Dejad que los programadores se acerquen al negocio
Hay empresas que han invertido millones de euros en sistemas y aplicaciones que han tardado años en implementarse, quedándose obsoletos nada más ver la luz. Las plataformas de ‘software’ ágiles y el desarrollo ‘low-code’ pueden ser la solución
La relación negocio/tecnología está evolucionando, y los desarrolladores necesitan, entre otras habilidades, ser capaces de transmitir los beneficios de los proyectos tecnológicos de forma clara y fácilmente comprensible, y necesitan colaborar con personas más allá de los límites de la función IT. Afortunadamente, existen herramientas que facilitan esa colaboración y están cambiando el rol de la programación, y del programador, para siempre.
El deseo de cambio
Pero ¿a qué se debe este cambio? En primer lugar, entre las compañías se percibe una desilusión generalizada hacia proyectos de software de gran envergadura, que conllevan enormes inversiones y largos ciclos de desarrollo, ya sea porque requieren meses o años en llegar a buen puerto, o bien porque tardan demasiado en aportar valor. Hay empresas que han invertido millones de euros en sistemas y aplicaciones que han tardado años en implementarse, quedándose obsoletos nada más ver la luz. Clientes inicialmente entusiastas hacia los nuevos desarrollos se encuentran con una inversión que no da los resultados prometidos. Y lo que es peor, es demasiado tarde para enderezar el rumbo del proyecto una vez que el software ya está listo, porque las partes interesadas de la empresa no tuvieron suficiente visibilidad durante el proceso de desarrollo.
Es cierto que la capacidad de entregar proyectos de software de forma más rápida aumenta constantemente. El uso de metodologías de desarrollo ágil, por ejemplo, ha permitido que el software llegue a los usuarios con mayor rapidez al trabajar en ciclos más cortos. Para que un software sea rentable, y tenga un impacto real, no se trata solo de acortar los tiempos de comercialización. Es vital saber responder a las necesidades reales del mercado y para ello, es crucial que el área de negocio sea capaz de expresar lo que necesita y que el desarrollador pueda comunicar cómo va a responder a esa necesidad.
“Programar te obliga a estar en un proceso de aprendizaje continuo, no sólo cambian las tecnologías y frameworks con los que tenemos que trabajar, sino que evolucionan constantemente los requisitos de las empresas y los clientes. Las aplicaciones empresariales capaces de impulsar la transformación digital no son sencillas, requieren integración, alta disponibilidad, robustez y flexibilidad, y los desarrolladores necesitamos ser capaces de cumplir los requisitos planteados por Negocios de una forma más rápida”, afirma Antonio Pozo, Software Engineer de Appian.
Todos tienen que participar
Un desarrollador de software “tradicional” necesita dominar el arte de crear soluciones informáticas mediante un conocimiento profundo de un lenguaje de programación, típicamente Java o .NET. Un desarrollador de software “moderno” también necesita saber cómo funciona el negocio, las últimas regulaciones y normativas de su país, región y sector, o cualquier otro aspecto que pueda condicionar los proyectos. Esto hace que la programación de software sea más compleja y, lejos de ser una carrera en solitario, se ha convertido en un deporte de equipo que requiere las aportaciones de múltiples partes.
¿Cómo conseguir que todas las partes interesadas se comuniquen con un mismo lenguaje que todos entiendan? Precisamente para esto surgen los softwares de automatización low-code. Se trata de un enfoque visual del desarrollo de software. Abstrae y automatiza el ciclo de vida del desarrollo de aplicaciones y reduce la dependencia de la codificación tradicional. Ahora, las herramientas para crear aplicaciones son aún más accesibles para los no desarrolladores que pueden crear aplicaciones de software empresarial de alto impacto.
Nuevas herramientas, nuevas posibilidades
Entonces, ¿se está quedando obsoleto el rol del desarrollador de software? No. El papel del desarrollador no va a desaparecer, aunque evolucionará asumiendo nuevas funciones. Si durante años las áreas IT han sido “silos” aislados, donde equipos de desarrolladores se dedicaban principalmente a un trabajo de carácter táctico para construir soluciones para la empresa, ahora los perfiles más técnicos pueden estar mejor integrados en el resto de la compañía y desempeñar una función más estratégica.
Y, aunque podrán seguir demostrando sus destrezas con soluciones .NET o Java, las plataformas de automatización low-code se convertirán cada vez más en su herramienta de preferencia. Esto hará que la codificación sea más rápida y, sobre todo, colaborativa, lo que es una buena noticia para todos. Según Gartner, el 75% de las grandes empresas utilizarán al menos cuatro herramientas de desarrollo low-code tanto para el desarrollo de aplicaciones informáticas, como para las iniciativas de Citizen Development a finales de 2025. La adopción del low-code está aumentando y la demanda de perfiles capacitados para desarrollar este tipo de software evolucionará con la misma rapidez.
Sumarse a la tendencia
El cambio en el desarrollo de software y la mayor dependencia de las herramientas digitales en muchas empresas contribuyen al auge de la figura del “tecnólogo empresarial”. Esto es significativo porque ahora las decisiones tecnológicas se entenderán mejor durante el proceso de desarrollo, no sólo después de la implantación. Mientras tanto, los desarrolladores se centrarán más en la obtención de resultados empresariales a través de la tecnología, en lugar de estar atascados con la pesada responsabilidad de la ardua codificación línea por línea.
“Lo que más me sorprendió al pasar de un desarrollo tradicional a un desarrollo low-code fue la rapidez y precisión con la que la idea inicial pasa a ser un producto entregable y funcional, que aporta valor desde las primeras etapas de construcción”, afirma Irene Monge, Customer Success Senior Consultant de Appian. “Al desarrollar con plataformas low-code y metodologías ágiles, nuestro rol como profesionales ha evolucionado. Tenemos una visión más global y completa del negocio, más contacto con el cliente y mejor entendimiento de sus necesidades lo que nos permite entregar un producto muy alineado con los requisitos y en un periodo de tiempo mucho más corto”.
Se trata de una colisión, o armonización, entre dos mundos que antes existían en paralelo. Ahora, el procedimiento de desarrollo de aplicaciones cuenta con las sinergias necesarias para dar prioridad a los resultados sin que los aspectos logísticos lo impidan. El low-code implica que el propio código no se interponga en el camino y que toda la empresa pueda entender el proceso e implicarse en la mejora del software y en su adecuación a los objetivos empresariales desde el primer momento. El equipo IT está más integrado con negocio. Ahora que todos hablan el mismo idioma, nada se pierde en la traducción y todos tienen una clara visibilidad del proyecto en cada etapa.
Experimentar con el cambio
Con un cambio tan importante de tendencia, ¿por dónde debe empezar un desarrollador? Un factor fundamental para ver los beneficios de la automatización low-code es experimentarla de primera mano. Algunos se mostrarán escépticos al principio, pero no se trata sólo de un cambio en la codificación; es un cambio en la forma en que la tecnología se relaciona con el resto de la empresa. Este cambio es inevitable: hace años que sabemos de la ineficacia de desarrollar software de forma no colaborativa. Todos los equipos ganan si las aplicaciones llegan al mercado más rápidamente.
Se espera que el desarrollo low-code deje de ser un método de entrega considerado “de nicho” para pasar a ser el enfoque de desarrollo predominante en las empresas. La capacidad de trabajar de esta nueva manera hará que los desarrolladores y los equipos IT ganen relevancia en las funciones clave de la compañía.