El Miteco ultima el Perte para una economía circular

El año 2022 comienza dibujándose como el del impulso definitivo hacia una economía circular en la Unión Europea y, de forma muy destacada, en España. Tras ver aprobado su Proyecto Estratégico de Recuperación y Transformación Económica (Perte) de Energías Renovables, Hidrógeno Renovable y Almacenamiento, el Ministerio para la Transición Ecológica se afana ahora en ultimar y dejar listo para ser avalado por el Gobierno el Perte para una economía circular, viéndose dotado económicamente con los fondos Next Generation y quedando así acompasado con la Estrategia Española de Economía Circular (EEEC) España Circular 2030.

Más allá, y con las primeras partidas de los fondos Next Generation que corresponden a España ya liberadas por la Comisión Europea, condensar las líneas generales y específicas, de forma transversal, en un Perte para ese impulso es uno de los proyectos que con mayor intensidad ocupa los trabajos del departamento de Teresa Ribera, según ha confirmado el director general de Calidad y Evaluación ambiental Ismael Aznar.

Caminar hacia un país más verde es el primero de los objetivos que el Gobierno escribe en su Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, y descansa directamente sobre la base de la transición ecológica, para la que la economía circular resulta crucial. Así, potenciar de forma definitiva la economía circular en sectores de actividad claves como el del gran consumo se asume como uno de los objetivos capitales de la acción del Ministerio, ocupado ya en trabajar por el cambio de modelo de producción y consumo mediante la implementación de la EEEC España 2030.

Planes trienales

Los ejes de actuación de la Estrategia Española de Economía Circular fijan su horizonte final en 2030, aunque establecen planificaciones por trienios para poder incorporar los ajustes necesarios para culminar la transición al término de la década y garantizar que la financiación comprometida en los fondos Next Generation es correctamente vehiculada.

De manera general, concreta una serie de objetivos cualitativos que observan ese límite temporal tomando como referencia el año 2010, como el de reducir un 30% el consumo de materiales en relación con PIB, un 15% la generación de residuos, mejorar un 10% la eficiencia en el uso del agua o recortar la emisión de gases de efecto invernadero por debajo de los 10 millones de toneladas de CO2 equivalente.

En concreto, el primer Plan Trienal establece las pautas de acción hasta 2023, haciéndolas pivotar sobre cinco ejes y tres líneas de actuación. Los ejes se ocupan de actuaciones en la producción, el consumo, la gestión de residuos, las materias primas secundarias y la reutilización y depuración del agua.

Sobre la producción, se firma la promoción de los diseños o rediseños de los procesos y productos para optimizar el uso de recursos no naturales, fomentando la incorporación de materias primas secundarias y materiales reciclados, mientras se minimiza la incorporación de sustancias nocivas.

Reducir la huella ecológica modificando las pautas de los usuarios dota de contenido al eje referido al consumo, y el que se ocupa de la gestión de los residuos procura fomentar su reducción y la reutilización y el reciclaje, de la misma forma que la planificación sobre las materias primas secundarias pretende reincorporar en el ciclo de producción los materiales contenidos en los residuos.

Reutilización y depuración de agua

La EEEC eleva el consumo responsable del agua a la categoría de eje clave en la consecución de la economía circular, y fija un abanico más amplio de actuaciones para lograrlo. En concreto, hasta 2023, la estrategia contempla el apoyo a proyectos de regadío que tengan como recurso la reutilización de aguas regeneradas, la incorporación de estas aguas en los sistemas de explotación de las cuencas hidrográficas y, de manera transversal, la modificación del marco normativo para promover la reutilización de aguas en todo el territorio y para todos los usos.