Los contadores de agua, a examen para una lectura más precisa que contribuya al ahorro

En España existen más de tres millones de contadores de agua de propiedad particular con más de 12 años de antigüedad. Una situación que cambiará en muy poco tiempo, tras la entrada en vigor, en agosto de 2020, de la Orden Ministerial ICT/155/2020, que obliga a la sustitución de estos equipos antiguos.

La normativa, que a priori puede parecer que tiene carácter recaudatorio, en realidad contribuirá a mejorar la gestión del consumo de agua, lo que supondrá importantes ahorros para el consumidor -hasta un 15% de la factura del agua-, gracias a una medición mucho más precisa y libre de errores tras la sustitución de los equipos obsoletos.

De esta manera, España se aproxima a la normativa establecida en otros países de la Unión Europea como Alemania, donde la vida útil para estos equipos es de seis años para el agua fría y cinco para la caliente. Es decir, la mitad del tiempo definido para España.

De hecho, en el país germano se aplica desde el año 1979, donde ya se establecía un período de funcionamiento de ocho años para los contadores de agua caliente y cinco para los de agua fría. Ya en el año 1993 se realizó un estudio para comprobar la precisión de dichos equipos en este período de tiempo, tras el cual se decidió reducir la vida útil de los contadores de agua fría hasta los seis años. Además, en todos los casos se establece el cambio del contador por uno nuevo, ya que la re-calibración no es económicamente viable. En caso de no cumplir con la normativa, la ley alemana prevé multas de hasta 50.000 euros.

En España se espera que el tránsito sea relativamente rápido pero, para facilitar la adecuación a la norma, el Ejecutivo ha establecido un periodo transitorio de cinco años para que los contadores con más de 12 años de antigüedad puedan sustituirse o verificarse. Pasado este tiempo, la Ley de Metrología de 2014 -que rige sobre la Orden- contempla la posibilidad de establecer sanciones de hasta 5.000 euros.

Sin embargo, no creemos que estas sanciones se vayan a aplicar al consumidor final por algo tan inocuo como no cambiar su contador. Es más probable que esta medida se aplique a aquellas empresas de suministro de agua o a aquellos gestores que son responsables de un gran número de contadores.

En nuestro país hay 17 millones de viviendas que tienen contadores de agua, la mayoría de los cuales son gestionados por la compañía distribuidora o concesionaria de la gestión, ya sea pública -Canal de Isabel II, Consorcio de Aguas de Bilbao, ayuntamientos, etc.- o concesionaria -Aqualia, Agbar, etc.-.

Pero también existe una minoría, de unos tres millones de contadores, fundamentalmente de agua caliente, que están en comunidades de propietarios cuyos recibos de consumo se incluyen en la cuota de la comunidad. En esos casos, sería la propia comunidad de propietarios quien tendría la responsabilidad de cumplir con la normativa o asumiría las sanciones... según establece la ley. Aun así, parece conveniente que el legislador aclare y no deje lugar a dudas en este asunto, ya que podría provocar rechazo entre los consumidores finales.

En cuanto a qué es más rentable, la verificación o la sustitución, los datos hablan por sí solos y vemos que la sustitución de los equipos -ya sea en régimen de alquiler o compra- siempre es una medida más económica y positiva a medio y largo plazo. El coste medio de la verificación de un equipo está en torno a los 200euros-400euros y garantiza una extensión de la vida útil del contador de cinco años. Mientras que la compra de un nuevo dispositivo, ya instalado, está alrededor de los 40 euros.

En el caso de alquilar, el precio es de unos 0,35 euros al mes y -en este caso- el sujeto obligado a mantener el contador y a cambiarlo cada 12 años no es la comunidad, ni el propietario, sino la empresa de servicios que lo tiene en alquiler. Según nuestra experiencia, esta última opción es la preferida por los propietarios, ya que garantiza la correcta sustitución de los equipos sin perjuicio de los usuarios.

Pese a que estamos satisfechos con la aprobación de esta Orden Ministerial, que nos sitúa en posiciones europeas, pensamos, sin embargo, que hemos perdido una gran oportunidad al no incluir dentro de la misma a los contadores de calefacción.

La Orden, que cubre hasta un total de 17 tipos de medidores, desde los contadores de agua hasta los taxímetros, contadores de gas, electricidad, etc., se olvida de estos equipos y deja una tarea pendiente: elaborar una norma que establezca la vida útil para los grandes olvidados, los contadores de calefacción.

En España, todas las viviendas construidas desde 1998 con calefacción central tienen la obligación de instalar contadores individuales de calefacción. Ni tienen vida útil, ni tienen otra norma de calidad más que la dictada desde Europa, ni siquiera tenemos en España un laboratorio que pueda calibrar este tipo de contadores. Y son palabras mayores: en calefacción cada familia gasta una media de 800 euros al año.

Desde el sector creemos firmemente que la sustitución de contadores de agua contribuirá al ahorro y a la concienciación ambiental de las familias, como ya está sucediendo, aunque todavía no es obligatorio, con la individualización de los contadores o repartidores de costes de calefacción.