El Oeste ha sufrido un hechizo

‘Evil West’ nos traslada al Oeste americano del siglo XIX, infectado de criaturas mágicas que tendremos que eliminar a golpe de guantelete eléctrico y a base de disparos.

El aluvión de videojuegos presentados en las pasadas Navidades hizo que pasara casi inadvertido un gran título que ahora queremos rescatar: Evil West. No es el primer juego ambientado en el Oeste -pues le precedieron otros como Gun o Red Dead Redemption- y es un entorno que nos gusta especialmente. Todo lo que inspira ese escenario es proclive a historias de asaltos a caravanas, de búsqueda de fugitivos, de revueltas en los salones, de duelos a pleno sol, etc. En Evil West tenemos todas esas cosas, pero con un punto de locura pues nuestros enemigos son vampiros, monstruos grotescos y también aquellos humanos que parecen proteger a esos engendros. Hay que admitir que siempre resulta más tranquilizador eliminar a monstruos. Estamos, pues, ante un título de acción en tercera persona en el que los combates tienen mucho que decir y donde morderemos el polvo si no acabamos con hordas de enemigos que la han tomado con nosotros.

Da la impresión de que estos personajes nos reconozcan perfectamente en cuanto nos ven. Quizá sea por encarnar a Jesse Rentier, el último descendiente de una saga fundadora del secreto Instituto Rentier. Este tiene como misión defender a los ciudadanos de bien de estas espantosas criaturas. La historia, que vamos conociendo poco a poco, nos habla de esas fuerzas del mal y de cómo hemos llegado hasta aquí. La campaña principal, que puede durar hasta unas 16 horas según la dificultad elegida, podemos jugarla en modo cooperativo con otro amigo, que encarnará al compañero de aventuras de Jesse, Peter Gravenor. Mucho mejor si compartimos el trabajo, claro.

Nada más empezar, se agradece un tutorial encubierto para familiarizarnos con las diferentes técnicas de combate, sobre todo con un guantelete eléctrico bastante contundente. Y es que, aunque luego dispongamos de armas -revólveres, escopetas y hasta un lanzallamas (o calcinador)- la lucha cuerpo a cuerpo es un elemento importante en todo el juego. Habrá enemigos -boo-hag, nagales, sanguijuelas o voladores nobles- a los que tendremos que reducir empleando diferentes técnicas y esquivando golpes con volteretas... En los monstruos más grandes, el remate final tiene algo de fatality. Y los hay que pisan tierra firme todo el rato y otros que aprovechan sus alas de vampiro para intentar volar. En esos primeros compases del juego, nos dan la instrucción rápida, y tenemos que acabar con un par de enemigos de ese modo, hasta que pasamos a la siguiente arma. Recomendamos también ajustar bien el nivel de dificultad entre los cuatro disponibles y, sobre todo, modificar el ajuste del punto de mira para que no haya ayudas y así la tengamos que manejar nosotros, algo que da mucho más aliciente al título.

No desvelaremos nada más de la historia: solo que tendremos -dentro de esa linealidad de la campaña principal- que ir interactuando con elementos del escenario, que también deberemos de encontrar oro e ir leyendo las explicaciones que se nos van dando si queremos conocer en profundidad qué es lo que nos trae hasta el Oeste. La ambientación es genial, situándonos en el siglo XIX en escenarios propios del romanticismo como pueblos abandonados, galerías en ruinas, criaturas que parecen salidas de extrañas leyendas, etc. En el apartado técnico, brillan los efectos de luz y cómo alternamos misiones a pleno sol con otras nocturnas o en la penumbra.

Esa evolución durante el juego nos va a permitir ir subiendo de nivel y accediendo a técnicas y poderes ocultos. Pero esa progresión también se lleva a cabo de una forma muy natural y sencilla, de manera que no perderemos el tiempo navegando por complicados menús propios de juegos de rol, como suele pasar últimamente en los juegos de acción. Bastará elegir la novedad que queremos probar y vuelta rápida al campo de la acción, que es lo que nos interesa. Lo cierto es que todo aquí mira a mejorar la jugabilidad. Cada vez que derrotamos a un enemigo, recuperamos sangre o energía de nuestro indicador. También ellos disponen de su propio rombo de salud sobre su cabeza para que sepamos cuánto le queda en este mundo.

La combinación de disparos y combates cuerpo a cuerpo y la variedad de enemigos y de situaciones consiguen que no decaigan las fuerzas ni el interés durante esas 16 horas que hemos tardado en concluir la historia. Si estás buscando acción a raudales en una ambientación bastante mágica y con esos elementos de fantasía, este es tu juego. Nos ha llamado la atención la sensibilidad de sus desarrolladores cuando hemos tenido que cruzar una galería llena de arañas. En ese momento, ha salido en una esquina de la pantalla un aviso para los aracnofóbicos recordando que en el menú principal podemos evitar que aparezcan ese tipo de artrópodos. Una buena señal que demuestra que han cuidado hasta el último detalle.