Mitos y verdades sobre las nuevas modalidades de trabajo

Después de tres años desde que empresas y ciudadanos a nivel mundial se vieran encerrados trabajando desde casa por una crisis sanitaria única, se siguen cuestionando las ventajas y la productividad empresarial a la hora de optar a modelos de trabajo híbridos o totalmente remotos. En 2021 se analizaron las consecuencias y efectos del teletrabajo en las empresas, en la sociedad, en los empleados y en sus familias. En España, los últimos datos sugieren que los beneficios del teletrabajo son reales, no solo en materia de conciliación, también respecto a calidad de vida, ahorro de desplazamientos y de tiempo y, en consecuencia, reducción de contaminación acústica y huella de carbono. Sin embargo, la realidad más absoluta es que los beneficios del teletrabajo o del trabajo remoto dependen y varían mucho según la capacidad de autogestión de cada persona y de sus valores o prioridades según la etapa en la que se encuentre en su vida.

Por ello, desde Deel hemos desglosado los mitos más extendidos sobre el trabajo en remoto y algunas de las realidades que viven los equipos y las empresas que ya han incorporado estas modalidades de trabajo en sus políticas de Recursos Humanos.

1. Trabajar en remoto hace que el trabajo sea más distante y menos personal. Si se trasladan las buenas costumbres de la oficina al mundo virtual, el buen ambiente laboral puede permanecer exactamente igual. Por ello, es clave que los managers implanten reuniones semanales para abordar las tareas actuales, brainstormings o debates sobre algún proyecto. También se aconseja crear canales de chat internos informales donde se puedan tratar conversaciones de temas no laborales y haya un intercambio distendido de ideas, opiniones y aficiones. Estas dinámicas son muy beneficiosas para fomentar los vínculos y aumentar el sentimiento de pertenencia.

2. Descenso de la productividad y menor rendimiento. El mito de la falta de productividad es el que más fuerte ha sonado estos años, sobre todo, en países como España, donde la implantación del teletrabajo antes de la pandemia era casi inexistente.

El análisis de la productividad de un empleado requiere de infinidad de factores. Pensar que el presentismo, es decir, la práctica de permanecer más tiempo del necesario en el lugar de trabajo, es igual a productividad, es un error muy común que se suele llegar a cometer. El trabajo remoto brinda autonomía, flexibilidad y confianza a los trabajadores; además, la creación de un ambiente laboral basado en la confianza mutua provee a los trabajadores de motivación y seguridad para cumplir con los objetivos planteados, llegando a ser incluso más productivos de lo que podrían ser trabajando de manera presencial.

3. La comunicación en los equipos empeora y disminuye. La implantación de nuevas herramientas y aplicaciones intuitivas e inmediatas como Slack, Skype o Microsoft Teams en el mercado laboral facilita en gran medida la comunicación en tiempo real con clientes, proveedores y compañeros de trabajo. Al mandar un mensaje a otra persona, asegura no interrumpir las tareas de los compañeros con una llamada o un comentario, como si estuvieran sentados al lado en la oficina.

Quizás ha disminuido la interacción cara a cara cuando se trabaja en remoto, pero no ha dejado de estar presente, simplemente se ha trasladado a reuniones puntuales y más rápidas en las que sí que se busca crear valor en las mismas y se opta a llamar al teléfono a alguien cuando es un tema delicado o complejo y necesita una explicación muy concreta. Asimismo, hay acciones como las reuniones por videollamada de ejecutivos con los equipos, la recopilación de datos y feedback después de celebrar encuentros internos o eventos que son de gran ayuda para mejorar el liderazgo, la colaboración y la capacitación de los empleados.

4. Menos creatividad que en el trabajo presencial. Los datos del último estudio elaborado por la Universidad de Columbia y Stanford sobre el efecto de las reuniones virtuales en la generación de ideas creativas, demuestran que la interacción virtual reduce el enfoque cognitivo de los asistentes y, en consecuencia, se restringe el proceso asociativo que subyace a la generación de ideas.

No obstante, se descubrió que las videoconferencias y la interacción en persona comparten muchos aspectos claves de la comunicación y que el enfoque reducido del uso de la pantalla no bloquea la parte colaborativa en la selección de una idea entre un listado y su desarrollo. Si se generan rutinas eficaces donde evitar el multitasking por un rato para pensar en un tema, escuchar música o tener una reunión por videollamada con un compañero, la creatividad puede surgir igual.

5. Los trabajadores en remoto pertenecen solo al sector tecnológico. Uno de los mitos más extendidos es que para trabajar en remoto tienes que pertenecer al ámbito de telecomunicaciones o tecnológico. La realidad es que existen multitud de puestos de trabajo, y cada día este número aumenta progresivamente, que pueden desempeñarse de forma remota. El último Informe de Contratación Global de Deel constata que España es el segundo país europeo con mayor número de personas trabajando a distancia para organizaciones internacionales en 2022 y los perfiles más demandados son los de ventas (traders), ingenieros de software o analistas de datos.

Sin duda, el teletrabajo ha llegado para quedarse y según un estudio de IDG Research, se estima que para este año el 85% de las empresas españolas contarán con modelos híbridos de trabajo dado su impacto positivo en el bienestar de los empleados. Además, en términos de retención de talento, la implantación de estas modalidades pasará a ser una de las principales estrategias de las empresas para los próximos años, ya que la flexibilidad en el horario y lugar de trabajo se posicionan como requisitos esenciales a la hora de buscar nuevo empleo.