Datos: la clave para habilitar las ciudades inteligentes

Los datos son el alma de las ciudades inteligentes. Fluyen directamente entre las cámaras, los sensores y los medidores que conectan nuestros servicios comunitarios, desde sistemas de transporte hasta redes de agua. Utilizando datos para mejorar la vida de sus ciudadanos, las ciudades inteligentes representan el futuro de la existencia urbana. Sin embargo, a pesar de toda la promesa, las ciudades de todo el mundo todavía no están aprovechando al máximo los datos y aprovechan su potencial dentro de los espacios urbanos. Esto será fundamental para planificar y diseñar ciudades inteligentes en todo el mundo, con los planificadores urbanos que dependen de los datos de organismos públicos y organizaciones privadas para diseñar y construir ciudades inteligentes verdaderamente con anticipación.

Hay signos alentadores de que la sociedad está adoptando el potencial de los datos en el desarrollo de las ciudades. Esto se demuestra por el hecho de que los líderes empresariales ahora entienden el valor que ofrece para revolucionar todo, desde el transporte hasta la seguridad y la sostenibilidad, ayudando a mejorar las vidas. Según el informe Data for Humanity de Lenovo, una cuarta parte de los ejecutivos dice que quieren usar sus datos para beneficiar a la humanidad, y más de dos tercios esperan que sea muy importante para mejorar las redes de transporte. El piloto Smart City de Barcelona demuestra cómo la aplicación inteligente de datos puede transformar todo, desde las compras hasta el transporte, lo que permite los servicios desde la conducción autónoma hasta la realidad aumentada. Su famoso mercado de La Boquería, por ejemplo, fue el sitio de una innovadora prueba 5G que ofreció a los compradores una experiencia de compra virtual. Esto utilizó la realidad aumentada para crear un vínculo único entre las compras en el mercado del mundo real y el comercio electrónico.

Los datos se entregan rápidamente donde se necesita con la ayuda de la computación de borde habilitada por los gabinetes de servidores repartidos por la ciudad. Edge Computing es un paradigma distribuido que acerca la potencia informática a las fuentes de datos. Significa que los datos no necesitan ser enviados a un centro de datos lejano para el procesamiento, lo que permite el tipo de decisiones rápidas y servicios receptivos que impulsan una ciudad inteligente.

Ver los datos utilizados de manera tan efectiva los beneficios tangibles que se ofrecen a ciudades y empresas hoy. Pero, ¿los líderes son lo suficientemente audaces como para adoptar este futuro y qué factores los retrasan?

Los factores macroeconómicos ciertamente juegan un papel, ilustrado por el hecho de que la mayoría de los líderes dicen que la crisis energética tendrá un impacto “moderado a severo” en su negocio, pero solo una minoría está tomando medidas para lidiar con él. Por lo tanto, está claro que si bien los ejecutivos son conscientes del poder de los datos, todavía son cautelosos al usarlo para lidiar con problemas del mundo real, o tal vez simplemente no pueden extraer su verdadero valor hacerlo.

Si los datos se usan a su máximo potencial, entonces será un cambio de paso importante en la evolución de las ciudades, especialmente cuando se trata de aprovechar las enormes cantidades de datos generados por los sensores de Internet de las cosas (IoT). La tecnología IoT es fundamental para cómo funcionan las ciudades inteligentes, entregando datos, sobre todo, desde condiciones climáticas locales hasta información de tráfico, cosechadas a través de redes de sensores en toda la ciudad.

La tecnología de la ciudad inteligente tiene el poder de mejorar vidas, pero para cumplir esta promesa, las empresas y gobiernos privados deben trabajar juntos armoniosamente. Por ejemplo, las empresas de transporte y el gobierno central pueden mejorar los servicios al compartir datos rápidos en la ventaja de la red.

El potencial de los datos será ilimitado, y sus beneficios se extenderán más allá de la eficiencia para apoyar otras prioridades para los planificadores de la ciudad, como impulsar los esfuerzos de sostenibilidad. Por ejemplo, la tecnología de la ciudad inteligente podría hacer que las redes de transporte sean “más inteligentes” enviando mensajes desde los semáforos hasta los automóviles, lo que permite a los conductores viajar de una manera eficiente en combustible a la velocidad correcta para evitar detenerse y comenzar con luces rojas. A escala de la ciudad, esto puede marcar una gran diferencia en los esfuerzos de sostenibilidad.

Mediante el uso de datos, la seguridad también tiene el potencial de mejorar. Cuando los datos se aplican a las cámaras CCTV, un modelo de adquisición escalado puede cambiar drásticamente la forma en que funciona la seguridad en una ciudad. Anteriormente, las redes de cámaras de CCTV transmitirían a un centro de control donde los seres humanos iniciarían respuestas, que pueden llevar mucho tiempo. La inteligencia artificial (IA) está cambiando esto en ciudades inteligentes, con IA capaz de escanear incidentes, tomar una decisión y luego enviar esa respuesta a un “controlador” humano.

Este cambio significa que las ciudades pueden tener una visión holística de la seguridad y potencialmente transformar la forma en que funciona a escala. Los datos, compartidos de manera efectiva, permiten que el proceso de toma de decisiones humanas sea impulsado por la tecnología, lo que permite decisiones más rápidas, bien fundadas y más claras. Es evidente que los datos tienen un papel crucial que desempeñar en la creación y desarrollo de ciudades inteligentes. Ya sea que esto significa mejorar las redes de transporte o mantener los estándares de seguridad de primera clase, los datos se han convertido en el denominador común que está empujando los paisajes urbanos al futuro. Al observar ciudades como Barcelona, los datos se están utilizando para impulsar nuevos proyectos innovadores, ayudar a las sociedades a realizar nuevas ambiciones y dar a los habitantes urbanos experiencias únicas que no eran posibles anteriormente. Se aconsejaría a otras ciudades que tomen nota de este potencial o se arriesguen a quedarse atrás.