Seguridad, rendimiento y escalabilidad,tres retos para impulsar el Edge

En 2025, más del 80% de los datos se generarán fuera del centro de datos. Esto será consecuencia del espectacular crecimiento que está experimentando el Internet de las Cosas. Un informe del analista ABI Research dice que las conexiones IoT pasarán de las 8.600 millones actuales en todo el mundo a los 23.000 millones en 2026. Ese incremento lleva aparejados nuevos escenarios e importantes retos a los que es necesario dar respuesta, y que, entre otros, obligan a readaptar el concepto de carga de trabajo, extendiéndolo más allá del centro de datos y dotándolo de las garantías necesarias de seguridad, rendimiento y escalabilidad. Abordarlos de forma correcta resulta fundamental para aprovechar todas las ventajas que puede ofrecer el Edge Computing.

Routers, cámaras IP, DVRs, CCTVs... Las empresas incorporan a sus redes multitud de dispositivos IoT manteniendo, en la mayoría de los casos, las contraseñas que vienen configuradas de fábrica por defecto, generalmente débiles y fácilmente vulnerables. Esta situación se agrava con la popularización del teletrabajo, donde muchos empleados utilizan sus propios dispositivos, sin ningún control por parte de la compañía, para acceder a la red corporativa.

Esta escasa o nula seguridad significa que un dispositivo IoT puede convertirse fácilmente en el origen de una brecha de acceso a información sensible, provocando un ataque de ransomware o logrando parar por completo una cadena de producción. De hecho, se estima que el 80% de los problemas de ciberseguridad detectados en instalaciones industriales se deben a dispositivos que no se han actualizado, en la mayoría de las ocasiones, por miedo a causar un problema en la cadena de producción. En esta realidad, toma especial relevancia aplicar un enfoque de seguridad Zero Trust, abordando con firmeza los requisitos necesarios para securizar estos entornos.

Cada vez se generan más datos. Según IDC, el volumen de información que van a tener que gestionar las organizaciones pasará de 33 a 175 zettabytes en el periodo 2018-2025, lo que supone uno de los mayores desafíos a los que se enfrentan en la actualidad.

El envío de todos los datos generados por dispositivos a un centro de datos centralizado o al cloud causa problemas de ancho de banda y latencia. El Edge Computing ofrece una alternativa más eficiente: los datos se procesan y analizan más cerca del punto en el que se crean. Como los datos no tienen que atravesar una red hasta un cloud o un centro de datos para poder ser procesados, la latencia se reduce significativamente. Edge computing permite un análisis de datos más rápido y completo, creando la oportunidad de obtener información más detallada, tiempos de respuesta más rápidos y mejores experiencias del cliente.

La disminución de los recursos de cómputo que requieren las aplicaciones desarrolladas y empaquetadas en imágenes de contenedor ha posibilitado que las cargas no sean ejecutadas necesariamente en servidores o granjas de servidores con grandes capacidades de cómputo alojadas en un datacenter centralizado, sino que sea posible ejecutarlas en entornos donde hasta hace poco era impensable poder hacerlo. El Edge, en sí, se convierte, de esta forma, en un pequeño datacenter que permite reducir al mínimo las latencias.

Precisamente, esa es una de las razones por las que la Estación Espacial Internacional (ISS) está ejecutando cargas de contenedor a más de 400 km de distancia de la superficie terrestre. Los datos se procesan cerca de donde han sido generados, y no se envían a la Tierra para ser analizados. Y es que, por ejemplo, no es factible esperar a que una simple lectura de un sensor de temperatura tarde entre 5 y 20 minutos en ser enviada a la Tierra. Los astronautas deben tomar decisiones críticas de forma rápida y acertada, basándose en información de múltiples fuentes en tiempo real. Eso solo es viable si la información se procesa con la menor latencia posible desde que se ha generado el dato. Otro ejemplo es el de las decisiones que debe adoptar un coche autónomo. Si un sensor del vehículo detecta un obstáculo, tiene que decidir en tiempo real en base a los datos que tiene, y obrar en consecuencia.

Al igual que pasa con los datos, a medida que crece el número de dispositivos que hay en el entorno Edge, su administración se vuelve más compleja. Cada ubicación remota necesita varias monitorizaciones para comprender su estado de salud global y el de cada componente: desde el acceso físico, la alimentación o la refrigeración de los equipos al correcto funcionamiento de los dispositivos de red. Todo ello hace difícil comprender el impacto que cada componente de Edge tiene sobre los demás. Por suerte, existe software inteligente capaz de gestionar de forma holística entornos heterogéneos altamente distribuidos, recolectando, unificando y procesando datos de una alta variedad de orígenes. Y, además, al incorporar técnicas de Inteligencia Artificial, se reduce al mínimo la necesidad de interacción humana en cuanto a gestión y administración.

Así, el nuevo paradigma del Edge Computing presenta múltiples aplicaciones prácticas, entre las que destacan casos de uso como en la industria, con el mantenimiento predictivo y proactivo de componentes físicos. O en la sanidad, con el análisis de datos de pacientes para obtener mejores y más rápidas respuestas. También en las cadenas de suministro a través de la trazabilidad de los productos, desde su origen hasta que llegan al consumidor. O en la agricultura para la monitorización de la calidad del suelo y de las condiciones atmosféricas, como humedad o temperatura y niveles de PH.

En definitiva, el Edge Computing está suponiendo un cambio radical en la forma en la que las organizaciones gestionan sus datos y extraen todo su valor para ponerlo al servicio del negocio, aumentando la eficiencia operativa y facilitando la creación de nuevas experiencias para los clientes con mayor agilidad. No obstante, el camino al Edge no está libre de riesgos. Buscar la ayuda de un experto cuando no se dispongan de los recursos o de los conocimientos necesarios, garantizará poder recorrerlo de forma correcta.