La tecnología de las organizaciones en las fusiones bancarias: desafío y oportunidad

En los últimos años se han producido movimientos importantes en el sector financiero, incluyendo varias fusiones bancarias de enorme relevancia. Estos procesos son un enorme desafío, pero también una oportunidad para adoptar un estándar de mejora continua del rendimiento de la tecnología de las organizaciones.

Como expertos en rendimiento, que finalmente se traduce en la mejora del negocio, hemos participado en las dos últimas fusiones bancarias que han tenido lugar en España para garantizar la capacidad y el servicio tras la integración. A partir de ese conocimiento y experiencia, hemos sistematizado el camino para tener éxito en este tipo de procesos que, desde el punto de vista de la tecnología/negocio, exigen: primero, identificar las limitaciones de capacidad del entorno tecnológico destino; segundo, abordar las adaptaciones y llevar a cabo los cambios necesarios para soportar el incremento de la carga operativa; y tercero, prever el comportamiento del entorno destino mediante el desarrollo de pruebas que simulen una operativa real. Para ello hay que actuar en cuatro grandes ámbitos, todos ellos críticos: infraestructura, software, procesamiento batch (mainframe) y online. Nuestra Oficina Técnica del Rendimiento (OTR) desarrolla estas tareas a través de la plataforma BOA y aplicando la metodología DevPerOps, único estándar de mejora continua del rendimiento del mercado.

En suma, se trata de garantizar que los sistemas destino estarán preparados para la migración, es decir, que se han dimensionado para soportar la carga de información origen y ofrecen la capacidad para procesar con normalidad toda la operativa a partir del día siguiente a la migración (D+1). Así, los errores que antes se “perdonaban”, ya no se admiten y, además, el objetivo en términos de costes es que 1+1 no sumen 3, como tiende a ocurrir en estos procesos, sino menos de 2. En este contexto, el control del rendimiento y la gestión de la capacidad permiten descubrir lo que va mal e identificar las oportunidades en términos de negocio (eficiencia, niveles de cumplimiento, tiempos de respuesta, costes, etc.). Estas debilidades y oportunidades no pueden pasar desapercibidas, de modo que deben tenerse bajo control y ser objeto de mejora continua durante y también tras la fusión.