Financiación privada inteligente para los vehículos eléctricos

El transporte por carretera es el objetivo principal de la descarbonización a escala mundial. El transporte por carretera fue el responsable de más del 40% de toda la demanda de petróleo en 2019 y se le puede atribuir más de la mitad del crecimiento total de la demanda de petróleo desde el año 2000. La solución para descarbonizar este transporte por carretera es desarrollar vehículos eléctricos e híbridos para transporte de carga, comerciales y particulares.

En 2020 se vendieron en todo el mundo unos tres millones de coches eléctricos, el 4,6% del total, y las matriculaciones de camiones y autobuses eléctricos también aumentaron en los principales mercados, alcanzando flotas globales de 600.000 y 31.000 unidades, respectivamente.

Esta etapa inicial de desarrollo del mercado está siendo impulsada por una combinación del aumento de la gama de productos, de la demanda general de alternativas ecológicas a las tecnologías de combustibles fósiles y de las políticas públicas para un futuro más sostenible. Si a ello le unimos la preocupación general por las sequías, inundaciones, incendios forestales y eventos meteorológicos extremos que está aumentando, es cada vez más urgente reducir radicalmente las emisiones de CO2 por todos los medios posibles.

Se espera que las ventas de vehículos eléctricos experimenten un fuerte crecimiento hasta el punto de que la Agencia Internacional de la Energía está llamando a la década de los 2020 los años de la propulsión eléctrica. En 2020, las matriculaciones de coches eléctricos aumentaron en un 41% a pesar de que ese mismo año las ventas globales de coches cayeron un 16% en todo el mundo debido a la pandemia.

Se prevé que el auge de la adopción de vehículos eléctricos, especialmente de los que requieren carga rápida en los puntos de recarga, pondrá a la red eléctrica bajo presión. La fiabilidad del suministro y el equilibrado de carga suponen un reto importante. Las renovables desempeñarán su papel, pero será principalmente a través de la red eléctrica.

Para respaldar la tendencia de vehículos eléctricos, se necesitan inversiones masivas para la creación de infraestructuras de carga en el ámbito nacional. Los incentivos y fondos públicos son clave para alentar las inversiones, pero, considerando todas las demás presiones sobre el capital público, estos no bastarán para satisfacer la demanda. Los analistas reconocen que la financiación privada es necesaria para costear el desarrollo rápido de la infraestructura de carga de VE.

Siemens Financial Services (SFS) ha publicado un nuevo estudio, titulado Financiando la descarbonización: movilidad eléctrica, en el que se estima el déficit de inversión necesaria para desplegar rápidamente redes de carga de VE en todo el mundo durante los próximos seis años. Ese déficit representa la diferencia entre la infraestructura de carga de VE que ya se está financiando y la que todavía se está imputando a CAPEX (inversiones de capital). La combinación total global para este periodo asciende a casi 150.000 millones de dólares.

Es evidente que se trata de requisitos de inversión muy grandes, sin los cuales el crecimiento del mercado de VE quedaría restringido significativamente. Esto podría provocar que los países no cumplieran los objetivos climáticos acordados debido a la relevancia del transporte por carretera en la reducción de emisiones de CO2. La idea de obtener esas sumas de los presupuestos del Estado o de congelarlas en cuentas corporativas es para muchos sencillamente insostenible.

Entonces, ¿qué tipo de financiación privada inteligente se necesita para posibilitar el desarrollo de la infraestructura de VE? Las unidades de recarga de VE son especialmente adecuadas para los nuevos modelos de financiación privada basados en utilización, prestaciones y resultados. La razón es que las unidades de recarga generan un flujo potencial de ingresos a lo largo del tiempo que se puede aprovechar para pagar los costes de capital de la inversión que hacemos hoy. Así, el proveedor de la instalación puede realizar pagos periódicos que se alinean de forma flexible con el flujo de ingresos de las unidades de recarga. Estos modelos de financiación van desde acuerdos basados en modelos tradicionales, que ayudan a gestionar el flujo de caja, hasta acuerdos más sofisticados basados en resultados que posibilitan ‘métodos como servicios’; para acceder a tecnologías de carga de VE.

Los acuerdos de financiación de un socio experto suponen inversiones de capital rápidas y asequibles que no sobrecargan el flujo de caja de las organizaciones de los sectores público y privado que desean invertir en puntos de recarga de VE u otras tecnologías para lograr sus objetivos de sostenibilidad. De hecho, se ha observado que la disponibilidad de opciones de financiación inteligente puede inclinar la balanza a favor de un proveedor tecnológico en detrimento de otro que no ofrezca estas opciones. Al eliminar la necesidad de gastar capital, las finanzas inteligentes permiten destinar poco patrimonio, ya sea público o corporativo, a inversiones que no generan un flujo de caja inmediato y tangible. La predicción del rápido crecimiento de los vehículos eléctricos en todo el mundo, un factor determinante para cumplir los objetivos de sostenibilidad y cambio climático, no se hará realidad hasta que la infraestructura de carga eléctrica no crezca a un ritmo similar. La considerable envergadura de las inversiones de capital necesarias para construir esta infraestructura es inasequible para las arcas públicas.

Se está desarrollando un modelo de financiación inteligente -de financiadores privados especializados en tecnología- para alinear los costes de inversión con los ingresos proporcionados por las estaciones de carga y obtener así un presupuesto neutro de inversión. La adopción de este tipo de opciones de financiación afectará a la tasa de despliegue de la infraestructura de carga de VE y desempeñará un papel determinante en el desarrollo del mercado de VE en su conjunto.