Hacia una Internet
descentralizada y más libre

Se imagina una Internet en la que cada usuario fuera el dueño real de sus datos, que gestionaría él mismo y así evitaría también que cayeran en manos de terceros? Pues esta cuasi utopía es la que predica, defiende e intenta llevar a la práctica el Fediverso. Aunque llevaba tiempo gestándose, ha sido la compra de Twitter por Elon Musk la que ha dado un impulso a este tipo de redes descentralizadas y federadas.

Hay que reconocer que el estricto Reglamento General de Protección de Datos, más conocido como RGPD, puesto en marcha desde las instituciones de la Unión Europea, no ha evitado que nuestros datos sigan circulando por doquier, que acaben en manos de las empresas de publicidad, que conozcan hasta el último movimiento que hacemos a golpe de clic.

Este Fediverso se presenta como la tabla de salvación a esos abusos, pero aún quedan muchos interrogantes por contestar. Es cierto que ya contamos con la tecnología necesaria para desarrollar este tipo de internet abierta, pero las principales dudas nos asaltan cuando pensamos en un aspecto tan importante como la moderación de contenidos. Basta recordar que Musk arrasó en la red social del pajarito azul con buena parte de los moderadores de contenidos, que evitan que ese foro se convierta en una auténtica selva.

Los expertos consultados para realizar el reportaje de portada de este número sobre el fediverso coinciden en lanzar varios interrogantes más: ¿Tenemos los usuarios la madurez suficiente para realizar de forma adecuada esta labor de moderación de contenidos? ¿Podemos obviar el esfuerzo e inversión que las grandes compañías han realizado sobre las plataformas para, por ejemplo, moderar mensajes de odio, luchar contra el abuso/acoso o combatir la pornografía infantil? ¿Cómo se puede realizar esta labor en un entorno descentralizado? ¿Debemos exigir lo mismo a un sistema descentralizado en mano de los usuarios como lo hacemos con las grandes plataforma propietarias? Y reconocen que muchas de estas preguntas carecen de respuesta.

Es una pena que este tipo de proyectos de una Internet descentralizada, más libre y abierta, resulten finalmente poco viables en la práctica por el mal comportamiento o los abusos que acaban perpetrando unos cuantos usuarios. Esa actitud obliga a todos los demás a vivir bajo una regulación muchas veces estricta y asfixiante. Estos mismos expertos nos recuerdan como ejemplo lo que sucedió en los inicios de este siglo con las descargas ilegales de archivos compartidos Peer 2 Peer, los famosos Torrents y eMule... Desgraciadamente, algunos de los movimientos en favor de una mayor libertad en la web acaban cercenados por ese tipo de abusos.