Hacia el santuario inteligente

La Fundación Cellnex y la Fundación Abadía de Montserrat 2025 se alían para dotar al milenario recinto religioso de sistemas para la gestión inteligente de los aforos, los aparcamientos, la intrusión y el control de la calidad del aire.

El monasterio de Montserrat se acerca a la celebración de su primer milenario en 2025 y está decidido a entrar en la nueva era de la digitalización por la puerta grande. Testigo del progreso logrado por la humanidad durante estas diez centurias, ahora se convertirá en un monasterio inteligente. Esto será posible gracias a un acuerdo de mecenazgo que han alcanzado la Fundación Cellnex y la Fundación Abadía de Montserrat 2025. Según esta alianza, el operador de infraestructuras potenciará la cobertura de voz y datos móviles para garantizar un nivel de servicio adecuado para los fieles y peregrinos. Esas innovaciones también van dirigidas a convertir el monasterio en una especie de Smart-City con sistemas para la gestión inteligente de los aforos, los aparcamientos, la intrusión y el control de la calidad del aire.

Àngels Ucero, directora de la Fundación Cellnex, nos explica que este acuerdo se concretará en el “despliegue de un sistema integral de Internet de las Cosas (IoT) formado por sensores, una red de transmisión de datos y una plataforma informática para la recogida, monitorización y gestión proactiva de estos datos en tiempo real y a distancia”. Añade Ucero que el objetivo de estas actuaciones es ofrecer un mejor servicio, tanto a la comunidad benedictina como a los visitantes y peregrinos del Santuario.

Le preguntamos en qué aspectos se va a materializar la colaboración de Cellnex y destaca cuatro campos. “En primer lugar, en los controles de aforo, no solo para cumplir con limitaciones como las que se han impuesto durante la pandemia, sino por razones de seguridad”. La directora de la Fundación Cellnex nos explica que “En el entorno de la Abadía de Montserrat está previsto controlar el aforo en tres espacios: la Basílica, el Camino del Camarín de la Virgen y el Museo”. Con esta medida, se evitarán aglomeraciones en las zonas clave del santuario.

En segundo lugar, esta tecnología permitirá gestionar de manera conjunta y en tiempo real la ocupación de las áreas de aparcamiento situadas en la carretera de acceso y el nuevo aparcamiento subterráneo: “De esta forma, se mejorará la experiencia de los visitantes evitando atascos, al poder informar a los conductores previamente de cuáles son las secciones con disponibilidad de plazas”.

El tercero de los sistemas que mejorarán es el de la calidad del aire. “Mantener la calidad del aire que respiramos es clave. Una alta concentración de dióxido de carbono afecta al confort de las personas al incrementar la sensación de cansancio”, recuerda Ucero. “Además, la medición continua de los niveles de CO2 es una herramienta clave para garantizar que se mantiene una correcta ventilación de los espacios cerrados”, añade. Por estas razones, es fundamental controlar la concentración de CO2 en los espacios donde existe gran afluencia de público como la Basílica, restaurantes y cafeterías y en las tiendas. Para monitorizar el aire se instalarán sensores de CO2, temperatura y humedad que permitirán controlar en todo momento el nivel de calidad del aire y activar, en caso de que sea necesario, los recursos adecuados para una correcta ventilación de los espacios.

Finalmente, el cuarto sistema que se implantará permitirá prevenir y detectar cualquier tipo de intrusión en los centros aislados y alejados de la Abadía, contribuyendo así a la preservación de los elementos artísticos y arquitectónicos.

Preguntada acerca de la oportunidad que representa para Cellnex participar en iniciativas como ésta, Àngels Ucero afirma que “mejorar la experiencia de los usuarios a través de la tecnología, la conectividad y el IoT e integrarla en un entorno abierto es la principal lección que podemos sacar de este proyecto”.

Sobre la posibilidad de extender este proyecto a otras localizaciones o espacios, la directora de la Fundación Cellnex apunta que esta institución tiene como misión “acercar la tecnología a las personas en riesgo de exclusión mediante la promoción de una conectividad efectiva, el fomento de mejores conexiones en territorios y zonas con especial relevancia patrimonial o histórica, y la promoción de soluciones positivas para el medio ambiente, por tanto vamos a seguir desplegando proyectos que contribuyan a la reducción de las brechas digitales, sociales y territoriales”.