La fotovoltaica crecerá un 13% anual a nivel mundial hasta 2030

La Agencia Internacional de la Energía señala que esta tecnología renovable se convertirá en la reina del suministro eléctrico en la próxima década, cubriendo casi un tercio del crecimiento de la demanda de electricidad durante este período.

El Covid-19 ha introducido nuevas incertidumbres en el sector energético y ha aumentado la variedad de caminos que podría seguir la evolución de este sector en la próxima década. En su informe anual -World Energy Outlook 2020- la Agencia Internacional de la Energía (AIE) indica que los efectos inmediatos de la pandemia traerán consigo un descenso del 5% en la demanda mundial de energía en 2020.

Por tipo de combustible, la AIE prevé para este 2020 caídas del 8% en el consumo de petróleo, del 7% en el consumo de carbón, del 3% en el consumo de gas natural, del 2% en la demanda global de electricidad y del 7% en las emisiones de CO2 relacionadas con la energía. Las tecnologías menos afectadas por la pandemia y sus secuelas serán las energías renovables, que aumentarán ligeramente su contribución este año.

El informe también pronostica una caída de la inversión en este sector del 18% en 2020, que podría tener importantes repercusiones para los mercados energéticos en los próximos años, a la vez que señala que la crisis sanitaria está provocando cambios en la orientación estratégica de empresas e inversores y en el comportamiento de los consumidores.

La población más vulnerable será la que más sufra los efectos de la crisis, especialmente los habitantes del África Subsahariana, donde el número de personas sin acceso a la electricidad aumentará en 2020. La AIE estima que la subida del nivel de pobreza en todo el mundo este año, podría dar lugar a que más de 100 millones de personas que ya tenían conexiones eléctricas no tengan acceso a los servicios básicos de electricidad.

Por primera vez este año, el informe destaca el riesgo de no invertir lo suficiente en redes de electricidad, pudiendo resultar el eslabón más débil en la transformación del sector eléctrico, con implicaciones para la seguridad del suministro. La explicación es sencilla: la salud financiera de muchas empresas de servicios ha empeorado como resultado de la crisis, lo que crea una disparidad en muchos países entre el gasto requerido para redes eléctricas inteligentes, digitales y flexibles y los ingresos disponibles para los operadores de redes.

La nueva edición del World Energy Outlook 2020 contempla cuatro escenarios diferentes sobre la evolución del sistema energético mundial en función de cómo evolucione la pandemia, sus impactos económicos y sociales, y las respuestas políticas de los Gobiernos.

Escenario STEPS

En el escenario de Políticas Declaradas (STEPS), basado en la configuración de políticas actuales y en el supuesto de que la pandemia se controle el año que viene, el PIB mundial vuelve a los niveles anteriores a la crisis en 2021 y la demanda mundial de energía lo hace a principios de 2023, pero los resultados varían según el país y el tipo de combustible. En este escenario, el sector de la electricidad juega un papel clave en la recuperación económica; de hecho, la electricidad cubre el 21% del consumo mundial de energía final para 2030. Las renovables cubren el 80% del crecimiento de la demanda mundial de electricidad durante la próxima década, con la solar fotovoltaica convertida en la reina del suministro eléctrico, creciendo un promedio del 13% al año entre 2020 y 2030, y cubriendo casi un tercio del crecimiento de la demanda de electricidad. La participación del carbón en la generación de electricidad mundial cae al 28% en 2030, retirándose del mercado 275 GW de capacidad en 2025. En este escenario las redes eléctricas se modernizan, amplían y digitalizan, invirtiendo para su mejora 390.000 millones de euros en 2030, sumándose 2 millones de km de transmisión y 14 millones de km de líneas de distribución.

Escenario DRS

En el escenario de Recuperación Demorada (DRS), diseñado con los mismos supuestos de política que en el escenario STEPS y donde la pandemia se prolonga, los impactos económicos y sociales son más profundos y duraderos. El PIB mundial no se recupera hasta 2023 y la demanda mundial de energía lo hace en 2025. La demanda de petróleo se estabiliza por debajo de los 100 millones de barriles diarios de petróleo, es decir, unos 4 millones de barriles diarios por debajo del nivel del escenario STEPS. La demanda de electricidad se reduce un 6% en comparación con el escenario STEPS, aunque las renovables, especialmente la eólica y la solar, tienen un ritmo de crecimiento sólido. El consumo de carbón sufre otro impacto y experimenta una caída adicional del 8% hasta 2030 -se construyen menos plantas nuevas de carbón, se retiran más y las que están activas funcionan menos horas-. La demanda de gas natural se ve fuertemente afectada por las perspectivas más débiles para la energía y la industria, lo que prolonga el superávit actual de la oferta hasta principios de la década de 2030 y mantiene bajos los precios regionales. Las emisiones de CO2 se reducen, pero no es suficiente para lograr los objetivos climáticos.

Escenario SDS

El escenario de Desarrollo Sostenible (SDS) traza un ambicioso camino en el que los países y empresas alcanzan sus objetivos cero emisiones netas antes de 2050, lo que llevará al mundo entero al cero neto en 2070. El SDS prevé una inversión anual media de 33.850 millones de euros para el acceso a la energía hasta 2030. La inversión en energías limpias y redes eléctricas aumenta hasta los 2,7 billones de dólares en 2030, lo que ayuda al crecimiento de las tecnologías solar, eólica y la eficiencia energética. La próxima década también supone un gran despliegue de otras tecnologías como la Captura, Almacenamiento y Uso del Carbono (CCUS), el hidrógeno y el uso de pequeños reactores nucleares modulares. Se reducen las emisiones de CO2 en casi 10 gigatoneladas respecto al escenario STEPS para 2030 y entre un 40% y un 60% las principales emisiones contaminantes del aire. Las emisiones de metano, especialmente de las operaciones de petróleo y gas, bajan un 75% respecto a los niveles de 2019 para 2030, mientras que en movilidad, el 40% de las ventas de coches nuevos son eléctricos.

Escenario NZE2050

El escenario Emisiones Netas Cero para 2050 (NZE2050) establece las medidas adicionales que serían necesarias en los próximos diez años para poner al mundo en el camino de las emisiones netas cero en 2050. Este objetivo implicaría una aceleración adicional significativa en el despliegue de tecnologías de energía limpia junto con cambios de comportamiento de gran alcance. En este escenario, la demanda de energía primaria cae un 17% entre 2019 y 2030, a pesar de que la economía global es dos veces mayor, y las emisiones de CO2 disminuyen alrededor del 60% en el mismo periodo. Las instalaciones fotovoltaicas en todo el mundo se expanden hasta casi 500 GW en 2030, prácticamente no hay plantas de carbón que sigan funcionando sin tecnología CCUS y más del 50% de los automóviles vendidos son eléctricos. La proporción de renovables en el suministro eléctrico mundial aumenta al 60% en 2030 y la energía nuclear genera algo más del 10%. La inversión en el sector eléctrico se triplica hasta los 2 billones en 2030, con más de un tercio empleado en expandir, modernizar y digitalizar las redes eléctricas. Alrededor del 25% del calor total utilizado en la industria en el NZE2050 en 2030 proviene de la electricidad y de combustibles bajos en carbono como el hidrógeno, frente a los niveles insignificantes actuales. La capacidad mundial de fabricación de baterías debería duplicarse cada dos años, y la infraestructura de producción y distribución de hidrógeno debería aumentar sustancialmente.