El éxito de las cadenas de suministro sostenibles está en los datos

Hasta un 90% del impacto medioambiental de una organización procede de la cadena de valor, según Carbon Trust. Si las empresas y las comunidades mundiales quieren generar un impacto real en el planeta, es fundamental empezar a implementar cambios en las cadenas de suministro, y la mejor estrategia debería implicar ser más transparentes y basarse en datos.

Según Gartner, el 84% de los profesionales de la cadena de suministro tiene previsto invertir en medidas de adaptación y mitigación del clima en los próximos 18 meses. A medida que las empresas tienen que dar a conocer más abiertamente sus objetivos de sostenibilidad y ésta se convierte en una prioridad creciente para los empleados y los líderes empresariales, ya no es aceptable hacer concesiones. Nuestros clientes manifiestan que quieren desempeñar un papel importante en el camino para alcanzar los objetivos de descarbonización y cero emisiones.

Cuando las empresas pueden equilibrar los beneficios y su impacto en el medio ambiente, se benefician todos y logran el objetivo empresarial por excelencia: el doble beneficio. Para alcanzar el doble beneficio con la sostenibilidad, las organizaciones deben examinar su cadena de valor, tanto en la fase ascendente (la cadena de suministro) como en la descendente (por ejemplo, la fase de utilización del producto).

En esta línea, me gusta poner como ejemplo el centro europeo de distribución logística que abrimos en los Países Bajos en 2013, que se convirtió en el mayor proyecto solar no subvencionado en el país, con 6.200 paneles solares (17.000 metros cuadrados) en el tejado del edificio con una capacidad de 1,6 megavatios, pasando a ser el primer edificio de este tipo en limitar el uso de recursos naturales. Tras el desarrollo y ejecución de este proyecto, nos dimos cuenta de que hay algunos aspectos muy importantes a tener en cuenta a la hora de reducir la huella de carbono a través de la cadena de valor y de suministro:

·La ubicación es importante: como nuestro centro de distribución logística está en Europa, proporciona una ruta más eficiente en cuanto a recursos a los mercados europeos, de Medio Oriente y africanos, al tiempo que facilita la entrega a todo el mundo. La elección de una ubicación cercana a nuestros trabajadores también redujo la huella medioambiental de sus desplazamientos.

Construir para el futuro: sabíamos que construir una instalación sostenible no sólo era la opción correcta, sino que también nos alinearía con la dirección futura de Europa y sus compromisos de sostenibilidad. Siempre es mejor ir unos pasos por delante. Anteriormente, en Europa contábamos con un centro de distribución mucho más pequeño, lo que limitaba su capacidad de suministro en toda la región en crecimiento. En consecuencia, a través de nuestro nuevo centro de distribución logística, hemos podido aumentar el volumen de productos que se distribuyen en toda la región, al tiempo que se da prioridad a la sostenibilidad.

Comprometer a la cadena de valor: nuestros centros de distribución en todo el mundo siguen procesos de logística inversa para garantizar que todo el material de embalaje se devuelva a nuestras fábricas de Estados Unidos y Japón para su reutilización en el embalaje de nuevos productos. Así, estos envases se reutilizan y se devuelven varias veces. En particular, el número de contenedores de transporte marítimo que se devuelven a las fábricas es de entre 15 y 20 contenedores al año.

En nuestro centro de distribución logística queríamos promover la circularidad de los materiales, desde el material de embalaje hasta las aguas residuales. El primer paso consistió en instalar aseos que reutilizaran el agua de lluvia, y el siguiente paso, entre los muchos posteriores, ha requerido datos. Por ejemplo, hemos introducido el control del uso del agua para determinar cómo se utiliza, detectar fugas y medir las duchas que utilizan tan solo 9 litros de agua por minuto. Estas soluciones ahorran casi 500.000 litros de agua potable al año.

A la hora de justificar los proyectos de sostenibilidad los datos son una palanca esencial para demostrar el doble beneficio. Sin sensores para automatizar los procesos y sin datos para analizar y medir nuestra huella, no seríamos capaces de conseguir y cuantificar los beneficios, entre los que se encuentra un ahorro estimado de 1,78 millones de kilogramos de emisiones de CO2 al año. Esto equivale a un ahorro de CO2 mayor que las emisiones creadas por un avión que da 400 veces la vuelta al mundo. Aunque nuestra motivación era reducir nuestra huella de carbono y nos habríamos embarcado en estos proyectos aún sin beneficios económicos, el embalaje de logística inversa nos permite ahorrar más de 450.000 dólares al año.

Además, los paneles de control basados en datos también nos ayudan a hacer un seguimiento de nuestras cifras totales de residuos anuales y mensuales, lo que nos permite conocer el origen de nuestros residuos y la eficacia con la que los reducimos a lo largo del tiempo. Otros paneles similares muestran la cantidad de energía que generamos con los paneles solares y el porcentaje que podemos vender a la red eléctrica. En un momento en el que los consumidores tienen acceso a herramientas e información que exponen las puntuaciones de sostenibilidad de las empresas, los datos son esenciales para validar la sostenibilidad, asegurar la acreditación BREEAM o simplemente para crear y probar el caso de negocio interno de forma temprana y frecuente.

La sostenibilidad no tiene por qué ser cara y, de hecho, cuando se hace bien, puede suponer una reducción de costes. Requiere proactividad y la capacidad de pensar de forma diferente e incluso puede requerir una inversión inicial para poner en marcha una nueva iniciativa pero, como hemos visto en nuestra propia empresa y en algunos de nuestros clientes, vale la pena investigar. De hecho, es vital. Trabajemos juntos, compartamos las mejores prácticas y hagamos que nuestro mundo y nuestras empresas sean mejores.