Quién te ha visto y quién te ve

Intentar resumir en una tribuna de pocas palabras más de 30 años de evolución en el sector del periodismo y la comunicación en tecnología, ciencia e innovación es absolutamente “misión imposible”.

¿Cómo íbamos a imaginar quienes mandábamos crónicas en disquetes de 3.5” por mensajero, o quienes, en el lado de la comunicación corporativa, ensobrábamos y sellábamos notas de prensa, pegando las diapositivas a los folios de pies de foto, que íbamos a estar ahora hablando de Inteligencia Artificial, Realidad Mixta, Internet de las Cosas, machine learning, el metaverso o la computación en la nube y los centros de datos?

Quienes estábamos ahí, en ese momento, buscábamos traducir a un lenguaje “entendible” para el público general algo que estaba reservado a los ingenieros -y digo “ingenieros” porque las “ingenieras” no abundaban-.

Las ferias de entonces, como CeBIT en Hannover o SIMO cuando se celebraba en la Casa de Campo de Madrid, eran un ir y venir de señores que tenían en sus manos el desarrollo del futuro. ¿Dónde estaban las mujeres en un momento tan crucial para el progreso? Prácticamente ausentes.

En España, pioneras del periodismo tecnológico como Pilar Bernat, Ana Gamazo, Tita López o María José Marzal desde la prensa especializada y Marimar Jiménez, Ana Hernando o Carmen Jané desde la generalista y económica, por citar algunas, abrieron paso a Patricia Fernández de Lis, Mónica Hidalgo, Marilés de Pedro, Ana García Huerta, Nana Gómez, Noelia Hernández o Mila Lavín, entre otras.

Sin embargo, si miramos los datos, según el informe Mujeres e Innovación 2022, elaborado por el Ministerio de Ciencia e Innovación en colaboración con la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (FECYT), en 2020, sólo un 17% de empresas españolas y sólo una de cada tres compañías del sector de las TIC disponían de mujeres especialistas en tecnologías avanzadas. Y, según el ‘U-Multirank Gender Monitor’, el ranking internacional de universidades promovido por la Comisión Europea, que analiza más de 1.000 instituciones de 80 países, entre ellos España, hay un desequilibrio de género a medida que la carrera académica avanza. Por ámbitos de conocimiento vinculado a las STEM, en España, Biología (62%), Química (55%) y Arquitectura (50%) son los que tienen mayor presencia de la mujer en las aulas, mientras que Ingeniería Informática (14%), Ingeniería Mecánica (17%) e Ingeniería Eléctrica (19%) son los que menos matriculadas registran.

En resumen, seguimos demandando ingenieras que puedan ayudar a hacer efectivos todos los cambios que nuestra sociedad requiere. ¡Necesitamos sus ideas! Ahí, por ejemplo, desde Microsoft, estamos continuamente animando a ello a través de diversos programas y premios como WONNOW con Caixabank.

Desde el punto de vista de la comunicación, un sector predominantemente femenino, no lo es tanto en las áreas STEM (o STEAM, si añadimos la parte artística tan necesaria), por lo que ha tenido que surgir un think tank como Margarita Bly, no sólo para inspirar a las futuras periodistas y comunicadoras a orientarse a nuestro sector, sino también para dar visibilidad a esas mujeres referentes de la comunicación en innovación, ciencia y tecnología.

Según el primer Observatorio de Margarita Bly, el 61% de las mujeres cree que existe una barrera de género en el sector de la comunicación tecnológica y son las más jóvenes las que piensan que encuentran más obstáculos de cara a desarrollarse en esta profesión. ¿Cómo es posible que aún tengamos tanto camino que recorrer para conseguir paridad?

La innovación tecnológica y científica está en el centro de todo lo que nos rodea y de nosotros mismos y no tiene sentido que la mujer siga teniendo una presencia minoritaria. Hablamos de sostenibilidad, de accesibilidad, de impacto social, de privacidad, de seguridad, de ocio, de cultura, de enseñanza, de tejido industrial, de cómo, gracias a las apps, podemos pedir comida, agendar una cita médica o vender lo que ya no usamos, entre otros millones de servicios. Desde luego, mucho mejor y más entretenido ahora que antes. Quién te ha visto y quién te ve (pero al revés).

Sirva esta tribuna de tributo a las periodistas y comunicadoras que empezaron y fueron pioneras, y de inspiración para las que se lo están pensando.