Renovables: oportunidad de España para combatir el reto demográfico con riqueza sostenible

Hay muchas y muy buenas razones para apostar por las energías renovables. El impacto medioambiental y las implicaciones en términos de salud pública de las fuentes de energía limpias son de sobra conocidos; las tecnologías involucradas en estas industrias son hoy más fiables y eficientes que nunca; y, además, en los últimos años se ha asentado un marco regulatorio que ha afianzado el carácter estratégico de este tipo de inversiones. Pero invertir en renovables no es solo una cuestión de responsabilidad con el medioambiente, o de obtener una rentabilidad atractiva, también representa un horizonte de oportunidades para todas esas regiones de nuestro país en claro declive demográfico y económico.

La huella de empleo que se deriva de nuestra actividad no nos es desconocida. Fundeen nació con la voluntad de impulsar la transición hacia un modelo energético sostenible basado en renovables y de democratizar las inversiones en este sector para que cualquier particular pueda participar, pero también nació para contribuir a la actividad económica en Ávila. ¿Por qué establecer un sofisticado proyecto de microfinanciación de renovables en una ciudad como Ávila? Porque es nuestra casa, nos sentimos orgullo de ello y no nos basta con lamentar su despoblación.

Si uno observa los datos demográficos de Ávila capital, así como de tantas otras ciudades de nuestro país, observará que desde 2013 el número de habitantes se contrae varios centenares cada año. Ni siquiera durante las migraciones del campo a la ciudad que se produjeron en España a mediados del siglo XX encontramos un escenario parecido. La explicación de fondo de este fenómeno sigue siendo la misma que entonces -personas que se desplazan hacia las ciudades en busca de una oportunidad para ganarse la vida-, pero parece que es el concepto de ciudad el que se ha estrechado y hoy ya solo alude a las grandes urbes españolas.

Sin embargo, uno de los factores que debemos tener en cuenta a la hora de plantear un proyecto o una instalación de energías renovables es la disponibilidad de suelo. Paradójicamente, mientras las principales capitales de nuestro país afrontan importantes retos de movilidad y vivienda, son las regiones rurales las que pueden ofrecer tanto suelo como talento a esta industria.

Según el último informe de la Unión Española Fotovoltaica (UNEF), la huella de empleo del sector fotovoltaico, tanto directo como indirecto, aumentó un 19% en el periodo de 18/19 hasta alcanzar los 24.526 empleos netos ligados a esta actividad. Si ampliamos el foco al panorama global, con los datos de la Agencia Internacional de Energías Renovables (IRENA), solo la industria solar empleó a más de 3,6 millones de personas durante el año 2018 y, de entre todas las renovables, es la que mayor crecimiento ha experimentado y la que más puestos de trabajo genera hoy en día.

Estos datos solo corroboran lo que desde Fundeen hemos podido aprender de primera mano sobre el terreno: que las renovables generan una valiosa actividad económica allí donde se emplazan. Y esta actividad no se limita al proceso de construcción de las instalaciones, donde intervienen multitud de profesionales de diversas disciplinas, sino también a todo el ciclo de vida de estas plantas. En otras palabras, una instalación fotovoltaica requiere de técnicos y especialistas en tareas de mantenimiento por un periodo de, al menos, treinta años. Treinta años de actividad económica local.

Cuando hablamos de renovables, el compromiso con la sostenibilidad también se aplica al empleo derivado de estas fuentes de energía. Porque no se trata de reducir la emisión de gases de efecto invernadero, o de proporcionar inversiones fiables y rentables a nuestros usuarios, ni tampoco contribuir a la activación de la economía en las zonas rurales, sino que nuestro compromiso es que se materialicen todos esos beneficios de una forma sostenible y duradera en el tiempo.

Las implicaciones medioambientales de nuestros proyectos son muy importantes para nosotros. Por eso, además de ofrecer a nuestros usuarios información sobre el rendimiento económico de sus inversiones, también les mostramos el ahorro en CO2 al que han contribuido con su dinero. Y, aunque es difícil cuantificarlo, no podemos dejar de defender el impacto positivo de estas inversiones allí donde se han implementado, porque las empresas, proveedores y mano de obra involucrada es, en su mayoría, local. En definitiva, la actividad económica que se deriva de este sector es tan sostenible como la energía que produce y, como hemos visto en los proyectos que ya hemos llevado a cabo, los inversores en renovables tienen conciencia de la huella económica a nivel local.

De acuerdo con las estimaciones que ha publicado la Solar Power Europe, durante el 2019 nuestro país ha instalado uno de cada cuatro GW del total europeo, cifras que recuerdan a los años más optimistas previos a la crisis de 2008. Nos complace saber que el primer borrador del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) describe un escenario objetivo donde las energías renovables en España coparán el 74% del sector eléctrico y un 42% del consumo final para el año 2030.

No obstante, y llegados a este punto, no basta con celebrar el nuevo marco regulatorio y el PNIEC del Ministerio para la Transición Ecológica, creemos que España debe aspirar a liderar este sector sin ambages. Contamos con los recursos, naturales y humanos también, para defender nuestra posición en Europa. Con un horizonte tan positivo, confiamos en que las instituciones sepan abordar los principales desafíos que podrían comprometer el despliegue fotovoltaico y, por ende, este valioso estímulo económico para las regiones rurales: la financiación, la capacidad de inyección en la red y los procedimientos administrativos.

En Fundeen tenemos muy claro que es posible invertir de forma responsable, no solo para tu cartera y tus pulmones, también para la cartera y los pulmones de tus vecinos. Así que, ante un siglo XXI que parece penalizar a las ciudades pequeñas y a las zonas rurales, ante un panorama de preocupante recesión demográfica, nosotros no nos resignamos a una España vaciada y apostamos por llenarla de energías renovables.