Cuando la tecnología nos ayuda a mirar bastante más allá de la realidad

La vista del águila o del halcón es entre dos y cuatro veces más aguda que la del ser humano. Así lo dice Alexa cuando le preguntamos y también estamos acostumbrados a que nos lo explique David Attemborough en los documentales de la BBC. Sin embargo, ahora tenemos la posibilidad de modificar en cierto modo las leyes de la naturaleza que nos colocaban en cierta desventaja frente a esas aves rapaces. Gracias a nuestra inteligencia -tantas veces en entredicho por otros motivos que no vienen al caso- estamos desarrollando dispositivos que pueden dar un salto importante en nuestras capacidades visuales.

Dedicamos el tema de portada de este número a las gafas inteligentes que los grandes de la industria tecnológica van lanzando al mercado con múltiples aplicaciones en otros tantos campos: desde la medicina y la enseñanza a las fábricas, el campo de batalla o el entretenimiento. Microsoft, Lenovo, Meta o Google están implicados en una prometedora familia de dispositivos que aprovechan diferentes tecnologías para ampliar nuestro campo de visión. El camino no ha estado exento de dificultades y de proyectos malogrados, como aquellas primeras Google glass a las que dedicamos varios temas en las primeras entregas de esta publicación, que alcanzará en mayo su número 100. Entonces, diez años atrás, problemas técnicos y también de privacidad sobre los posibles usos de la cámara que llevaba incorporada impidieron su lanzamiento. Quizá el desenlace de aquella experiencia, de la que todos los fabricantes han aprendido mucho para estos nuevos desarrollos, hayan provocado cierto sigilo y prudencia en los nuevos lanzamientos.

El campo en el que más posibilidades se están descubriendo es en el de la realidad mixta, que es capaz de combinar la realidad virtual y la realidad aumentada con la real. De esta manera, el técnico encargado de un proceso de producción en una fábrica puede con sus gafas conocer los parámetros de las máquinas que tiene que monitorizar, también advertir de si existe algún problema y solucionarlo con tutoriales y guías que le va mostrando ese dispositivo que lleva sobre la cabeza. Estas gafas de realidad mixta también amplían las posibilidades en el aprendizaje y en el entrenamiento de diferentes disciplinas. En los hospitales, los médicos pueden acceder a todas las pruebas de imagen y analíticas que haya podido efectuar a un paciente mientras están hablando con él.

Como vemos, ahora sí, la industria tecnológica está preparada para amplificar nuestro sentido de la vista y mostrarnos, por ejemplo, hasta cinco pantallas a un mismo tiempo, algo de lo que pueden beneficiarse muchos trabajadores de oficina. Gracias a estas gafas inteligentes, podremos decir, como el replicante de Blade Runner: “He visto cosas que jamás creeríais”.