Los almacenes de hidrocarburos, al límite de su capacidad

España cuenta con una capacidad de 14,6 millones de m3 de almacenamiento logístico, a los que hay que añadir 8,1 millones de m3 más de sus refinerías

El consumo de carburantes en España sigue bajo mínimos. El Gobierno ha puesto en marcha una batería de medidas restrictivas para contener la pandemia que, en el caso de la movilidad, ha supuesto una reducción de los desplazamientos, una situación temporal que, de momento, ha llevado a una caída sin precedentes de las ventas de carburantes en el país.

Según datos de CLH, las salidas de productos petrolíferos desde las instalaciones del Grupo al mercado español el pasado mes de abril alcanzaron los 1,5 millones de metros cúbicos, un 56,3% menos que en el mismo mes del año anterior. Por productos, las salidas de gasolinas descendieron un 78,3%, las del total de gasóleos un 43,1% y las de querosenos un 92,8%.

En lo que llevamos de mayo, el consumo de carburantes sigue marcando niveles muy bajos, aunque se aprecia un pequeño repunte respecto a las semanas anteriores. Entre el 18 y el 24 de este mes, las salidas de gasolinas se situaron un 50% por debajo de la misma semana del año anterior y las de gasóleo A un 34%. Por su parte, las salidas de carburantes de aviación muestran una bajada del 90%.

Según explicó Jorge Lanza, consejero delegado de CLH, durante su participación en un webinar celebrado por Enerclub el pasado 21 de abril, "los servicios de puesta a bordo son los más impactados”. “Hay aeropuertos con recorte de horarios y, en algunos de ellos, estos servicios se hacen a demanda, de manera que cuando te llaman tienes que responder en un plazo de tres horas. Se opera desde una terminal".

Por otro lado, según datos de la Corporación de Reservas Estratégicas de Productos Petrolíferos (Cores), las importaciones de crudo a España retrocedieron un 10,6% en marzo con Nigeria como principal suministrador, seguido de México, Irak y Arabia Saudí. Las exportaciones de gasolinas y gasóleo y las naftas, por su parte, se han incrementado hacia Venezuela y Francia.

El exceso de carburantes en el mercado ha provocado que los depósitos de almacenamiento de hidrocarburos estén al límite de su capacidad. Hace nueve años, el Gobierno cifró la capacidad de almacenamiento del país en 28,3 millones de metros cúbicos, repartidos en 137 ubicaciones.

A enero de 2020, según datos a los que ha tenido acceso elEconomista, España cuenta con una capacidad de 14,6 millones de metros cúbicos de almacenamiento logístico, de los que 7,4 millones corresponden a los tanques de CLH y los 7,2 millones restantes a una cuarentena de operadores (ver gráfico). A esta cifra hay que añadir 8,1 millones de metros cúbicos de capacidad de las refinerías, lo que suma un total de 22,7 millones de metros cúbicos. Se desconoce dónde está la capacidad para almacenar los 5,3 millones de metros cúbicos que restan para llegar a la cifra que manejó en su día el Ejecutivo.

Esta situación tendrá, además, un impacto considerable en las infraestructuras logísticas ya que, a diferencia de la electricidad o el gas natural, los carburantes no cuentan con una retribución regulada.

Con el objetivo de introducir flexibilidad en la comercialización de combustibles debido al bajo consumo y a la menor rotación de los tanques de almacenamiento, el Gobierno ha decidido ampliar hasta el 30 de junio la venta de gasolinas destinadas, inicialmente, al periodo invernal para que se pueda utilizar un importante volumen de gasolina que cumple con las especificaciones reguladas. Según estima el Ejecutivo, esta medida, tomada a finales de marzo, “supondrá un ahorro para los operadores y, por extensión, para el consumidor final de carburantes, de 200 millones de euros”.

Con esta situación, Repsol, Cepsa y BP han tenido que ajustar la producción de sus refinerías. Repsol, por ejemplo, ha mantenido su craqueador catalítico de fluidos en Coruña fuera de línea en abril y redujo su producción de FCC en Bilbao y Puertollano para garantizar un menor rendimiento de la gasolina.

Actualmente, solo las refinerías de Puertollano y Tarragona, situadas cerca de Madrid y Barcelona, están produciendo cantidades mínimas de combustible para aviones con los que abastecer los pocos vuelos que hay en estos momentos. Así, la tasa de utilización en abril fue del 80% para las refinerías, con la misma tasa de conversión. Eso ha cambiado a un 72% de destilación y un 83% de conversión durante la primera semana de mayo.

La Asociación Española de Operadores de Productos Petrolíferos (AOP) ha presentado recientemente al Gobierno y a los grupos políticos una propuesta de medidas para recuperar el tejido industrial a corto y medio plazo, a través del plan de transición energética del refino, concretado en la Estrategia para la Evolución hacia los Ecocombustibles. Entre las medidas a medio plazo, la asociación plantea crear una Mesa Sectorial del Refino para impulsar la competitividad del sector y garantizar la continuidad de los polos industriales.

Por si la situación no fuera suficientemente preocupante, Cores prepara una subida de sus tarifas para el mes de junio con la intención de compensar la disminución de los ingresos generados por la caída del consumo de petróleo y, por lo tanto, de las contribuciones pagadas por los operadores debido a la crisis sanitaria y el bloqueo del país.

Esta decisión se produce después de que en octubre de 2019 la compañía que preside Juana María Lázaro redujera las tasas de los productos de hidrocarburos líquidos en un 6%. Este incremento, que tiene que ser aprobado por el Ministerio de Transición Ecológica, supondrá un aumento de los costes para las petroleras en un momento delicado por la caída de los precios del crudo y del consumo.