Urge una reforma del bono social para frenar la pobreza energética

El Ministerio de Transición Ecológica ha dado a conocer con cerca de un mes de retraso los datos sobre la pobreza energética en nuestro país. Los datos del informe, no obstante, han sido ya sobrepasados por la realidad del coronavirus pero, aún así, no dejan de mostrar la delicada situación que todavía atraviesan un buen número de familias españolas para hacer frente a sus gastos en materia energética.

Más de 3,5 millones de españoles (7,6%) no pudieron mantener una temperatura adecuada en su vivienda el invierno pasado. Afortunadamente, esta cifra ha bajado un 1,5% respecto al año anterior y un 2,5% en el periodo 2016-2019, lo que indica que el número de personas que pasan frío en sus hogares ha descendido en más de un millón en los últimos cuatro años. Castilla-La Mancha, Extremadura y Navarra son las Comunidades Autónomas con un mayor porcentaje de su población en esta situación, mientras que La Rioja, Ceuta y Cantabria son las que arrojan los mejores datos. A nivel de la UE, se observa un mejor comportamiento en los países del norte y centro de Europa -con Austria y Finlandia a la cabeza-, que cuentan con un mayor desarrollo de las redes de calor, mientras que los países del sur y del este, como Bulgaria, se encuentran en una situación más desfavorable.

Otro de los indicadores para medir la pobreza energética en España es el retraso en el pago de las facturas de los suministros de la vivienda, lo que puede llevar a interrupciones del suministro energético. Los datos de 2019 confirman la tendencia decreciente de este indicador, que se reduce al 6,6% de la población -el equivalente a 3,1 millones de personas- desde el 7,2% del año anterior. Ceuta y Andalucía son las regiones con un mayor porcentaje de hogares en esta situación, mientras que La Rioja y Castilla y León cuentan con el porcentaje más bajo. A nivel europeo, los países con más dificultades en pagar los recibos a tiempo son los del sur y este del Continente -especialmente Grecia, con un tercio de la población afectada-, en contraste con los países del norte y oeste, como Luxemburgo y Holanda, que presentan un mejor comportamiento.

A lo largo del primer semestre de este año, los precios de la electricidad y del gas han dado un leve respiro en nuestro país, pero aún así la fuerte crisis social generada por el coronavirus provocará un preocupante incremento de la pobreza energética cuando se den a conocer los datos el próximo año. Transición Ecológica anunció que iba a reformar el bono social, pero casi un año y medio después las propuestas siguen sin conocerse. Urge que el Gobierno comience a centrarse en regular y encontrar una solución a esta situación que afecta a miles de familias antes de la llegada del invierno.