La Red como Servicio, un nuevo paradigma de TI que aporta valor al negocio

El concepto de la red como servicio (NaaS) y sus beneficios no están plenamente asimilados por los CIOs en EMEA, aunque más del 75% de las empresas ya considera este modelo para ponerlo en práctica de aquí a dos años. En la arena tecnológica, los modelos de consumo como servicio llevan ya tiempo popularizándose, pero cuando se trata de la red, no están interiorizados. ¿Por qué?

Hay causas que ralentizan los niveles de penetración del NaaS. Por un lado, aunque presenta múltiples ventajas se trata de un modelo reciente y poco conocido. Por otra parte, la oferta de los proveedores de servicios gestionados todavía es escasa, lo que supone una dificultad adicional a la hora de que las empresas accedan al mismo.

Para incrementar el nivel de oferta disponible sería conveniente que cada vez más empresas del canal de integración de redes apuesten por el modelo de gestión desde la nube, por los modelos de consumo de tecnología “as a service” y por desarrollar una propuesta alrededor del NaaS.

En nuestro caso, para finales de 2022, todo nuestro porfolio estará disponible bajo esta modalidad de consumo. Para cumplir con dicho propósito, ayudamos a los partners en la construcción de sus ofertas NaaS, para que las puedan implementar de una forma sencilla.

Hay un tercer elemento que decelera la adopción del modelo NaaS y es la falta de aceptación del propio concepto. Las organizaciones han interiorizado los modelos de nube híbrida en el que los elementos de computación y de almacenamiento pueden estar desplegados en un data center on-premise o en la nube, y ser ofrecidos en modo servicio; pero no sucede lo mismo con el concepto de la “red como servicio”. El hecho de que la mayor parte de los equipos de red se desplieguen on-premise hace que todavía algunas organizaciones lo vean como una barrera al plantearse su consumo como un servicio.

Esta traba ira desapareciendo a medida que crezca el nivel de adopción, y muchas de las compañías que hoy muestran un interés tímido por el modelo NaaS, no tardarán en plantearse fórmulas mixtas donde su infraestructura de red tradicional conviva con este modelo de red como servicio. Esta última posibilidad, podría plantear problemas al tener la responsabilidad de gestión y operación de una misma red compartida entre dos entidades. Para solventarlo los proveedores ya plantean modelos de recompra de toda la infraestructura existente que funciona bajo el modelo tradicional y su oferta posterior como servicio.

La verdadera revolución del modelo NaaS, pasa porque las empresas entiendan las implicaciones y los beneficios que les aporta este paradigma. En función de la modalidad de NaaS, no es necesario externalizar recursos ni perder el control directo sobre la gestión de la red; un aspecto con el que no todas las organizaciones se sienten cómodas.

El modelo NaaS facilita la transformación de partidas de inversión en gastos operativos, aportando además flexibilidad, agilidad y escalabilidad con las máximas garantías de ciberseguridad y soporte; ventajas que sólo estarían al alcance de las grandes corporaciones en un modelo tradicional, pero que estos nuevos modelos ponen a disposición de empresas de cualquier tamaño.

Para la mayoría de los CIOs en EMEA, la principal ventaja de la “red como servicio” es la eficiencia financiera, que les va a permitir pasar del modelo CAPEX al OPEX ya que NaaS supone un pago periódico y predecible, con la ventaja añadida de poder crecer si el negocio lo demanda. Algo que va unido a la flexibilidad organizacional y a la mejora que supone poder liberar al equipo TI de las tareas de gestión de la infraestructura, destinando sus esfuerzos a generar valor.

El modelo NaaS, aporta un elemento diferencial frente al modelo tradicional y es que el papel de la red es cada vez más importante para los resultados de negocio. Esto es muy relevante, porque si una empresa no es capaz de sacar el máximo valor de su red, quizás sus competidores lo hagan, aventajándola en términos de tecnología y de negocio.

Recientemente hemos observado un incremento en el número de dispositivos conectados, el movimiento hacia el edge computing, los espacios de trabajo híbridos, una demanda de servicios digitales por parte de los empleados y más presión para aportar valor al negocio desde el ámbito de la tecnología. En ese contexto, el modelo NaaS simplifica la resolución de cada uno de estos retos. No sorprende, que las redes como servicio ya formen parte de la agenda de los CIO en el 86% de las empresas en EMEA.

El modelo todavía suscita ciertas dudas: el 33% de las empresas considera que la ciberseguridad supone una barrera para su implementación y cerca de la mitad alude a dudas asociadas a las reglas de presupuesto, los ciclos de inversión o el cumplimiento normativo al apostar por esta vía. Son los mismos temores que afectaron a los despliegues de servicios en la nube en sus inicios y que quedaron rápidamente resueltos por las claras ventajas que aportaba.

¿Significa que las redes empresariales van a evolucionar de forma masiva a corto plazo al modelo as-a-Service? Actualmente un 45% de las empresas considera que aún estamos en la fase de conceptualización.

Lo importante es que este modelo es ya una realidad, y aunque todavía es necesario evangelizar a las organizaciones para su mejor entendimiento, primero, y para que lo asuman como propio, después; en la actualidad, dos de cada cinco CIOs entienden plenamente sus implicaciones, creciendo esta proporción muy rápidamente.