Covid y transición energética

La abrupta irrupción del Covid-19 a nivel mundial ha puesto todo literalmente patas arriba, alterando cualquier escenario previsto hasta el momento. La crisis del coronavirus está afectando a todos los ámbitos de la sociedad y la economía, y el sector energético no iba a ser una excepción.

Es cierto que la pandemia ha tenido un impacto muy significativo en el consumo de electricidad deprimiendo considerablemente la demanda eléctrica, consecuencia del confinamiento general al que nos hemos visto todos sometidos, cayendo hasta un 20% de media en las semanas más restrictivas con la paralización de las actividades no esenciales entre el 30 de marzo y el 9 de abril para contener el pico de la curva de contagios. Esta grave situación en el sector eléctrico español ha llevado al Gobierno a tomar medidas de intervención excepcionales para mitigar los efectos sobre los consumidores y las empresas. En este sentido, Aldro, de acuerdo con la nueva normativa, ha puesto a disposición de sus clientes un servicio de asesoramiento personalizado para informarles sobre las diferentes fórmulas a las que se pueden acoger facilitando los ajustes de potencia en los suministros, tanto particulares como profesionales, para adaptar sus consumos a la coyuntura actual, lo que nos está permitiendo reforzar el trato directo con el cliente y generar una alta fidelidad por la atención recibida, redundando en un beneficio mutuo.

El Gobierno, por su parte, está planificando una hoja de ruta para la salida de la crisis y la recuperación económica y, para ello, está tomando medidas decididas para impulsar un cambio de modelo más sostenible, aprovechando la coyuntura actual, entendiendo que estamos ante una oportunidad para la recuperación de la pandemia desde un prisma ambiental que, necesariamente, modificará de forma notable el sector energético convirtiéndolo en uno de los pilares fundamentales en la recuperación económica.

Salir de la crisis con un mayor porcentaje de fuentes renovables será determinante para conseguir una reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero y, con ello, una menor contaminación del aire, lo que redundará en una mejora para la salud de todos. Y es que el desarrollo de energías renovables no es una apuesta circunstancial, sino una apuesta estratégica decidida que contribuye ambientalmente a la recuperación económica, por lo que la transición energética será el camino a seguir. No es una opción, es una necesidad y en esa línea trabaja ya Aldro poniendo sobre la mesa la energía verde y el autoconsumo como protagonistas del sector energético y de la estrategia de la compañía, que tiene que abrirse paso a nuevos modelos de consumo que empoderen al cliente y le hagan conocedor de los beneficios de la eficiencia energética y un uso responsable y eficiente, tal como se estableció a través de la aprobación del último paquete de directivas de energía en la UE.

Para ello, el Gobierno debe impulsar medidas minoristas que acompañen el desarrollo de estas actividades, como la sustitución masiva de los equipos de medida para el segmento de las empresas, o garantizando un sistema de datos de medidas neutral, transparente, accesible y no discriminatorio sobre la base de los sistemas de REE -operador del Sistema-, de tal modo que todas las empresas comercializadoras puedan ofrecer nuevos productos y servicios a los consumidores sin limitación.

Si queremos que el consumidor eléctrico se coloque en el centro del sector, como así pretendía el Clean Energy Package aprobado por la anterior Comisión Europea, no se pueden postergar estas medidas. Como tampoco se puede perder la ocasión de crear los Certificados de Ahorro Energético de forma complementaria a las aportaciones del Fondo Nacional de Eficiencia Energética.

Siguiendo esta misma lógica, el Consejo de Ministros celebrado el pasado 19 de mayo aprobó el anteproyecto de Ley de Cambio Climático que ha remitido al Congreso de los Diputados, en el que prevé la descarbonización de la economía de España antes de 2050 impulsando las energías renovables, buscando de este modo ligar la reconstrucción social y económica del país tras la crisis del coronavirus con el Pacto Verde Europeo.

Según las estimaciones del Gobierno, la transición ecológica de la economía atraerá más de 200.000 millones de euros de inversión en los próximos diez años y generará entre 250.000 y 350.000 empleos netos anuales, mientras que las inversiones, el ahorro de energía y la mayor presencia de renovables permitirán aumentar el PIB alrededor del 1,8% en 2030, con respecto a un escenario sin medidas.

Así pues, ante esta crisis del Covid-19, queda patente que los gobiernos de los diferentes países afectados deben jugar un papel importante en la reconfiguración del sector energético, diseñando medidas de estímulo que vinculen los esfuerzos de recuperación económica con la energía limpia y un modelo sostenible ambientalmente y justo socialmente. Pero deben escuchar al sector para recoger sus inquietudes y experiencias que, sin duda, ayudarán a que estos planes sean consistentes, sólidos y factibles. Aunque la emergencia sanitaria es evidente, no hay que dejar de lado las medidas sociales y económicas de estimulación y recuperación porque hay que seguir en la senda de cumplimiento de los objetivos climáticos de descarbonización. La crisis sanitaria no debe hacernos olvidar la climática, es más, debemos convertir esta crisis del coronavirus en una oportunidad para afrontarla sin más demora.

En conclusión, desde Aldro apoyamos la transición energética como vector para impulsar el desarrollo y crecimiento de las energías renovables que nos acerque a conseguir objetivos de sostenibilidad apuntalando un modelo económico, social y ambiental para nuestro país.

En nuestra mano está pensar después de esto qué mundo queremos para nosotros y las generaciones futuras.