La transformación digital: un futuro marcado por el presente

Tarde o temprano, todas las empresas que quieran ser más productivas y competitivas en el mercado tendrán que aspirar a la digitalización de sus procesos y enfrentarse a desafíos tecnológicos como el Big Data, la inteligencia artificial o la ciberseguridad, que les permitan lograr la verdadera transformación digital. La realidad en el tejido empresarial español es que gran parte de las marcas ya son conscientes de la necesidad de evolucionar hacia lo digital, pero solo el 25% tiene proyectos avanzados que distan de ser meros pilotos. Para lograr el objetivo, en muchos casos falta decisión y valentía. Las organizaciones deben ser conscientes de que la digitalización no es el fin. Es simplemente el medio para lograr ser competitivos, y, con ello, conseguir mejor rentabilidad y experiencias de cliente. No en vano, una vez consolidada, la transición a lo digital actúa como impulsora de ingresos y de crecimiento de los negocios. Vivimos en un mundo cada vez más tecnológico que obliga a las empresas a definir y tener claro su modelo de negocio. En muchos casos, se trata de acometer un cambio radical de estructura, en la que la tecnología pase a tener un papel estratégico central.

En este camino hacia la empresa digital es necesario ejecutar el plan que ya tenemos diseñado sobre el papel, y para ello es fundamental contar con la colaboración del sector privado y de una Administración Pública que favorezca la inversión y posibilite una utilización ágil e innovadora de los fondos europeos. Como resultado, este ecosistema de alianzas entre empresas debe apoyar a la industria a integrar el mundo operacional con las tecnologías de IT.

Tenemos ante nosotros una gran oportunidad de dejar atrás el “analfabetismo digital”. Hay que trabajar en infraestructuras y en modelos de negocio. La cuarta revolución industrial está generando una demanda de millones de nuevos puestos de trabajo para unos perfiles profesionales emergentes determinados. Los que mayor crecimiento van a experimentar en los próximos años son los perfiles relacionados con los datos y la Inteligencia Artificial (IA). Por tanto, retener el talento se antoja un punto clave para afrontar el futuro y conseguir así que España cierre la brecha con respecto a varios países europeos que ya lideran ciertas áreas tecnológicas a nivel mundial. Nos jugamos la supervivencia.