Sin prisa y sin pausa. Así se prepara el 6G

No llegarán antes de 2030, pero ya se están dando los primeros pasos para que las redes 6G sean una realidad. Favorecerán la hiperconectividad total, el internet de los sentidos y su alta velocidad estará acompañada de mayor capacidad de cómputo para unir lo real y lo virtual en el metaverso.

La carrera por el 6G ya ha empezado. Aunque pueda resultar extraño, a tenor de la incipiente penetración del 5G, la maquinaria para la nueva generación ya se ha puesto en marcha. Si el 5G ha venido acompañado del cloud computing, de la inteligencia artificial y del Edge, el 6G no solo significará redes más rápidas. También multiplicará la capacidad de cómputo y de proceso. Esas capacidades son las que permitirán una hiperconectividad casi sin límites y la mezcla del mundo real con el virtual en el metaverso. Y, aunque no todo sea velocidad, recuperando el símil tantas veces usado para explicar el 5G, nos anuncian que con el 6G podremos enviar mil películas en alta resolución en un segundo...

Hay que aclarar que la próxima revolución de las redes no llegará antes de una década. Pero ya se han dado los primeros pasos. En noviembre pasado, el Gobierno anunció una partida de 95 millones de euros para fomentar la investigación y el desarrollo de la que ya se anuncia como la era del tera. Con esos fondos, se pondrán en marcha 115 proyectos en 13 centros de investigación.

Pero ¿tiene sentido pensar en el 6G cuando el 5G aún no ha terminado su implantación? ¿Qué beneficios nos traerán esas nuevas redes ultrarrápidas? ¿Merecerá la pena volver a transformar toda la infraestructura? Para responder a estos y a otros interrogantes, la agencia Hill+Knowlton Strategies España, en colaboración con elEconomista.es, ha reunido en un encuentro informativo sobre 6G a un grupo de expertos, directivos encargados de articular el salto a esa nueva generación en sus respectivas corporaciones. Se trata de Carlos Valdecantos, socio de Monitor Deloitte especialista en TMT; Antonio Bocigas, Director de Telco en Lenovo para EMEA; Douglas Vaz Benítez, Director General de Qualcomm para España y Portugal; y Andrés Escribano, director de Nuevos Negocios e Industria 4.0. de Telefónica Tech.

Todos ellos coinciden en la necesidad de remar juntos, como sucedió en las anteriores ‘Gs’ (2G, 3G, 4G...), para unificar estándares internacionales. También admiten que hay que dar tiempo a la tecnología para su democratización e implantación tanto entre los consumidores como por las industrias. Asimismo, confían en que la regulación no ponga palos en las ruedas. Reconocen que esos marcos regulatorios no evolucionan al mismo tiempo que la tecnología. Eso viene sucediendo, por ejemplo, con el vehículo autónomo, que tecnológicamente reconocen está listo, pero que la falta de regulación impide su comercialización. “La regulación no se puede quedar en el mundo analógico”, aseveran.

Para el año 2030, las previsiones hablan de que habrá 120.000 millones de dispositivos conectados, lo que arroja una media de 15 por habitante del planeta (con la cifra actual de población). Algunas voces disparan esa cifra hasta los 100 por persona. ¿Qué supondrá esa hiperconectividad? Los expertos reunidos avisan de que el 6G se propone cambiar el mundo de una forma solo posible en nuestra imaginación. Esos nuevos horizontes transformarán radicalmente cómo trabajamos, cómo nos relacionamos y cómo vivimos. Pero ¿será para tanto? “Habrá gafas que servirán de pantalla, pantallas que se proyectarán en el aire...”, afirma Antonio Bocigas, director de Telco en Lenovo para EMEA.

Respecto al 5G apenas recién nacido, no resulta fácil empujar esta generación “cuando todavía tenemos tecnologías anteriores pendientes de amortizar -3G, 4G... cuyo despliegue supuso fuertes inversiones- y que siguen siendo válidas”, admite Carlos Valdecantos, socio de Monitor Deloitte especialista en TMT. Para este consultor, hay que comprender qué le ha pasado a España en los últimos 10 años. Se refiere a la presión que han vivido las telecos, que han padecido una erosión en ingresos y márgenes mientras que los servicios se iban multiplicando. “Hemos asistido a la paradoja de que cada vez se paga menos por unos servicios cuya demanda crece y crece. El retorno de la inversión de los operadores ha ido cayendo, por lo que cada vez es más difícil buscar un retorno más factible. Aun así, hay un interés creciente en la industria y el 5G empieza a despegar”, añade.

Para Douglas Vaz Benítez, director general de Qualcomm para España y Portugal, “el 5G ha llegado a hitos importantes” y espera que alcance “los primeros mil millones de usuarios a finales de este año”. Asimismo, recuerda que el 4G tardó dos años más en alcanzar esa cifra de usuarios. Entre los motivos de esa implantación, apunta a la reducción de precio de los terminales con esta tecnología. Y advierte: “No habrá 6G sin 5G. Hay que tener claro que el 6G es una evolución del 5G. Así que si el 5G fracasara, el 6G también lo haría”.

