La industria del acero abre una nueva vía de negocio al carbón español

La compañía NMR explotará las reservas probadas de antracita de una antigua mina de carbón en Asturias para su comercialización en mercados vinculados al sector siderúrgico

Natural Mining Resources (NMR), empresa dedicada a la extracción, tratamiento y comercialización de carbón y otro tipo de minerales como el caolín y la arcilla blanca, iniciará este año -previsiblemente tras el periodo estival- las labores de explotación de Minarsa, una antigua mina de carbón ubicada en Carballo, localidad del concejo asturiano de Cangas del Narcea, de cuyo interior extraerá antracita -un tipo de carbón mineral de gran dureza con alto contenido en carbono- para su comercialización en nuevos mercados vinculados con el sector siderúrgico.

El proyecto comenzó en 2012, cuando la Dirección General de Minería del Principado de Asturias otorgó a una de las filiales de NMR un permiso de investigación sobre los activos de la mina, propiedad en su día de la antigua Unión Fenosa, que cesó su explotación en los años 90. Los resultados de las labores de investigación y recopilación de datos del yacimiento pusieron de manifiesto la existencia de reservas de antracita de calidad, explotables desde el punto de vista técnico, económico y ambiental.

La compañía se encuentra finalizando los trabajos de acondicionamiento y preparación de los accesos de las infraestructuras existentes para evacuar el material extraído en camiones desde la propia mina hasta las instalaciones que tiene habilitadas en el Puerto de El Musel (Gijón) para su almacenamiento.

Se trata de una Plataforma Logística de 120.000 m2 de superficie que cumple con todas las expectativas para la realización de diversas actividades de valorización de los distintos tipos de carbón almacenados -cribado y mezclado- en base a las especificaciones de sus clientes. Desde aquí sale el producto final con destino nacional e internacional, principalmente a países de la Región Mediterránea y Norte de Europa, donde la compañía ya tiene operaciones comprometidas para los próximos meses.

La compañía ampliará en otros 300.000 metros cuadrados dichas instalaciones para la incorporación no solo de más productos vinculados al carbón, sino también de las 300.000 toneladas anuales de escorias -cenizas- de la central térmica de La Pereda en Mieres (Asturias).

Adicionalmente, NMR pondrá en marcha en el puerto de Gijón una planta de secado de antracitas que permitirá adecuar las especificaciones -humedad- de sus productos aumentando, de esa forma, el valor añadido de los mismos y su capacidad para competir en el entorno actual.

Esta propuesta de valor, señala Antonio Hernando, director de Desarrollo Corporativo de NMR, “nos ha permitido alcanzar una cifra de negocio de más de 135 millones de euros y un movimiento de casi 2 millones de toneladas de producto en 2019”. Para 2020, NMR se ha marcado como objetivo duplicar estas cifras, de manera que las 4 millones de toneladas previstas se destinarán a satisfacer los mercados del Norte de África, Mediterráneo, Sudamérica, así como los del Medio y Lejano Oriente.

Al mismo tiempo -añade Hernando- “hemos conseguido balancear nuestros mercados iniciales -más térmicos- hacia otros menos estrechos como el metalúrgico, donde los carbones utilizados -que aportan el carbono necesario al proceso de fabricación- tienen un mayor valor añadido, un mayor recorrido comercial y están menos penalizados por razones medioambientales”.

Más de un centenar de empleos

La explotación de la mina, cuya inversión no ha sido facilitada por la empresa, se llevará a cabo a través de una de las filiales de NMR. La intención es explotar dos vetas de antracita para extraer la mayor cantidad posible de carbón y llevar la mina a niveles de producción máxima. “Pensando en una producción anual de unas 200.000 toneladas, que sería nuestro objetivo óptimo, creemos que se podrán llegar a crear alrededor de 100-150 puestos trabajo directos”, valora Hernando.

En lo relativo a los aspectos medioambientales, la empresa presentó en su día los estudios pertinentes para el otorgamiento de la Concesión de Explotación, en los que se valora que la afección medioambiental es muy baja y donde se contemplan labores de reacondicionamiento al final del periodo de explotación, entre las que se incluyen las actuaciones de desmantelamiento de las instalaciones auxiliares, el nivelado de las plataformas y limpieza de las cunetas para facilitar el desagüe de las aguas de escorrentía, el perfilado de taludes, el acopio y extendido de tierra vegetal, etc.

La compañía no se plantea la operación de Carballo como un hecho aislado, sino como un primer paso para el desarrollo de estrategias de crecimiento y desarrollo de nuevos mercados. En este sentido, “estamos en el proceso de evaluación de otras minas de antracita existentes en la zona para su posible adquisición y explotación en el medio plazo, pero primero queremos consolidar este primer desarrollo”, dice Hernando.

Tradicionalmente, el carbón se ha orientado al consumo de las grandes plantas de generación eléctrica. Sin embargo, este combustible tiene los días contados en España. Nuestro país ha fijado como objetivo alcanzar la neutralidad climática en 2050. En el caso del sistema eléctrico, el proyecto de Ley de Cambio Climático y Transición Energética propone que la presencia renovable en 2030 deberá ser de, al menos, un 70%.

En pleno proceso de descarbonización, el representante de la compañía señala que, desde NMR, “entendemos que la recuperación de ciertos activos mineros puede ser una oportunidad para competir mejor en un entorno en el que muchos operadores ven un sector en declive, lleno de dificultades, y para el que nosotros interpretamos que sí hay oportunidades y nichos de mercado interesantes”.