La reinvención empresarial en Europa requiere dar un paso adelante

Aunque los últimos tiempos no han sido fáciles, puede afirmarse que la mayoría de las empresas europeas ha superado con éxito uno de los contextos macroeconómicos más desafiantes de cuantos hayamos vivido hasta el momento. Han tenido que navegar entre las interrupciones de la cadena de suministro, el aumento de la inflación y el riesgo climático, además de por una crisis energética más pronunciada que la de sus homólogas estadounidenses y asiáticas.

Quizá, el mayor desafío al que se enfrenta el continente europeo en este momento es el de la competitividad a largo plazo. De hecho, las empresas europeas están aumentando sus ingresos más lentamente que las de América del Norte y Asia Pacífico y también corren el riesgo de quedarse atrás en cuestiones tecnológicas.

De ahí, la necesidad de ir más allá de la resiliencia. No se trata sólo de absorber, adaptarse y recuperarse a las situacioones adversas. Es necesario ser capaz de aprovechar todos esos problemas que hemos podido tener para levantarse aún con más fuerza, buscar nuevos caminos para el crecimiento y prosperar a largo plazo.

El análisis financiero de casi 3.000 grandes empresas en las tres grandes regiones mundiales -realizado por Accenture- dibuja una imagen clara. Si bien las empresas europeas reportan una fuerte rentabilidad, son más lentas para aumentar los ingresos que las de América del Norte y Asia Pacífico. Curiosamente, este dato sugiere una tendencia a exprimir el valor de las operaciones existentes en lugar de invertir en otras nuevas.

De hecho, los ejecutivos europeos señalan que sólo el 16,9% de los ingresos globales se invierten en iniciativas de transformación. Así, en los últimos cinco años, estas compañías se quedaron a 352.000 millones de euros de igualar el ritmo de inversión en I+D de Norteamérica.

Por otro lado, las empresas europeas están tomando medidas para ser más competitivas. A pesar de estar rezagadas a nivel tecnológico, en los últimos dos años los directivos europeos han acelerado la implementación de servicios en la nube, seguridad, inteligencia artificial y automatización, superando el progreso realizado a nivel mundial.

Y si hablamos de incorporar prácticas de sostenibilidad y proporcionar mejores experiencias a los empleados, se mantienen muy a la vanguardia respecto al resto. Nuestro Índice Global de Disrupción, basado en factores socioeconómicos, geopolíticos, climáticos, de consumo y tecnológicos, señala un aumento del 200% en la disrupción entre 2017 y 2022.

En contraste, el índice aumentó solo un 4% entre 2011 y 2016. Con la intensificación de las disrupciones, las empresas europeas están operando en un contexto muy cambiante: la innovación tecnológica se está acelerando, los clientes están cambiando más rápido de lo que las empresas pueden adaptarse y el cambio climático demanda acciones para la transición energética.

Tiempos sin precedentes exigen respuestas sin precedentes. Las empresas deben comprometerse con una nueva estrategia, con nuevas tecnologías y formas de trabajo para reinventar continuamente cada parte de su negocio. Solo a través de una reinvención empresarial total las compañías europeas pueden ser más resilientes y prosperar competitivamente a largo plazo.

La pregunta es, ¿cómo hacerlo?, ¿cómo abordar los desafíos a los que se enfrentan y aprovechar sus fortalezas en sostenibilidad y talento? Ahí van cuatro grandes respuestas:

-Creación de núcleos digitales que permitan la reinvención del modelo de negocio y las innovaciones de vanguardia: uso de la nube, los datos y la IA para impulsar la transformación comprimida y escalable. El objetivo es una plataforma para la reinvención en la que las iniciativas se financien a través del valor que crean.

-Alinearse con las nuevas necesidades de los clientes: Uso de inteligencia humana y artificial para contemplar a los clientes dentro de su ciclo vital. Capitalizar las relaciones de colaboración ampliadas y reevaluar los recursos para ofrecer productos y servicios personalizados.

-Transición energética acelerada: Abogar por una fuerte cooperación entre la industria y las administraciones para centrar la economía europea en torno a los principios de cero emisiones netas. Acelerar las asociaciones de descarbonización entre sectores y adoptar soluciones para navegar por la crisis energética y mejorar las emisiones y la competitividad futura.

-Colocar a las personas al frente y en el centro de la reinvención empresarial: Utilizar la tecnología para comprender mejor las necesidades de formación de la próxima generación y fomentar una cultura inclusiva que empodere a las personas en todos los niveles para contribuir a su máximo potencial.

Puede parecer contradictorio centrarse en la promesa a largo plazo en medio de las condiciones adversas de la actualidad. Pero durante las recesiones, la volatilidad competitiva crece: la tasa a la que las empresas entran y salen de Fortune 100 aumenta en un 43%.

Esto crea oportunidades para que las empresas se atrevan a reinventarse, estableciendo una nueva frontera de rendimiento. En última instancia, este es el quid de la reinvención empresarial total. En un momento crucial para lograr una Europa más fuerte, no se trata de hacer las cosas como siempre, sino como nunca.