La tecnología al rescate de los problemas de abastecimiento

Hasta hace dos años, la mayoría de la gente no había oído hablar de la cadena de suministro. Y hoy este tema está en la portada de prácticamente todos los periódicos del mundo. En estos días, es una de las principales cuestiones a tratar en la mayoría de las reuniones de directivos y consejos de administración porque ante la situación que se está produciendo, las empresas están buscando vías para hacer llegar sus productos a los consumidores lo más rápido posible y al precio más adecuado.

La escasez de materias primas, los problemas de transporte y el encarecimiento del precio de la energía están generando importantes quebraderos de cabeza en la industria mundial. En España, esos problemas están lastrando y limitando el crecimiento de ese sector, según el índice PMI del sector manufacturero elaborado por la consultora IHS Markit. En su último informe, del mes de marzo, señala que la producción en el país registró el índice más bajo en un año. Sin duda, es una cuestión preocupante. También para los profesionales que trabajan en el ámbito de la cadena de suministro, ya que según un estudio realizado por SAP y Regina Corso Consulting casi la mitad (49%) afirma que los problemas de abastecimiento y las alteraciones en la cadena de suministro les quitan el sueño.

Podríamos decir que estamos ante un punto de inflexión, por lo que es el momento de replantearse algunas cosas para que esta situación sirva de catalizador con el fin de que muchas empresas e incluso industrias enteras se animen a crear cadenas de suministro ágiles, digitalmente autónomas y sostenibles. Y es que la confianza en la cadena de suministro va mucho más allá de la productividad, la eficiencia operativa y el ahorro de costes. Se basa en el tiempo que se tarda en comercializar un producto y en conectar los servicios a unos consumidores que están acostumbrados a tener sus compras en horas y no en días o semanas. Ahora mismo, hay una gran cantidad de ciudadanos que tienen que esperar hasta seis meses para tener el vehículo con el que sueñan debido a la escasez de microchips. Además, esta situación tiene un importante impacto en los precios, que no paran de subir y elevar la inflación.

La solución a todo esto es más sencilla de lo que pudiéramos pensar a priori y está en la tecnología. En SAP llevamos años hablando de la importancia de la transformación digital y de estar preparados para hacer frente a lo inesperado. De hecho, en los últimos dos años hemos visto cómo aquellas compañías que se gestionan como empresas inteligentes están saliendo reforzadas de esta situación porque son capaces de conectar digitalmente su organización con sus socios comerciales y con proveedores de todo el mundo. Esto les permite colaborar y comunicarse online con los compradores; predecir la demanda en comparación con la capacidad de producción y mejorar el rendimiento de la cadena de suministro; permitir a los consumidores obtener una confirmación inmediata de un pedido basada en el inventario actual; y realizar un seguimiento de los envíos en tiempo real, entre otras ventajas.

Cuando las empresas disponen de una plataforma de control de la cadena de suministro, pueden seguir su cadena de suministro en una gran pantalla, comprobando miles de puntos de datos. Pueden conectar los pedidos con las existencias disponibles, y atender a sus clientes en un momento como el actual en el que toda la cadena de suministro está bajo tensión.

Junto con los problemas de abastecimiento, otro de los grandes temas de nuestro tiempo es la sostenibilidad y ambos tienen una importante relación entre sí. Y es que cuando las empresas exponen lo que están haciendo en materia de sostenibilidad para mejorar su impacto en el medio ambiente, por ejemplo, muchas desconocen que solo pueden abordar el 10% de su huella de carbono porque el 90% restante procede de su cadena de suministro. Por eso, aquellas organizaciones en las que no está digitalizada no pueden hacer nada al respecto porque no pueden colaborar con sus proveedores y socios comerciales.

Aunque la sostenibilidad sea una prioridad para la mayoría de las compañías, pocas tienen la visibilidad y los procesos establecidos en la cadena de suministro para marcar una diferencia significativa. La Encuesta Global 2021 de Deloitte a directores de Compras reveló que solo el 15% de ellos tenía plena visibilidad de sus cadenas de suministro.

El 80% de los consumidores están dispuestos a pagar un plus por productos procedentes de una fuente renovable y promueve prácticas laborales justas. Una muestra de ello es VEJA, la marca de zapatillas que todo el mundo quiere llevar porque defiende la sostenibilidad de sus productos o la marca española de moda sostenible Ecoalf.

Las empresas conectadas pueden gestionar sus organizaciones no sólo en función de las ventas y los resultados, sino también de la sostenibilidad. No solo conocen su propia huella de carbono, sino la de sus proveedores, a los que se recompensa por cumplir las medidas de sostenibilidad. De esta forma, se incentiva la cadena de suministro para ser más ágil y eficiente y más sostenible. Un ejemplo de empresa conectada es Iberdrola, que realiza un seguimiento proactivo de la sostenibilidad de sus 30.000 proveedores, utilizando su poder de compra para hacer un bien al planeta al influir en el compromiso de sus socios comerciales para reducir las emisiones y ser más verdes.

La conclusión a todo esto es que gran parte de la huella de carbono global está asociada a los procesos de la cadena de suministro, pero estos pueden cambiarse para que la propia cadena de suministro sea parte de la solución. Y en ese proceso, podemos construir una cadena de suministro que utilice los datos, la conectividad y las tecnologías emergentes para mejorar la información en tiempo real y automatizarse. La alternativa es lo que planteaban los profesionales de la cadena de suministro en el estudio de Regina Corso Consulting: acostumbrar a los consumidores a dar más tiempo para recibir sus productos y a pagar más.