2020, un año de resiliencia y progresos

Empezamos el 2020 con un gran optimismo gracias a los niveles de producción que obtuvimos en 2019, un año histórico para la energía fotovoltaica en nuestro país. Tras unos años de parálisis, España había conseguido ser líder a nivel europeo y sexto a nivel mundial, con un récord de capacidad instalada tanto en el segmento de plantas en suelo, con 4.021 nuevos MW, como en el autoconsumo, con 459 MW. Estos resultados positivos se debieron esencialmente a la alta competitividad alcanzada por la tecnología fotovoltaica, líder en España, y a la introducción de un nuevo marco normativo liberalizado para el autoconsumo.

La llegada de la crisis sanitaria del Covid-19 nos cogió a todos por sorpresa. Sin embargo, el sector fotovoltaico ha demostrado tener una gran capacidad de resiliencia en este entorno tan complejo. Los proyectos de plantas en suelo solo sufrieron ligeros retrasos que no han cuestionado su continuidad. El autoconsumo de las pymes y del sector terciario, que se vieron más afectados por la pandemia, se han resentido, pero la evolución ha sido muy positiva en el sector doméstico. De hecho, en este último campo, esperamos cifras iguales o incluso mejores que las del año pasado.

En plantas en suelo llevamos 1.517 MW conectados a la red tan solo en los primeros 11 meses del año. Y, lo que es más interesante aún, sin ningún subsidio o subasta pública, solo con PPAs o saliendo a mercado, lo que supone un nuevo hito histórico.

El área del sector fotovoltaico que presenta un mayor desafío es el de consolidación del sector industrial. En ese sentido, UNEF presentó a principios de año su Estrategia Industrial Fotovoltaica en la que plantea el reto de que España se convierta en un hub fotovoltaico internacional. Los más de 20.000 millones de euros que se van a invertir en nuestro sector no pueden pasar sin que se aprovechen para ello.

En esta estrategia se señala la necesidad de movilizar la inversión privada, de introducir líneas de avales para fabricantes exportadores, fomentar la digitalización del sector eléctrico y adoptar medidas de formación y capacitación para cubrir la demanda de nuevos empleos, entre otras medidas.

Pero la actual crisis presenta también sus oportunidades a través de los fondos del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia. Hemos presentado una propuesta basada en tres ejes de actuación: innovación, industrialización y formación. Este plan cuenta con 29 medidas, que serían financiadas con los fondos de las distintas líneas de trabajo del Plan de Recuperación, y 35 reformas concretas para que las medidas sugeridas tengan un mayor efecto en la recuperación de la economía nacional. La idea es que la consolidación del tejido industrial vaya dirigida a proyectos innovadores, sin olvidarnos del autoconsumo, del apoyo al almacenamiento y al avance en el desarrollo del hidrógeno verde.

Para cerrar esta apuesta para la recuperación económica hay que culminar correctamente el puzle regulatorio que esperamos rija el sector de las energías renovables. Ya tenemos la primera resolución de convocatoria de subastas de energía renovables con el nuevo marco retributivo que establece que la primera de ellas se celebrará el próximo 26 de enero. En la convocatoria se establece un cupo objetivo de 3.000 MW, de los cuales al menos 1.000 MW se destinarán a tecnología fotovoltaica. Quedamos a la espera de que en próximas subastas se reserve potencia para las pequeñas instalaciones.

Estamos a la espera también de que se complete el cuadro regulatorio de Acceso y Conexión, que marque unas reglas de juego claras, transparentes y con igualdad de oportunidades para todas las empresas.

Queda pendiente para el año próximo la aprobación de la ambiciosa Ley de Cambio Climático, que esperamos sea aprobada con el mayor consenso posible y se aproveche la ocasión para transponer los aspectos pendientes de la Directiva de Energías Renovables, particularmente los que se refieren a seguridad jurídica, simplificación administrativa y derechos de los autoconsumidores. Este año hemos constatado que la transición energética y la recuperación económica son asuntos transversales.

En otra línea de actuación, en UNEF hemos trabajado con ayuntamientos y comunidades autónomas en la simplificación normativa. Ya son ocho las comunidades que han eliminado este año el requisito de licencia de obra para instalaciones sobre techo -Islas Canarias, Islas Baleares, Cataluña, Valencia, Extremadura, Galicia, Castilla León y Andalucía- y se están ofreciendo ayudas para el despliegue de grandes plantas. En este momento, seguimos impulsando esta eliminación en Madrid y Asturias y continuaremos en el resto de CCAA.

En cuanto a autoconsumo, desde UNEF hemos estado trabajando en el necesario proceso de certificación para instaladores, que presentaremos próximamente, para dar una mayor garantía a los consumidores.

Este año es especial, además, para UNEF porque hemos celebrado elecciones a la Junta Directiva, que desde septiembre encabeza Rafael Benjumea, de FSL Solar. Con este proceso, se pone de manifiesto el carácter democrático de la asociación y su independencia. Somos ya casi 500 socios entre instaladores, ingenierías, distribuidores, empresas de almacenamiento energético, despachos especializados, empresas de consultoría en energía solar fotovoltaica e, incluso, empresas de reclutamiento profesional.

Estamos seguros de que el año próximo seguirá siendo un año de gratas novedades para nuestro sector. Así que solo nos cabe desear un año 2021 sin sorpresas, tan normal como sea posible.