Florin Talpes, cofundador y CEO de Bitdefender: “Queremos estar en el Nasdaq, pero más que la salida a bolsa, lo importante es el después”

Florin Talpes fundó con su mujer en Bucarest en 2001 la compañía de ciberseguridad Bitdefender. Con 1.600 empleados y 440 patentes, ambos mantienen una parte mayoritaria del accionariado. Confían en convertirse en la primera compañía rumana en cotizar en el Nasdaq. “Hemos dado beneficios todos los años”, resume.

Talpes nos atiende en Maranello, donde acaba de ampliar su colaboración con la escudería Ferrari para protegerlo de ciberataques. El cavallino rampante es uno de sus 20.000 socios en 170 países. Con Talpes hablamos de ciberseguridad, pero también de la importancia de la educación y de las enseñanzas que traslada al día a día de su compañía el haber sido, también con su mujer, campeones nacionales de bailes de salón. Bitdefender fue, por ejemplo, la primera empresa de ciberseguridad que lanzó programas de defensa para dispositivos móviles. “La Comisión Europea está aprendiendo ahora. La UE ha tenido varias veces la intención de convertirse en uno de los ecosistemas más innovadores del mundo y no lo hizo. Para conseguirlo, tenemos que ser muy realistas sobre lo que queremos y establecer el mecanismo para llegar allí”, nos explica.

Me gustaría que empezáramos por el principio, para lo que hay que remontarse al régimen de Ceausescu en Rumanía...

Cuando me gradué de matemáticas en mi país, me exigieron estar dos años como profesor de secundaria en algún lugar. Me tocó Transilvania. Después, volví a Bucarest para trabajar en un instituto de investigación en ciencias de la computación, en lo que entonces se llamaba análisis de patrones y hoy conocemos como inteligencia artificial. Eso fue durante la época comunista, cuando no se podía crear una empresa privada.

El régimen cayó en 1989, pero en cambio no creó la empresa hasta 2001...

Sí, en 1990 podía ya fundar una compañía, pero me estaba preparando para mi doctorado en matemáticas, trabajaba como profesor ayudante en la Universidad y la abrí cuando acabé el doctorado. Entonces me dediqué a tiempo completo a construir la empresa. De hecho, lo que sucedió es que estábamos en el negocio de desarrollar software para empresas occidentales, generalmente empresas de Francia, Alemania y Reino Unido. A finales de los 90, nuestros vecinos los búlgaros se convirtieron en uno de los más grandes productores de malware en el mundo. Eso fue lo que nos impulsó.

Lo que prueba que cuando no había internet también había amenazas...

Desde luego. Ahora los malwares viajan por todo el mundo a la velocidad de la luz, en una fracción de segundo pasan de un rincón del mundo a otro. Entonces, el contagio se producía a través de disquetes. Hubo momentos en los que nos contagiamos. Y nos planteamos ¿cómo podemos detectar nuevos malwares? Y empezamos a investigar. Fuimos viendo que esto no solo era bueno para nosotros, sino para el mercado. Así fue como creamos después Bitdefender.

¿Cómo ha sido la evolución en estos 21 años?

Hace 21 años, la Unión Europea no tenía el ecosistema actual para respaldar a startups innovadoras. ¿Por qué? Porque Europa estaba dominada por el sistema bancario. El sistema bancario no es amigable con el riesgo. Hace veinte años, no era tan fácil crear una nueva empresa en Europa porque cuando estás creando una nueva compañía necesitas financiación. En nuestro caso, arrancamos porque teníamos ya un proyecto sólido. Teníamos que ser rentables desde el año uno.

¿Y luego cómo han podido mantener los números azules?

Parece una locura, pero ha sido así. Ese ha sido nuestro mantra todo el tiempo. Todos los años hemos sido una empresa rentable. Esa historia de rentabilidad nos avala. Podríamos plantearnos adquirir empresas y desarrollarlas de diferentes formas.

Ahora, aparte de capital, las empresas de tecnología tienen dificultad para conseguir talento... ¿Cuál es su modelo?

