Àurea Rodríguez, autora de ‘Antes muerta que analógica’: “Estar conectado con mucha gente o tener muchos seguidores no significa ser amado”

La emprendedora y profesora tecnológica Àurea Rodríguez acaba de publicar ‘Antes muerta que analógica’ (Ed. Horsori). En las páginas de este libro repasa las últimas tendencias sobre la digitalización. En un tono muy divulgativo, habla de los riesgos, de las oportunidades y también de la incertdumbre ante tantos cambios.

Actualmente, Àurea Rodríguez forma parte de varios comités asesores de industria e innovación como el IND+I de Viladecans y consejos de administración de la biotecnológica QGenomics y la empresa de gestión del talento Talentea. Es profesora de innovación y experta senior de la Comisión Europea sobre transferencia de tecnología. Según ella, pronto se popularizará la pregunta: “¿Quedamos en tu metaverso o en el mío?”. También reivindica espacios para la desconexión e, incluso, aboga por un derecho a la muerte digital para desaparecer de las redes. “De la misma manera que nadie piensa en volver a ir en automóvil a trabajar, tampoco nos imaginamos la vida sin estar conectados”, afirma.

¿‘Antes muerta que analógica’ significa que la carrera por la transformación digital es imposible de frenar?

Antes muerta que analógica es una llamada a utilizar las tecnologías para empoderar a las personas, pero también para que las utilicemos para el bien de las mismas bajo unos valores. La transformación digital irá a más sin duda. Solo se podría frenar si hubiera un gran apagón tecnológico, cosa que no es imposible si literalmente nos desconectáramos o si el sistema energético colapsara, pero creo que es improbable. De la misma manera que nadie piensa en volver a ir en carro a trabajar, tampoco se nos ocurre la vida sin estar conectados.

¿Sería capaz de destacar el principal beneficio y la principal desventaja de esta revolución digital?

Hoy en día, podemos resolver problemas en tiempo récord que antes no podíamos gracias a globalizar el conocimiento mediante la tecnología. Por ejemplo, hemos conseguido conectar la inteligencia colectiva del mundo para superar una pandemia gracias a la tecnología y el conocimiento, hemos desarrollado nuevas vacunas en tiempo récord, nuevas soluciones para conectarnos, para no contagiarnos, etc.

Y también usamos esas mismas herramientas para destruirnos...

El problema es que, al mismo tiempo, hemos desarrollado tecnología más eficaz para matarnos incluso a distancia. Es decir, la tecnología es una herramienta que por sí misma no tiene intencionalidad, el uso que le damos depende de los valores humanos, bien usada salva la humanidad, mal usada nos aniquilará.

¿Es cierto que desaparecerán aquellas empresas que no sean capaces de adaptarse?

Sí, porque quedarán aisladas en un mundo conectado y globalizado. España es uno de los países del mundo con mayor penetración de los móviles. Hoy en día, con cualquier dispositivo conectado nos comunicamos con la familia, amigos, los compañeros, compramos, vendemos, gestionamos finanzas, nos informamos, solicitamos todo tipo de trámites, asistimos a eventos o incluso ligamos.

Nada escapa a la Red...

Los consumidores están ahí, los proveedores, nuestras relaciones y también nuestra reputación. Utilizar toda esa información con conocimiento hace a las empresas más competitivas. Es difícil que cualquier empresa (o persona) sobreviva sin poder hacer ninguna de esas cosas.

De todas formas, ¿cree que tendría que haber algunos espacios sin tecnología? ¿Por ejemplo los servicios de atención al cliente en momentos de emergencia?

Sí, la tecnología debe estar al servicio de las personas y no al revés. Las personas no somos estándares y, por tanto, intentar que las personas se adapten a soluciones estándares es imposible. Estamos en una nueva era en la que la tecnología debe adaptarse a la diversidad humana. Además, tiene que haber espacios de privacidad, de desconexión, incluso de muerte y borrado digital si así se prefiere. El derecho a la conectividad es un derecho universal reconocido por la Unesco, el de la privacidad (y desconexión) también lo debe ser.

Cuando todo era analógico, no había tantos riesgos (por no decir ninguno) de ciberataques... ¿No estamos pagando un precio demasiado alto en algunos sectores o campos por esa digitalización?

El problema no es la digitalización. El problema es que ahora los cacos se han digitalizado y las cajas fuertes ahora contienen nuestros datos. El modelo de negocio de los ladrones es el mismo, solo que ahora es digital. Antes, nuestros abuelos guardaban dinero en la caja de galletas o bajo el colchón, ahora son ledgers con códigos. La frase más utilizada en el mundo cripto es “no codes, no coins”, sin códigos no hay criptomonedas.

¿Qué recetas o consejos puede ofrecer para lograr el necesario equilibrio?

Tener espacios de desconexión para estar con nosotros mismos, con los nuestros o con la naturaleza y por el resto, aprender a usar la tecnología con criterio. Hay estudios que dicen que lo que nos hace más felices es estar con nuestros seres queridos, no hablan de la tecnología. Estar conectado con mucha gente o tener muchos seguidores no significa ser amado.

Hablemos de la nomofobia o adicción al móvil. ¿Dejará secuela en los jóvenes? ¿El abuso de la tecnología sobre todo en edades muy tempranas?

Como todo en la vida, tiene su justa medida. La comida, los fármacos o incluso algún colega tienen un límite máximo de tolerancia para evitar efectos secundarios, adiciones, saturación, etc. Con el consumo de tecnología, lo mismo. No hay que confundir seguidores o likes con amigos o abrazos. El sentido común y los valores humanos deben aplicarse a los usos y aplicaciones y con más cuidado con los menores.

Ahora que hemos migrado todo a la nube, han ‘caído en la cuenta’ de que los servidores y centros de datos consumen demasiada energía. ¿Es sostenible esta tendencia?

La tendencia será a tener servidores sostenibles que consuman menos y que las energías sean limpias. Así se les exigirá como al resto de empresas. Los objetivos de descarbonización son para todos y cosa de todos.

¿Cómo imagina el mundo en cinco años?

Será la época de la humanidad en donde se generará más conocimiento y tecnología así que espero que sea más humano, equitativo y que seamos suficientemente inteligentes como sociedad para utilizarlos para nuestro propio bien.

¿Cuál será la principal tendencia tecnológica entonces?

Por necesidad habrá un gran cambio en la producción y las fuentes de energía que consumimos. No creo que resolvamos la fusión nuclear, pero si se utilizarán energías alternativas, así como hidrogeno. En el ámbito digital, los procesadores cuánticos empezarán a tener casos de uso aplicados, la inteligencia artificial estará omnipresente en la gestión de datos sin darnos cuenta y en el ámbito de la salud es probable que veamos resultados impactantes con la conexión humano-maquina.

¿Qué opinión le merece el metaverso? ¿Cree que llegará un momento en el que hagamos más vida en ese entorno virtual que en el tradicional o físico?

El mundo digital ha evolucionado y evolucionará a ser más inmersivo y a tener mayores aplicaciones porque nos permite tener un mundo donde la presencia física carece de importancia. En industria, educación e industrias experienciales ya existen gemelos digitales y los entornos colaborativos para formar, hacer mantenimientos en remoto o relacionarse. No creo que vaya a haber un único metaverso y mucho menos que sea de una única empresa, nadie del planeta lo permitirá. Lo que hay y habrá son muchos entornos que coexistirán y quedaremos en tu metaverso o en el mío.