Una empresa para mí

No es ningún secreto que uno de los grandes retos a los que se enfrentan actualmente las empresas de Tecnologías de la Información (TIC) es, precisamente, la búsqueda de talento TIC. Y esta realidad ha visto multiplicada la dificultad con el efecto del teletrabajo, que ha demostrado cómo las barreras geográficas a día de hoy, gracias a la tecnología, han desaparecido. Y esto, por paradójico que pueda parecer, se ha convertido, en muchos casos, en un grave problema a la hora de atraer y fidelizar talento.

Todas las empresas del sector estamos de acuerdo en esta nueva realidad. Es nuestro reto. Sin embargo, ¿cuál es la realidad a la que se enfrenta el profesional TIC que se enfrenta a ese reto tan trascendental en su vida, tanto laboral como personal, como es encontrar un puesto de trabajo en el que pueda desarrollar todo ese talento que ya atesora más el que, a partir de ese momento, pueda adquirir?

En la compañía Altia tenemos muy claro que lo importante es, siempre, la persona, y por ello nos gusta ponernos en su lugar con el fin de ayudarle, en todo aquello que esté en nuestra mano, para que pueda encontrar junto a nosotros, si así lo decide, lo que está buscando, lo que realmente necesita. Y precisamente por ello nos ponemos en la piel de esos profesionales TIC llenos de talento que están buscando su primer empleo o, también, una nueva oportunidad que les permita crecer.

Por eso, vamos a dar un giro de 180 grados y ponernos en la piel de uno de esos profesionales TIC por unos instantes. ¡Hecho! “Y me pregunto, ¿qué debo buscar en una empresa? ¿En qué me tengo que fijar a la hora de elegir en cuál quiero trabajar los próximos años? Se que tengo talento, que tengo un compromiso innato con la curiosidad, que siento pasión por todo lo que hago. Por ello, sé que no soy fácil de convencer.

Quiero formar parte de un equipo multidisciplinar acostumbrado a trabajar de una forma ágil, con tecnología puntera y en proyectos internacionales, que me permita ampliar mis conocimientos y capacidades para poder terminar cada una de las iniciativas de las que forme parte. Quiero empezar asumiendo una parte de ese reto, pero poder meterme de lleno en el proyecto una vez avance en mi formación. Y hacerlo de una forma diferencial, con la máxima calidad y, por supuesto, con un ambiente flexible y positivo.

Quiero sentirme acompañado, sobre todo los primeros días, las primeras semanas, con compañeros a los que pueda consultar cualquier tipo de duda. No quiero sentir de nuevo eso que viví la primera vez que fui solo al colegio, sin mis padres, que me llenó de vacío y que, de una forma más suave, pero no menos desagradable, he sentido en otras ocasiones en las que me he enfrentado a un nuevo reto como el de comenzar un nuevo trabajo.

Quiero seguir de cerca las tendencias tecnológicas para que aumenten mis ganas de involucrarme, responsabilizarme y mejorar. Y conocer los proyectos e iniciativas de mis compañeros, las novedades corporativas con total transparencia, y poder potenciar mi visión tecnológica o conocer en directo personalidades relevantes e inspiradoras. Quiero tener un plan de carrera pensado exclusivamente para mí que me permita evolucionar profesionalmente. Y quiero que ese plan de carrera se pueda hacer realidad y no quede como en tantas y tantas empresas, ahí apartado, olvidado, imposible de seguir.

Visión colaborativa

Quiero trabajar en una empresa que en su ADN tenga cultura tanto de flexibilidad como de responsabilidad, porque creo que la única forma de crear nuevas experiencias, capaces de cambiar las cosas, parten de una visión colaborativa, libre y eficaz. Una visión en la que se concilian teletrabajo y jornada flexible, en la que se confíe en la autogestión y el reconocimiento.

Porque creo en los formatos remoto e híbrido, en poder trabajar desde la playa, en la montaña y, en ocasiones, ir a la oficina. Con flexibilidad. Flexibilidad y conciliación. Que no se quede en palabras. Flexibilidad horaria y jornadas especiales -de entrada, de salida, de tiempo de comida, y claro, más en los meses de verano o en viernes-. Con programas de apoyo específico para las familias de los empleados, con bolsas de horas no recuperables, mejora en los días de permiso o ayudas directas -también económicas- para las necesidades especiales. Porque el día de mañana tendré una familia. Seguro. Y quiero que mi familia pueda llevar una buena vida.

Quiero sentirme cómodo en el trabajo, que pueda sentir la inspiración para crear experiencias que cambien las cosas. Y tener la posibilidad de contribuir para mejorar el mundo y generar impactos positivos con acciones solidarias y sostenibles, quizá alguna, ¿por qué no?, promovida por mí. Porque creo que es tarea de todos poner nuestro granito de arena para lograr, poco a poco, pero con la ayuda de muchos, eso que tanto se dice pero por lo que tan poco se hace: un mundo mejor. Y yo quiero ayudar también desde mi trabajo, desde mi empresa, porque ambas tienen que ser una parte fundamental de mi vida.

Se que soy una persona con talento, que soy capaz de comprometerme con la curiosidad y sentir pasión por lo que hago. Y que no soy fácil de convencer. No lo he sido nunca, no lo soy y no lo seré. Por eso, tengo que elegir bien dónde trabajar.

¿Es mucho lo que pido? ¿Realmente existe una empresa que cumpla con todos esos requisitos? ¿Existe una empresa para mí?” Sí. Tu sitio es Altia. Y te estamos esperando.