La retirada de los arbitrajes
fotovoltaicos es la piel del oso

El Ministerio de Transición Ecológica comienza a dar la batalla de los arbitrajes internacionales por los recortes a las renovables como ganada aunque lo cierto es que todavía existe un riesgo considerable puesto que permanecen pendientes demandas por cerca de 3.500 millones de euros. Pese a la campaña de anuncio de abandonos, a cambio de una mejora en la retribución de las plantas para los próximos años, lo cierto es que ni uno solo de los grandes ganadores ha retirado de momento sus pretensiones. Véase por ejemplo los casos de Nextera (290 millones) o de Antin (101 millones). Por el momento, los únicos que han abandonado esta intención son aquellos cuyo resultado ha sido casi irrisorio o una derrota, como por ejemplo, el de los inversores fotovoltaicos (PV Investors) que apenas consiguió 91 millones frente a los 1.900 millones que reclamaba.

Masdar, que se retira ahora, instó la ejecución en Estados Unidos, pero el juzgado mantuvo la suspensión del cobro de 64,5 millones (frente a los 260 millones demandados). La entidad, además, ha vendido parte de su negocio en España y, de momento, no ha avanzado en el acuerdo que mantiene con Cepsa. La fórmula propuesta por el Gobierno les permite monetizar antes esta resolución.

En el caso de RREFF, el fondo de Deutsche Bank, la empresa había solicitado la ejecución tanto en Estados Unidos como en Australia para poder cobrar los 59 millones (frente a los 441 millones reclamados), pero la solución del Gobierno se estima que también le será más favorable. Con este escenario es pronto para lanzar las campanas al vuelo porque aún queda más de un mes para que se decidan otros como CSP Equity (que reclama 1.500 millones) o Landesbank (482 millones). Parece que se está vendiendo la piel del oso, ya se sabe, antes de cazarlo.