El director de Nuevos Negocios e Industria 4.0. de Telefónica Tech, Andrés Escribano, admite que el 5G se ha convertido en la primera tecnología dirigida más hacia la industria. “Digamos que el efecto WOW es menor que el del 4G. Tenemos que ver qué nos ofrece el 5G: vehículo autónomo, hogar conectado, nuevas posibilidades para el retail y el e-commerce, para otros sectores industriales, para las ciudades inteligentes... Todos esos entornos están cambiando y digitalizándose gracias al 5G. Esta tecnología de comunicación está impactando en todo nuestro entorno, porque cada vez más dispositivos están captando información de nosotros”. También admite que no todos esos dispositivos van a requerir tanto volumen de información, como puede ser un sensor de temperatura, que solo captará un simple dato...

Es el momento de conocer qué podemos esperar del 6G. El responsable de Qualcomm reconoce que es muy común ver cómo un caso de uso que madura en un G acaba por popularizarse en el siguiente G. “La banda ancha empezó en el 3G y en cambio las videollamadas no se han extendido hasta el 4G. Para pensar en el 6G, tenemos que entender tendencias del 5G actual que están dando sus primeros pasos: la hiperconectividad, la industria 4.0, la digitalización de nuevos sectores económicos, etc. Solemos identificar el 5G con mejores comunicaciones inalámbricas, pero el 6G supondrá una multiplicación de la capacidad de cómputo y de proceso, que es lo que va a posibilitar esa conectividad total y la unión de lo real y lo virtual en el metaverso”. Para Vaz Benítez, el metaverso será una pantalla que deja de ser una pantalla, tendremos muchos casos de uso y habrá un crecimiento enorme de la necesidad de cómputo. “Estará todo conectado de forma inteligente, con inteligencia artificial y tomando decisiones... La arquitectura de red también va a tener que cambiar”, añade.

El socio de Deloitte destaca en este punto del debate el papel que ya están teniendo en la industria los gemelos digitales y cómo, “si el 5G es la era del giga, el 6G será la era del tera”, en referencia al volumen de datos que se manejarán. “Si ahora estamos hiperconectados, con el 6G lo estaremos aún más”. Sobre los beneficios que contraerá esta nueva tecnología, el portavoz de Lenovo apunta a mejoras de la salud de todos a través de sensores que nos permitirán prevenir situaciones de peligro sanitario u otro tipo de alarmas. “Esas ventajas se trasladarán también al ámbito educativo, a las fábricas, donde se buscará una mayor eficiencia energética y de sostenibilidad”. Para Antonio Bocigas, también va a haber nuevas industrias que se sentirán atraídas por el poder del 6G y que “van a definir sus necesidades para hacer avanzar estas nuevas redes”. “¿Se podrá hackear el cuerpo de una persona? Igual también se puede influir en el comportamiento de los usuarios, modificar voluntades, etc. Veremos situaciones peculiares que hoy ni nos planteamos, serán cosas muy sorprendentes”, añade.

Para hacernos una ligera idea de ese crecimiento exponencial de los datos, en ese futuro a medio plazo en el que todo estará hiperconectado, cabe imaginarse que un simple vehículo pueda contener hasta 200 sensores. “Éste interactuará con las señales de tráfico, con el pavimento, con los semáforos... ”, revela Escribano, de Telefónica Tech. “La latencia del 6G será casi imperceptible, se habla de una sincronización del 99,9999%, porque no podremos permitirnos que unos drones tengan retardo de nanosegundos, ya que no serían fiables”, afirma.

¿Y cómo serán los gadgets que utilizaremos dentro de una década con el 6G? “Muchos dispositivos que hoy existen van a sufrir una evolución importante. Asistiremos a una transformación brutal. Igual que no tienen nada que ver los ordenadores que teníamos hace diez años con los que usamos hoy. Todo va a avanzar hacia una mezcla en esa realidad mixta que combinará lo real con lo virtual”, explica Antonio Bocigas, de Lenovo.

Todos los participantes en este debate coinciden en que aún habrá que trabajar mucho y en común, porque falta concretar los estándares internacionales, también muchos requisitos técnicos, de frecuencias... También envían un mensaje a los reguladores. “Vamos a tener un grave problema del espectro, porque con el 6G hablamos de un espectro de amplitud enorme que no está disponible en muchos sitios. Y cabe recordar que el espectro no es un bien infinito”, explica el socio de Deloitte. “Hay que estudiar cómo se soluciona esto para no dejar de lado otros servicios. Igual hay que apagar el 3G... Llegará un momento en el que ni desmantelando las redes anteriores llegaremos a cubrir la nueva generación”, añade.

Para Vaz Benítez, de Qualcomm, el 6G tiene que avanzar “hacia la eficiencia, hacia la sostenibilidad, fomentar la economía circular y facilitar aún más la relación entre las personas. Para que se produzca de verdad una transformación inteligente de la sociedad”. Entre los puntos positivos, desde Telefónica recuerdan que “en España tenemos la suerte de contar con una infraestructura de fibra muy importante”, aunque admite que “la fibra se quedará pequeña” y que “vamos a necesitar redes superpotentes y nuevas infraestructuras”. Y manda un recadito a los responsables políticos: “Para poder avanzar, el Gobierno tiene que estructurar la radiofrecuencia y planificar para dotar de recursos a ese paso siguiente”. También el responsable de Qualcomm coincide en que hay “desafíos técnicos múltiples” y que “las antenas alcanzaran un nivel de inteligencia brutal”. “Pero ¿quién nos iba a decir que tendríamos un Instagram? En diez o 15 años nos sorprenderemos de todo lo que ha ofrecido el 6G”, concluye.