Ahora cualquiera puede ser programador

La empresa de desarrollo de ‘software low-code’ Appian, responsable de la digitalización de cuatro ministerios y del Banco Santander, anima a cualquier trabajador descontento o en paro a formarse gratis en programación para atender esa demanda de perfiles y mejorar su situación laboral

Desde el sótano de su casa de Connecticut, Matt Calkins y otros tres amigos iniciaron dos décadas atrás una revolución para el mundo del software. El hoy conocido como low-code se caracteriza por la simplificación al máximo de la siempre ardua y compleja tarea de programar. Se acabaron las líneas y líneas de códigos ininteligibles, que pasan a ser sustituidos por una especie de módulos o piezas como si de una figura de Lego se tratara. Appian, la compañía que fundaron esos cuatro amigos y que preside Calkins, está digitalizando con esas herramientas, por ejemplo, cuatro ministerios y tres agencias del Gobierno español. Estas mismas soluciones son las que están empleando también el Banco Santander y el 80% de las firmas del Ibex para digitalizarse.

Con esos mimbres y herramientas que ofrece el low-code, prácticamente cualquiera puede convertirse en programador. Y esto es importante para solucionar la escasez de profesionales del software. Un informe de Morgan Stanley concluye que solo en Estados Unidos se necesitan ahora 1,4 millones de ingenieros de este tipo. Una iniciativa presentada por Appian en su reciente conferencia anual, celebrada en Florida, pretende acabar con esa carencia. Bajo el lema ‘Lowcode4all’, esta empresa ha creado un plan de estudios gratuito para formar a la próxima generación de talentos y facilitar el acceso a una carrera profesional en este lenguaje de programación.

Ofrece becas para iniciar un completo plan de estudios sobre low-code y recursos educativos, que permitirá obtener el título de Appian Certified Associate Developer de forma gratuita. A partir de ahí, se les facilitará orientación y contactos para encontrar trabajo entre la red de socios de Appian. Su CEO y fundador se compromete “a conseguir que las carreras profesionales en low-code se encuentren disponibles para todas las personas”. A favor de este movimiento juega “la facilidad para aprender low-code”, que “permite a las personas cambiar de carrera profesional, actualizar sus habilidades y mejorar sus circunstancias particulares”, insiste.

La consultora Gartner predice que, dentro de tres años, en 2025, el 70% de las nuevas aplicaciones desarrolladas por las empresas utilizarán tecnología low-code o incluso no-code, un gran avance en comparación con menos del 25% en 2020. Hemos querido aprovechar la cita anual de Appian y el lanzamiento de este plan de estudios y becas que se propone popularizar la programación para conocer mejor la manera de trabajar de ese software. Y también así quienes se estén planteando un cambio profesional pueden hacerse una idea de lo que permite este sistema.

Cuando hablamos con los portavoces de la compañía insisten en que lo importante de su trabajo es que los procesos ganen en eficiencia y simplificar las cosas. “Cuando empezamos a trabajar con un cliente, no pretendemos que cambie las herramientas que viene utilizando, ya sea de bases de datos, de gestor documental... sino que nuestra misión consiste en orquestarlo todo, en unificar todos los conceptos para dar una visión única global”, explica Miguel Ángel González, vicepresidente de Appian Iberia. “Automatizamos y robotizamos los flujos de negocio. Por ejemplo, con el sistema ‘Appian process mining’, podemos analizar todo lo que está ahí y que se encuentra quizá oculto, como situaciones y oportunidades de negocio que se pueden perder, y así las implementamos de forma automática”, añade. Como ejemplo, recuerda lo sucedido en una de las agencias del Gobierno, que gestiona datos sensibles de los ciudadanos, donde venían trabajando hasta ahora con multitud de sistemas. Gracias a esa digitalización, ahora el funcionario no tiene que saltar de una pantalla a otra, sino que lo encuentra todo unificado. “Nosotros intentamos concentrar toda esa información que está dispersa en distintos sistemas”, explica Ramón Riquelme, senior consultant de Appian. “Esos datos están consolidados en sus sistemas y no se pueden extraer de ahí, pero con nuestra tecnología nos conectamos a ellos y conseguimos que se entiendan, damos consistencia a todo. El funcionario puede así acceder a todo de forma más fluida”, añade. Los portavoces españoles de la firma observan “un interés muy fuerte por parte del Gobierno de digitalizarse”.

En el sector privado, desde 2017 Appian está detrás de la digitalización del Banco Santander. “Con esta entidad desarrollamos 900 procesos de todo tipo de back-office en nueve meses”, resume González. Por poner otro ejemplo de lo que puede permitir ese sistema ágil de programación, al inicio de la pandemia, ayudaron en la tramitación que ofreció el Instituto de Crédito Oficial (ICO) a las empresas. “En cuatro semanas tuvimos lista la plataforma para que estas ayudas pudieran llegar a las empresas y así acceder a ese balón de oxígeno”, recuerda.

Ramón Riquelme recurre a la imagen de las construcciones Lego a la que aludíamos al principio para explicar el funcionamiento del low-code: “Disponemos de muchas piezas y tenemos que ver cómo montarlas en cada caso según las necesidades del negocio. Las piezas en sí vienen prefabricadas, pero si por ejemplo construimos un castillo, pero luego una de las torres toma vida propia, también eso se va configurando de esa manera”. Insiste en la vida propia de los proyectos, totalmente flexibles, que van evolucionando de forma continua, porque tienen que acompañar al desarrollo del propio negocio. “Así, encontramos por ejemplo que los 900 procesos de back-office del banco, después al año siguiente se convierten en 3.500...”, explica el vicepresidente de la compañía en Iberia.

España tiene un peso importante para Appian, donde cuenta con una presencia muy destacada, solo por detrás de Estados Unidos y Reino Unido. Preguntamos si es debido a la mayor necesidad de las empresas españolas en digitalizarse, a lo que responden: “Hemos encontrado empresas con muchas ganas de emprender esta aventura de la digitalización. España no está manga por hombro. Hay empresas muy digitalizadas, otras que tienen que mejorar en su back-office, en la atención al cliente... Cada uno es experto en su negocio y nosotros ahí no entramos, pero nosotros les podemos ayudar a hacer mejor lo que hacen, a ser más eficientes, a reducir los tiempos de gestión, a mejorar los procesos, etc.”, explica Miguel Ángel González. Les pedimos también que nos aporten algún tipo de consejo a aquellas compañías que estén planteándose dar pasos en esta dirección. Y salta entonces la reclamación de que exista un Chief Digital Officer sentado en el consejo de administración. “Está demostrado que las empresas que se toman en serio la digitalización son las que más crecen”, aclara González. “Yo les pediría que no tuvieran miedo”, explica Riquelme. “Es importante que las unidades de negocio sean conscientes de que existen plataformas capaces de hacerles ser más eficientes y que ellos van a formar parte activa en ese proceso. A los equipos de tecnología les diría que la complejidad técnica que suele haber detrás de esos cambios está resuelta. No se trata de lanzar un proyecto, sino de mimarlo porque es un hijo que va a crecer continuamente”.