iSAR, una nueva forma de organizar rescates en el mar

Salvamento Marítimo presenta un proyecto que consolida su posición como referente internacional

Golfo de Vizcaya: Un buque portacontenedores que navega con una tripulación de 20 personas va cargado con 15.000 contenedores y lleva en sus tanques 5.000 toneladas de combustible para su propulsión. Cuando se encuentra situado a 185 millas náuticas de la costa en aguas de responsabilidad SAR españolas sufre un incendio a bordo. El Capitán ordena emitir una alerta de socorro y activar la radiobaliza de emergencia. Las condiciones meteorológicas y estado de la mar son desfavorables y quedan pocas horas para que se ponga el sol”.

¡Calma! Estamos ante una situación ficticia (que no imposible), pero lo que es más importante, estamos en las mejores manos, en las de la Sociedad de Salvamento y Seguridad Marítima, Salvamento Marítimo, un referente internacional en los servicios de búsqueda y salvamento, de lucha contra la contaminación y de seguridad marítima. “De ahí que la investigación e innovación sea una constante”, explica el director de Salvamento Marítimo, José Luis García Lena. Su último gran paso, y que ha sido presentado el día 6 de octubre en el Puerto de Barcelona ante la Secretaria General de Transportes y Movilidad, el proyecto iSAR.

Con un presupuesto total superior a 20 millones de euros, el proyecto iSAR, ha sido cofinanciado por el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana y en un 85% por el Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER) a través de una ayuda concedida por el Ministerio de Ciencia e Innovación superior a 17 millones de euros.

Para García Lena, el proyecto iSAR “es una forma innovadora de organizar el salvamento en la mar con la que aumenta la rapidez y favorece la calidad del entorno marino”. En ese sentido, la finalidad del Programa ISAR es la de incorporar en Salvamento Marítimo desarrollos novedosos que reducen los tiempos de búsqueda de náufragos y pequeñas embarcaciones; controlan las emisiones atmosféricas de buques en navegación, o aumentan la capacidad de detección de contaminantes en el mar con el objetivo de reducir el impacto medioambiental. Además, facilitan la comunicación entre las unidades participantes en una emergencia, mejorando así la coordinación y gestión de emergencias complejas.

El director de la sociedad de salvamento habla de las aeronaves no tripuladas, con capacidad de despegar y aterrizar verticalmente y de manera autónoma en embarcaciones en movimiento. “Se encuentra en fase de construcción un nuevo remolcador de altura para Salvamento Marítimo, que contará con una plataforma en su cubierta con capacidad para operar con drones en búsquedas en la mar”.

Aeronaves, sistemas de comunicación satélites... García Lena pone números a este trabajo que realizan más de 1.400 profesionales, y que salva vidas. Desde 1993 Salvamento Marítimo ha auxiliado a más de 435.000 personas en peligro en la mar. El año pasado se atendieron a más de 46.000 personas y más de 6000 embarcaciones.

Salvamento Marítimo da así un paso de gigante porque, como dice su director, “iSAR y todos los que hacemos esta Casa sabemos que en la mar, un minuto es una eternidad. En la mar, para una persona en el agua, un minuto es un año. Si en un minuto no la ves... Puede que no la vuelvas a hacer”, recuerda.

El salvamento, antes de iSAR

Pero sigamos con el supuesto. “La situación no es fácil. Al llegar el avión, se encuentra con una gran nube de humo y se siente incapaz de confirmar si allí podrá operar el helicóptero. El helicóptero llega finalmente a zona y observa la humareda. Encuentra una parte del barco despejada por lo que instruye a la tripulación del buque para que se dirijan allí. Cuando se lleva rescatados 7 tripulantes se produce una explosión en una de las bodegas del buque que obliga al helicóptero a retirarse, ya que tampoco le queda mucho combustible en sus tanques. Aún quedan 18 tripulantes en el barco, que huyen apresuradamente. El Capitán ordena abandonar el buque en el bote salvavidas. ... El avión también se retira a base por falta de combustible”.

El director de Salvamento Marítimo describe la situación: Complicado el sistema de telecomunicaciones. Las unidades no son capaces de valorar si una atmósfera puede ser nociva o potencialmente peligrosa, lo que pone en riesgo a las propias unidades y resta eficacia a las operaciones de salvamento. También las unidades tienen dificultades para enviar información, como video o fotografía, en tiempo real, a los Centros de Coordinación. “La coordinación de los medios desplegados mejoraría significativamente si las unidades pudiesen compartir y visualizar la información digital que recogen sus cámaras. La respuesta a una emergencia sería de esta manera más eficaz”, subraya José Luis García Lena, que no se olvida de los náufragos. “La búsqueda de náufragos tiene una enorme dependencia del factor humano. La fatiga de los observadores, la falta de colores vivos en la vestimenta de los náufragos, el estado de la mar con grandes extensiones de espuma blanca, los numerosos objetos que quedan flotando en la zona de un hundimiento, la falta de luz al caer la noche y las velocidades y alturas de vuelo de los medios aéreos hacen muy difícil localizarlos en el agua“.

Además, los centros de coordinación reciben muy tarde la información, los medios aéreos en ocasiones cuentan con una capacidad de combustible insuficiente para permanecer en zona mucho tiempo, y también las cantidades de carga y volúmenes de combustible que los grandes mercantes transportan, hacen que, en caso de un derrame accidental, se vean afectadas enormes cantidades de kilómetros cuadrados de superficie de mar.

“En cuanto el proyecto iSAR comience a funcionar, el tiempo que se tarda en buscar a náufragos se reducirá notablemente. También aumentará la capacidad de detección de contaminantes en el mar y, se facilitará la comunicación entre las diferentes unidades que participen en una emergencia”, apunta García Lena.

Sensores inteligentes, unidades aéreas no tripuladas de mayores prestaciones que las que se pueden encontrar actualmente en el mercado y que puedan ser embarcadas para operar durante días desde buques situados en alta mar, la generación de una red digital de información que, estando también conectada a tierra, permita el envío de grandes cantidades de datos en tiempo real entre las unidades desplegadas en una emergencia y el centro coordinador responsable de la toma de decisiones. “Seremos más eficientes y más rápidos”. El iSAR despega.