Hemos ido construyendo lazos muy estrechos con el sistema educativo, tenemos acuerdos con cinco campus en Rumanía y también con escuelas a un nivel inferior a la universidad. Así descubrimos la tecnología a los jóvenes. La actual Rumanía es de los países con mayor cantidad de profesionales certificados. Estamos ayudando a crear esa cantera de profesionales, que luego acabarán también en otras empresas del ecosistema, lo cual es positivo para todos.

¿Es crítico con la actitud de la UE en cuanto al apoyo al emprendimiento?

Tal vez tengamos que cambiar la mentalidad. Tuvimos muchos años la idea de que teníamos que apoyar a las empresas grandes o muy grandes y a partir de ahí se beneficiarían también las pequeñas. Pero no es así: tienes que apoyar a los muy pequeños también, a las nuevas empresas, con la esperanza de que algunas de ellas se hagan más grandes. El cambio de mentalidad se ha producido en los últimos 5 o 10 años.

Ahora la UE también quiere regular la inteligencia artificial. ¿Se cumple una vez más eso de que ‘Estados Unidos crea, China copia y Europa regula’?

En este caso, parece que China ya está trabajando en un borrador para regular la inteligencia artificial. Pero es cierto lo que comentas. La UE tiende a ser burocrático a veces, ¿de acuerdo? Creo que la Comisión Europea está aprendiendo ahora. La UE ha tenido varias veces la intención de convertirse en uno de los ecosistemas más innovadores del mundo y no lo hizo. Para conseguirlo, tenemos que ser muy realistas sobre lo que queremos y establecer el mecanismo para llegar allí.

Y han intentado sacar a bolsa la empresa en el Nasdaq. ¿Hay fecha para ello? ¿Puede ser la primera compañía rumana en cotizar en este índice?

No sé cuándo podrá realizarse la operación, cuando el mercado tecnológico cambie. También podrían hacerlo otras empresas. Reconozco que nuestro objetivo es cotizar en el Nasdaq. Ser los primeros o no dependerá del ambiente, que es muy fluido, muy dinámico. Nos estamos preparando para cuando el mercado vuelva a estar en un buen momento, tenemos con frecuencia reuniones con analistas, banqueros... Para dar una fecha tendría que tener una bola de cristal. Y, como sabemos, lo importante no es la salida, sino la etapa posterior, lo que venga después, de ahí que haya que ser cauteloso.

¿Cuáles son ahora las principales amenazas en ciberseguridad?

Estamos viendo atacantes o grupos de atacantes equipados con vulnerabilidades, lo que llamamos zero-day. Es como si tuvieras una aplicación que se usa en tu organización, que presenta algunas vulnerabilidades. Tal vez no estén al tanto de esas fracturas o no lo hayan actualizado. Estos atacantes están buscando de forma automática en Internet esas infraestructuras con vulnerabilidades, están haciendo lo que llamamos automatización masiva. Hay muchas aplicaciones heredadas o infraestructuras heredadas en el mercado y los atacantes las están buscando de forma muy activa.

Acaban de cerrar un acuerdo con Ferrari, ¿en qué consiste?

Hemos ampliado la colaboración que ya teníamos, que va a permitir a Ferrari SpA una mayor protección con las soluciones Bitdefender Advanced Threat Intelligence. Integrará este sistema en su centro de operaciones de seguridad (SOC) para ayudar a los analistas de seguridad de Ferrari a validar y clasificar alertas más rápidamente. También les ayudaremos a mejorar la búsqueda de amenazas y acelerar la respuesta a posibles incidentes.

¿Qué enseñanzas extrae del mundo de los bailes de salón a la empresa?

Resulta curioso, pero lo cierto es que de todo se puede extraer alguna enseñanza y aplicarla al día a día de la gestión. En el caso del baile, a veces, según la especialidad que sea, lleva el mando y la iniciativa una persona y al compás siguiente el compañero. En la empresa hay que saber delegar y transferir ese poder en ocasiones a otras personas. En el caso de Bitdefender, nos gusta más el modelo que en la naturaleza pudieran representar las abejas en una colmena, de total colaboración, más que una jerarquía rígida de lobos.