Tecnología para derribar barreras financieras

El futuro de las finanzas parece estar cada vez más vinculado a la tecnología. Es algo que no debería sorprendernos, si tenemos en cuenta que fueron las instituciones financieras las primeras en aplicar equipos y desarrollos informáticos. Eso sí, hay algo que ha cambiado mucho de aquellos tiempos a hoy, y es el hecho de que entonces la tecnología se empleaba fundamentalmente para implementar mejoras en la eficiencia de procesos y procedimientos.

En la actualidad, los avances y la innovación están centrados en el cliente. Aunque aún quede algún banco o institución financiera que siga anclada en sistemas heredados de los 80, las Fintech han nacido libres de esta “carga”, y por eso los nuevos vehículos de inversión digital (neobrókeres, roboadvisors, criptodivisas, etc.) cada vez convencen a más usuarios. Al fin y al cabo, los inversores acceden a través de las Fintech exactamente a las mismas oportunidades en los mismos mercados, de manera que el rendimiento, la rentabilidad, la confianza y la seguridad que puede ofrecer un neobróker es igual o incluso mayor, porque los servicios digitales en los que el usuario final puede operar de forma más directa aumentan la transparencia.

Precisamente la disrupción que ha supuesto la llegada de las Fintech hace posible que la inversión en mercados de capitales esté disponible para muchas más personas de todo el mundo. Al simplificar los farragosos procesos largos y complicados, hasta el punto de poder cerrar operaciones simplemente con mover un dedo, los nuevos actores democratizan las ventajas de movilizar el capital en vez de conservarlo exclusivamente en una cuenta corriente. En el escenario actual, y con las cifras de inflación disparadas, no existe mejor fórmula para asegurar el futuro y la jubilación que un buen plan de inversión, en el que depositamos de manera recurrente una cantidad fija. La solvencia, la seriedad y la seguridad de las grandes Fintech europeas está regulada y respaldada por las mismas autoridades que cualquier otra entidad financiera. Cuando hablamos de neobrókeres es importante recordar que no se trata de aplicaciones para apostar o jugarse un dinerillo. Hablamos de entidades financieras, con la enorme ventaja de haber eliminado las barreras de acceso a los mercados de capitales, pero con las mismas garantías que cualquier otro operador.