¿Cómo serán los centros de datos del futuro?

La transformación digital está en pleno auge, y los centros de datos están en el centro de este cambio. Claramente, la demanda es más grande que nunca: IDC prevé que, para 2025, la generación de datos a nivel global se multiplicará por cinco.

Según la asociación Spain DC, en España se prevén inversiones directas en centros de datos del orden de 6.837 millones hasta 2026. España está viendo nacer y crecer enormes proyectos en todo su territorio, de la mano de actores de la talla de Google, Amazon, Microsoft o IBM, y con un potencial de instalación de 1500 MW de potencia IT, lo que supone multiplicar por 5 la capacidad actual en los próximos 3 años.

Este incremento exponencial de demanda interna, junto con el hecho de que contamos con una posición geopolítica extraordinaria, un gran número de cables submarinos que nos unen con otras regiones del mundo y la mayor red de fibra óptica de Europa, hace que España tenga la oportunidad de convertirse en uno de los principales Hubs digitales de Europa

Pero el escenario no está exento de retos. Teniendo en cuenta que la energía supone el 40% de los costes de explotación en los centros de datos, que son inversiones con una vida media de 20 años y teniendo en cuenta los cambios tecnológicos que puede haber en el sector, el crecimiento de estas infraestructuras debe ir unido a unos ejes fundamentales, entre ellos la sostenibilidad, la eficiencia, la flexibilidad y la resiliencia.

La expansión de los centros de datos debe regirse por un tipo diferente de innovación: la que tiene como núcleo la sostenibilidad. El sector de los centros de datos tiene la responsabilidad de adherirse a prácticas sostenibles y eficientes desde el punto de vista energético. El uso de energía en los centros de datos constituye hoy el 2% del consumo eléctrico mundial, sin embargo.

En la actualidad, sólo el 43% de los proveedores de centros de datos afirman contar con iniciativas estratégicas de sostenibilidad y mejora de la eficiencia, en un momento en el que los clientes lo exigen y las normativas pronto lo requerirán. El Centro de Datos del futuro tendrá que integrarse en toda la estrategia de sostenibilidad de la cadena de suministro, tanto en sentido ascendente como descendente, y adaptarse a ella.

Antes de que una empresa pueda establecer objetivos o integrar la sostenibilidad en su estrategia y operaciones comerciales para hacer frente a esta crisis, debe decidir qué y cómo medir e informar sobre las métricas. Por eso desde Schneider Electric estamos liderando el sector para estandarizar la medición y la notificación de los datos del impacto medioambiental.

Hemos introducido un marco para un enfoque integral de la sostenibilidad medioambiental que incluye mediciones clave y áreas de impacto. Además, ofrecemos servicios de asesoramiento sobre el cambio climático. Actuamos como “médico y farmacéutico” diagnosticando primero sus problemas de sostenibilidad, colaborando en la fijación de objetivos y aportando después la experiencia y la tecnología necesaria para alcanzarlos.

Muy ligada a la sostenibilidad, la eficiencia de los centros de datos deberá empezar a incluir la eficiencia de los recursos humanos, el Capex y el TCO, no solo la de los procesos y el hardware. Al equipar los dispositivos con sensores inteligentes y añadir más servicios digitales y capacidades de monitorización en remoto, los centros de datos podrán impulsar flujos de trabajo más eficientes, incluyendo alertas más rápidas y diagnósticos predictivos más precisos. Esto permitirá tomar decisiones rápidas y, sobre todo y al mismo tiempo, reducir los tiempos de inactividad no planificados.

Al incorporar procesos, softwares, herramientas y recursos que minimizan los riesgos y permitan una respuesta y recuperación rápidas en caso de eventos imprevistos, los centros de datos aumentarán su resiliencia. Las potentes herramientas de monitorización basadas en la IA ofrecen nuevas formas de gestionar de forma remota los activos. Acercar las cargas de trabajo de gran volumen de datos a los usuarios a través de los centros de datos en Edge es un ejemplo de cómo la potencia de cálculo puede descentralizarse para hacer frente a los requisitos fluctuantes del mercado.

La necesidad de velocidad y precisión en estos entornos remotos también requerirá soluciones que ahorren espacio y ofrezcan facilidad de programación y monitorización en remoto. Para hacer frente a estos retos, también se necesitará capacidad de computación, energía y refrigeración en forma de centros de datos modulares.

Las oportunidades actuales para el sector de los centros de datos son muchas y apasionantes, pero me gustaría concluir recalcando dos reflexiones. En primer lugar, el hecho de que la expansión de los centros de datos debe regirse por prácticas sostenibles y energéticamente eficientes.

El sector puede seguir siendo una de las industrias más sostenibles y demandadas, e incluso reducir aún más su huella gracias a toda la tecnología disponible, apuntalando la creación de nuestro sueño colectivo: un mundo neto cero para 2050. Tenemos un papel clave para hacer frente a la actual crisis climática. Sin embargo, y esta es la segunda reflexión, no podemos hacerlo solos.

Establecer un centro de datos con estas características, preparado para el futuro, requiere un ecosistema de colaboradores y partners, trabajando como uno solo para resolver los desafíos e impulsar la innovación, con un mismo propósito: el del desarrollo sostenible.