pueden ser mejores o peores, pero son una herramienta estratégica para alcanzar los objetivos y esperamos que antes de que acabe el año haya avances en la convocatoria del nuevo sistema. Una parte de la potencia renovable que recoge el PNIEC debe estar ligada a esas subastas, pero hay que tener en cuenta lo que ha pasado aquí antes y lo que está pasando en otros países: proyectos que se adjudican y no se desarrollan. Para evitarlo, hay que partir de proyectos que cuenten con la madurez suficiente y valorar aspectos como la tecnología, ubicación, energía generada, eficiencia, empleo, partiendo siempre de un precio mínimo para que el promotor o desarrollador del proyecto sepa a qué atenerse. En definitiva, necesitamos estabilidad regulatoria. Aprendamos del pasado, pensemos en el futuro y hagamos políticas estables y consensuadas que otorguen estabilidad al sistema.

¿Cree que las nuevas subastas de renovables deberían valorar positivamente la inclusión de almacenamiento en los proyectos?

El almacenamiento ha sido protagonista en las subastas de Portugal y Francia. Es obvio que las subastas deben diferenciar por tipo de tecnología y valorar la generación de nuevas oportunidades de negocio, como puede ser el almacenamiento. Estamos ante un momento en el que el almacenamiento se va a ir incorporando a la generación y, sin duda, será necesario para gestionar de la manera más eficiente la generación vs consumo, la cuestión es cómo y cuándo.

¿Cómo se está desarrollando el autoconsumo en España?

Todavía queda mucho desarrollo. Aún estamos muy por detrás de países como Portugal o Alemania. El RD 244/2019 no ha sido más que un parche para el sector. Introdujo cosas positivas, como la regulación de las modalidades de autoconsumo y la simplificación de trámites para algunas instalaciones, sobre todo para las domésticas, pero hay que seguir reglamentando para corregir errores y promover mejoras que beneficien a las empresas que operamos en el sector y promuevan realmente la generación distribuida. La esencia de la generación distribuida es que todos podamos beneficiarnos por cercanía de consumo, que las instalaciones puedan volcar sus excedentes y que esto sea un eje del cambio de modelo energético, no la de promover la inyección cero. No podemos pensar que es un avance normativo instaurar una modalidad sin excedentes, si bien es cierto que ayudó en su momento. Lo que se necesita es que la modalidad con excedentes sea un proceso simple y ágil. La modalidad sin excedentes fue un salvavidas después del desastre del RD 900/15. Tampoco es entendible que la norma de autoconsumo se rija por RD obsoletos que no contemplan la situación actual ni se adaptan a la nueva realidad. Además, hay una gran disparidad de normas entre las comunidades autónomas que dificulta el desarrollo del autoconsumo en determinadas regiones.

¿Qué aspectos básicos deberían conformar la futura Estrategia de Autoconsumo?

Mayor regulación adaptada a la realidad que necesitamos. Estamos a un 50% del desarrollo normativo necesario y a un 3%-4 % de la capacidad de instalación que podríamos tener. En el PNIEC se otorga un papel relevante al autoconsumo dentro de la generación distribuida, pero este no puede ser real con la normativa actual. Si queremos situar al ciudadano en el centro del sistema energético, como contempla la Estrategia Nacional, hay que realizar cambios: autoconsumo compartido, agilizar trámites administrativos, modificar condiciones técnicas de conexión, estandarizar esquemas por potencia, aclarar y definir infinidad de normas en diferentes comunidades autónomas, etc.

¿Vamos por el buen camino para cumplir los objetivos en renovables?

Hay que clarificar los nuevos escenarios que se abren para los renovables, garantizando que la transición energética sea lo más eficiente posible. Para cumplir los objetivos tiene que haber cohesión e implicación de las administraciones públicas, empresas privadas y sociedad en general. No hay duda de que cumpliremos con los objetivos marcados más pronto que tarde, pero lo que realmente importa es el cuándo y hacernos la pregunta: ¿y después qué?