Realme 10: Equilibrio sobresaliente para la gama media

El fabricante confirma con su tecnología que la frontera entre los dispositivos ‘premium’ y la gama media cada vez está más próxima.

El fabricante Realme reservó su versión 10 para un modelo ciertamente sobresaliente en su especie. En la cada vez más exigente gama media del mercado de móvil, donde las fronteras con los modelos premium tienden a confundirse, hay que mirar el precio para comprobar que ciertamente es un equipo por debajo de los 250 euros capaz de comerse el mercado.

Su puesta de largo se produjo el pasado martes, 14 de febrero, para enamorar a los usuarios dispuestos a probar un procesador insólito en su especie: el MediaTek G99. La potencia del chip deja claro que lo que acompaña merece estar a su altura. Así, dispone de una RAM dinámica de 16 GB (8 GB + 8 GB) que también rompe moldes entre sus iguales. El dinamismo de esa tecnología permite al smartphone no sólo realizar hasta 18 tareas de forma simultánea, sino también priorizar tareas para dedicar la mayor potencia disponible en función de las necesidades más perentorias en cada momento. El usuario no tiene porqué saber lo que se cuece por debajo de la carcasa, pero sí percibirá una fluidez en la operativa propia de los primeros de la clase.

El Realme destaca en el primer contacto por su perfil de corte cuadrado, que aporta elegancia y ergonomía al prodigio, una cuestión especialmente valiosa cuando todos los smartphone se han ganado el derecho de convertirse en extensión del propio cuerpo. Al contrario que otras marcas, Realme tiene el buen gusto de incluir el cargador apropiado para alimentar de forma rápida una batería de 5.000 miliamperios, así como un protector transparente, eficaz para proteger una pantalla Amoled de 90 Hz, a su vez blindada por un cristal Corning Gorilla Glass 5.

El fabricante, que confía en mantener su marca entre los top 5 de ventas en España -como también lo disfruta en una treintena de mercados-, recuerda que la experiencia de uso del display ofrece “colores vivos”, con la deseable reducción de ruido cuando los usuarios desplazan sus dedos por la pantalla. El brillo que emana el smartphone igualmente es sobradamente competitivo, con su millar de nits para no tener que forzar la vista cuando el sol cae a plomo sobre la pantalla. Para redondear la jugada, Realme incorpora un conjunto óptico igualmente generoso en prestaciones y tecnología, con una óptica principal de 50 megapíxeles, enriquecida con los algoritmos de inteligencia artificial de sus mayores.