Bruselas crea una nueva Alianza para asegurar el acceso a materias primas

La puesta en marcha de la nueva Alianza forma parte del Plan de Acción que la Comisión presentó en septiembre para reducir la dependencia de Europa de terceros países en materias primas, diversificando el suministro de fuentes primarias y secundarias, y mejorando la eficiencia y circularidad de los recursos

Bruselas ha diseñado un Plan de Acción para asegurar que Europa pueda acceder de manera más segura, fiable y sostenible a aquellos metales, minerales y materiales naturales -denominados materias primas fundamentales- que se utilizan en una gran variedad de sectores industriales. China, EEUU, Japón y otros países ya se han puesto en marcha para garantizar el suministro futuro, diversificar las fuentes de abastecimiento mediante asociaciones con países ricos en recursos, y desarrollar sus cadenas de valor internas basadas en materias primas. Ahora, es el turno de Europa.

Una de las diez acciones que incluye el Plan presentado por la Comisión Europea a principios de septiembre es el lanzamiento de la Alianza Europea de Materias Primas (ERMA, por sus siglas en inglés), gestionada por EIT RawMaterials e integrada por más de 200 socios de más de 30 países de dentro y fuera de Europa. La nueva alianza seguirá el enfoque de la Alianza Europea de las Baterías.

ERMA identificará las barreras, oportunidades y casos de inversión para crear capacidad en todas las etapas de la cadena de valor de las materias primas, desde la minería hasta la recuperación de residuos. La nueva alianza ejecutará sus actividades a través de clústeres, que estarán definidos en torno a cadenas de valor específicas. El primer grupo se centrará en los metales y tierras raras que se utilizan para construir imanes para baterías y todo tipo de dispositivos eléctricos y electrónicos. El segundo grupo considerará materias primas y avanzadas para el almacenamiento y conversión de energía en aplicaciones estacionarias y no estacionarias.

Coincidiendo con el Plan de Acción, la Comisión ha dado a conocer el listado actualizado de materias primas fundamentales para 2020, y que Bruselas tiene en cuenta a la hora de negociar acuerdos comerciales o tratar de eliminar distorsiones al comercio. La nueva lista incluye 30 materiales respecto a los 27 de la lista de 2017. El helio ha sido eliminado, mientras que la bauxita, el litio, el titanio y el estroncio se incorporan por primera vez al listado.

Reducir la dependencia

El principal problema a la hora de acceder a estas materias primas es que el suministro de muchas de ellas presenta un alto grado de concentración, lo que obliga a Europa a depender de terceros países fuera de la Unión e, incluso, de un solo país. Según datos de la Comisión Europea, el 98% de las tierras raras que importa la UE proviene de China, el 98% del borato procede de Turquía, y Sudáfrica suministra el 71% del platino que necesita la UE y un porcentaje aún mayor de iridio, rodio y rutenio, metales del grupo del platino.

La crisis provocada por la Covid-19 ha revelado la rapidez con la que pueden interrumpirse las cadenas de suministro a nivel mundial, de ahí que surja la necesidad de reducir la dependencia de ciertos países para minorar las importaciones y gozar de mayor autonomía. Esto se consigue aumentando la diversidad y seguridad del suministro, y desarrollando capacidades propias en los países de la UE en extracción, tratamiento, reciclado y refinado.

España también se suma a este reto. El Ministerio que encabeza Teresa Ribera ha lanzado a consulta pública la Hoja de Ruta para la gestión sostenible de Materias Primas Minerales, al objeto de configurar una política nacional que permita garantizar el suministro de los recursos minerales autóctonos y disminuir la dependencia de las importaciones.

Según el estudio sobre materias primas fundamentales presentado a principios de septiembre por Bruselas, la Unión Europea necesitaría en 2030 hasta 18 veces más litio y 5 veces más cobalto para las baterías de vehículos eléctricos y almacenamiento de energía, y casi 60 veces más litio y 15 veces más cobalto en 2050 en comparación con el suministro actual de la economía de la Unión en su conjunto. Por su parte, la demanda de tierras raras utilizadas en imanes permanentes, por ejemplo para vehículos eléctricos, tecnologías digitales o generadores eólicos, podría multiplicarse por diez, de aquí a 2050. Si no se da respuesta a este aumento general de la demanda, podrían producirse problemas de suministro.

El Banco Mundial cree que la demanda de metales y materiales sufrirá un rápido incremento a medida que aumenta la ambición climática, lo que agudizaría la dependencia de los países europeos en los próximos años, dada la transición en curso hacia una economía verde y también digital. El ejemplo más significativo son las baterías de almacenamiento eléctrico, un campo en el que el aumento de la demanda de metales como el aluminio, cobalto, hierro, plomo, litio, manganeso y níquel, puede ser superior al 1.000% de aquí a 2050.

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), por su parte, prevé que pese a la mejora del uso intensivo de los materiales y la eficiencia de los recursos, el uso de materiales se duplicará a nivel mundial, pasando de 79.000 millones de toneladas en 2011 a 167.000 millones en 2060 (110%). Por lo que se refiere a los metales, la OCDE prevé que su consumo podría aumentar de los 8.000 a los 20.000 millones de toneladas en 2060 (150%).

La OCDE llega a la conclusión de que es probable que el aumento del uso de materiales, unido a las consecuencias ambientales de su extracción, transformación y residuos, ponga en peligro las mejoras logradas en términos de bienestar. Si no se abordan las implicaciones que tienen las tecnologías hipocarbónicas en los recursos, afirma, existe el riesgo de que el hecho de transferir la carga de la reducción de las emisiones a otras partes de la cadena económica provoque nuevos problemas ambientales y sociales, como la contaminación por metales pesados, la destrucción de hábitats o el agotamiento de recursos.