China desbanca a EEUU y lidera el crecimiento energético mundial

La demanda mundial de energía ha crecido solo un 1,3% en 2019 frente al 2,8% del año anterior, según el último informe estadístico de BP. El petróleo sigue siendo el combustible más utilizado, las renovables continúan su carrera ascendente y las emisiones de carbono siguen subiendo

La demanda mundial de energía primaria en 2019 ha sufrido un parón en su crecimiento. Aunque su porcentaje aumentó un 1,3%, esta subida ha sido menos de la mitad respecto a la de 2018 (2,8%), según el último informe estadístico de BP publicado a mediados de junio. La pandemia sufrida en 2020, afirma Bernard Looney, director ejecutivo de BP, “corre el riesgo de ralentizar el progreso”.

Por regiones, el consumo cayó en América del Norte, Europa y la antigua Eurasia. El crecimiento fue inferior a la media en América del Sur y Central, mientras que en el resto de regiones estuvo en línea con los promedios históricos. China representó más de las 3/4 partes del crecimiento energético global, seguida de India e Indonesia, mientras que EEUU y Alemania registraron los mayores descensos.

Por tipo de combustible, el petróleo continuó siendo el más utilizado en 2019, representando un tercio del mix energético mundial. El consumo creció en 0,9 millones de barriles diarios, un 1% menos que la media de los últimos diez años. El crecimiento fue liderado de nuevo por China, (680.000 b/d) y otras economías emergentes, mientras que la demanda cayó en la OCDE en 290.000 barriles diarios.

La producción mundial de petróleo se redujo en 60.000 barriles diarios. El fuerte crecimiento de la producción de los países no pertenecientes a la OPEP, con EEUU a la cabeza -que aumentó su producción en 1,7 millones de b/d-, se compensó con el fuerte descenso en la producción de los países de la OPEP, que cayó en 2 millones de b/d, debido a las sanciones y dificultades económicas de países como Irán y Venezuela, y al renovado acuerdo de reducción de producción de la OPEP+, que redujo los niveles de producción de otros países. Por lo que respecta a las refinerías, su rendimiento apenas creció en 2019, con China como excepción, mientras que el crecimiento de la capacidad global de refino terminó el año con un aumento de 1,5 millones de barriles, el mayor crecimiento desde 2009.

El consumo de gas natural creció un 2% a nivel mundial, muy por debajo del registrado en 2018. Aun así, su participación en el mix energético mundial es del 24%. Los mayores incrementos se registraron en EEUU (27 bcm) y China (24 bcm). Rusia y Japón registraron los mayores descensos (10 y 8 bcm, respectivamente). Por su parte, la producción de gas natural aumentó un 3,4%, impulsada por un aumento récord en las exportaciones de GNL (54.000 millones de m3), con EEUU con casi 2/3 de ese incremento (85 bcm). Australia (23 bcm) y China (16 bcm) también fueron claves. En el caso de las importaciones de GNL, casi todos los suministros se dirigieron a Europa. Reino Unido (11 bcm), Francia (10 bcm) y España (7 bcm) fueron los mayores contribuyentes. Con el crecimiento de la producción superando el del consumo, los niveles de almacenamiento aumentaron y los precios cayeron bruscamente.

El consumo de energía renovable -excluyendo la hidroeléctrica- creció un 12,1% por debajo de su promedio histórico, aunque su aumento en términos de energía (3,2 exajulios) fue el más alto registrado por cualquier combustible en 2019, representando más del 40% del crecimiento global en energía primaria el pasado año. Como resultado, las renovables aumentaron su participación en el mix energético al 5%. China fue el mayor contribuyente al crecimiento de las renovables (0,8 EJ), seguido de EEUU (0,3 EJ) y Japón (0,2 EJ). La eólica fué la tecnología que más contribuyó al crecimiento renovable (160 TWh) seguida por la solar (140 TWh), que ha aumentado gradualmente su participación en la generación renovable y ahora representa el 26%. En el caso de los biocombustibles, la producción a nivel mundial creció un 3% y el consumo un 6%, en ambos casos con Brasil e Indonesia a la cabeza.

El carbón sigue ocupando la segunda posición en el mercado, con una participación en la producción de energía primaria del 27%. Su producción aumentó un 1,5% en 2019, sobre todo en China e Indonesia (3,2 y 1,3 EJ, respectivamente), mientras que su consumo cayó un 0,6%, el cuarto descenso en seis años. China (1,8 EJ), Indonesia (0,6 EJ) y Vietnam (0,5 EJ) fueron los países que más consumieron, mientras que los mayores descensos se registraron en EEUU (-1,9 EJ) y Alemania (-0,6 EJ).

Las energías nuclear e hidráulica también subieron en todo el mundo. El consumo nuclear aumentó en un 3,2%, muy por encima de la media registrada en la última década (-0.7%) con China (0,5 EJ) y Japón (0,15 EJ) a la cabeza. La generación mundial hidroeléctrica aumentó un 0,8%, por debajo del promedio de los últimos diez años (1,9%), con China (0,6 EJ), Turquía (0,3 EJ) e India (0,2 EJ) liderando esta subida. EEUU y Vietnam experimentaron los mayores descensos (ambos -0,2 EJ).

Las emisiones globales de carbono aumentaron un 0,5% en 2019 y alcanzan los 34.169 millones de toneladas, aunque reduciendo parcialmente el fuerte crecimiento del 2,1% observado en 2018, impulsado en parte por efectos climáticos extremos. El 50,5% del total de emisiones se produjo en los países de Asia Pacífico, siendo China con más de 9.825 millones de toneladas emitidas el país más contaminante de la región. El 17,5% del total de emisiones se produjeron en América del Norte, con EEUU a la cabeza y casi 5.000 millones de toneladas emitidas. Las regiones de Europa y la antigua Eurasia representaron el 18% del número total de emisiones, siendo Rusia el país más contaminante, con 1.532 millones de toneladas de CO2, seguido de Alemania, Reino Unido y Turquía. España, por su parte, bajó un 5,1% el número de toneladas emitidas.

El informe estadístico de BP también recoge datos de otros materiales clave. Después de un fuerte aumento en los precios del cobalto y del litio en 2017 y 2018, los precios cayeron fuertemente en 2019. Los del cobalto bajaron más del 50% mientras que los del litio cayeron un 31%. La respuesta a esta caída de los precios fue una bajada en la producción de cobalto del 21,2%, en gran parte debido a una disminución en la República Democrática del Congo. La producción de litio cayó un 19,2% impulsada, principalmente, por la menor producción australiana.