La paradoja de la tecnología como palanca para superar la falta de talento IT
La transformación digital y una evolución continúa basada en la innovación, se han convertido en claves indispensables para la supervivencia de cualquier empresa de cualquier sector económico y su competitividad.
Esto no solo afecta a un departamento o área dentro de una organización, sino que absolutamente toda la entidad tiene el reto continuo de aumentar constantemente el valor aportado al cliente y mercado con el menor coste posible, y aquí la tecnología tiene un papel protagonista.
Para alimentar esta exacerbada necesidad de tecnología necesitamos ingentes cantidades de talento TI (Tecnologías de la Información) que ni existen, ni somos capaces de generar con los sistemas educativos actuales. Las necesidades de la sociedad digitalizada avanzan a un ritmo tan alto hoy en día que normalmente los centros educativos o instituciones no pueden manejar, lo que hace que no puedan emparejarse con este avance exponencial. Todos los diferentes actores del sector, incluyendo estas organizaciones educativas, ponemos nuestro foco en cátedras, formación profesional, acuerdos, másteres, formación dual, etc., pero sin duda son insuficientes.
Por tanto, uno de los principales retos que tiene el sector TI es la falta de talento con perfiles eminentemente tecnológicos. A pesar de tener una tasa de paro en el sector muy cercana a cero en nuestro país, ofrecer salarios competitivos y carreras de futuro, seguimos teniendo un déficit enorme en talento. Y esto, claro está, puede suponer un lastre para construir una economía competitiva, basada en la innovación.
¿Cómo seremos una sociedad digitalizada sin suficientes perfiles tecnológicos? Los datos son demoledores. La asociación de empresas tecnológicas DigitalES señala que el déficit de especialistas TIC se ha agravado rápidamente en los últimos dos años y España tiene en la actualidad más de 120.000 vacantes laborales tecnológicas sin cubrir.
Si analizamos en detalle la idea de la falta de talento TI debemos estructurar los distintos perfiles y priorizarlos por aportación de valor y demanda identificada. Desarrollo de software, aplicaciones y su mantenimiento es uno de los subsectores de mayor tamaño de todo el sector IT y, por lo tanto, donde más foco debemos poner.
Más allá de las iniciativas que se puedan implementar en el sistema educativo para desarrollar talento con estas capacidades que serán costosas tanto a nivel económico como temporal, podemos identificar otra palanca que, aunque parezca una paradoja, nos la puede facilitar la misma tecnología.
Por un lado, gracias al Low-Code es posible seguir avanzando en el desarrollo de soluciones tecnológicas, ya que estas herramientas permiten reducir al mínimo el desarrollo manual de código. De esta manera, una persona con conocimientos básicos de desarrollo puede desarrollar software y aumentar su productividad; o bien, si nos vamos al extremo, el No-Code permite que una persona sin perfil tecnológico también se sienta capacitada para hacerlo. Es decir, que una persona de negocio, con un perfil bajo en tecnología que tenga conocimiento de las necesidades de negocio, es capaz de desarrollar gran parte del proceso de creación de software.
Por ello estamos potenciando y mejorando herramientas que habilitarán capacidades que hasta ahora solo podían ser desarrolladas por ingenieros. De esta manera, podemos superar el escollo que nos supone la falta de talento TIC para la transformación digital, e incluso permitir una transición mucho más suave y natural de personas con perfiles de baja empleabilidad hacia un talento digital capaz de participar en el proceso productivo del sector.
Por otro lado, nos encontramos que gracias a estas mismas herramientas y a otras soluciones como la automatización, la inteligencia artificial y el machine learning, podemos hacer que los profesionales - con o sin perfil tecnológico- puedan aumentar su productividad, así como aumentar su motivación al no tener que desarrollar tareas de bajo valor o repetitivas.
Esto último se denomina Augmented Employee, un concepto recientemente acuñado para potenciar las capacidades y productividad de nuestro talento con todo tipo de herramientas innovadoras.
Pero en ningún caso podemos pensar que los perfiles tecnológicos más “puros”, aquellos que tienen formación tecnológica amplia, no son tan necesarios o que han dejado de ser necesarios por la irrupción del Low-Code. De hecho, son tan necesarios como antes o incluso más.
No tenemos capacidad -ni sería inteligente ni operativamente viable- para derivar todos nuestros desarrollos tecnológicos en personas sin un perfil tecnológico claro y que hayan sido formados específicamente para esas funciones. Necesitamos su conocimiento y experiencia para garantizar el éxito de los proyectos que nos harán avanzar hacia una sociedad competitiva, innovadora y digital.
Es posible que en la actualidad - y en los próximos años - el Low-Code y el No-Code se conviertan en la única solución del sector TI ante una demanda feroz y un avance lento en la generación de nuevos perfiles. Y que las soluciones mencionadas nos ayuden a seguir avanzando gracias a tener “profesionales aumentados” más motivados y focalizados donde verdaderamente pueden aportar valor y ser diferenciales.
Ahora mismo es el único camino. Y paradójicamente, combatir la falta de personas formadas en tecnología, con la propia tecnología, puede ser la única opción viable.