Comercio autónomo, la revolución digital de las compras empresariales

Vivimos en tiempos en los que la capacidad productiva de la economía mundial sigue aumentando, pero a menudo las empresas no pueden conseguir los bienes que necesitan. Y no todo tiene relación con la pandemia, sino que se trata más bien de una larga lista de problemas.

En 2021 no se pudieron transportar algunos productos con la rapidez suficiente debido a la falta de camioneros. Los encargados de los palés de contenedores tenían que esperar durante días fuera de los puertos hasta poder descargar. Según Korn Ferry, la escasez mundial de este tipo de profesionales puede llegar a suponer para las empresas perder ingresos por 8,5 billones de dólares para 2030.

La escasez de componentes fue otro obstáculo a superar en 2021, según la consultora AlixPartners; sólo en la industria del automóvil, el déficit de semiconductores ha causado pérdidas de 210.000 millones de dólares. Las interrupciones en la cadena de suministro también han empeorado durante la pandemia, aunque ha sido un problema persistente durante años. El Informe Anual sobre la Cadena de Suministro Global de Interos de 2021 estima que suponen un gasto medio para las grandes empresas de 184 millones de dólares al año.

Por si estos retos no fueran lo suficientemente importantes, la mayoría de las empresas también han adoptado iniciativas estratégicas para abordar la sostenibilidad, la responsabilidad social corporativa y la ciberseguridad. Ya no se trata solo de comprar bienes y servicios al precio más bajo posible; ahora las empresas deben asegurarse de que los proveedores se ajustan a estas políticas.

En los últimos 20 años, el consumo ha evolucionado desde una experiencia de venta al por menor, con una selección limitada, al comercio online, que amplía la selección, reduce precios y mejora los niveles de servicio.

Esta transformación, conocida como la revolución del mercado de consumo, surgió de los mercados online, los procesos empresariales y la automatización inteligente. Por tanto, se trata de aplicar estos mismos principios a todos los departamentos, incluyendo el de compras. Durante décadas, se ha pedido a los responsables de esta área que hagan más con menos. Pero en la era de la pandemia, estas peticiones han aumentado aún más, sobre todo cuando las organizaciones del sector privado y público se enfrentan a los desafíos de contratación y retención en todos los niveles del organigrama.

Aportaré un dato que de por sí ya plantea un enorme reto: Más de 450.000 millones de euros en bienes fluyeron a través de nuestras redes en 2021. Estos volúmenes no se pueden abordar en un contexto tan competitivo y cambiante como el actual. La crisis en la disponibilidad de productos y servicios, la escasez de materiales y la fuga de talento están obligando a los líderes empresariales a rediseñar su modelo tradicional de comercio empresarial.

Frente a estos enormes desafíos y a su impacto material es necesaria una forma más conectada, inteligente y eficiente de llevar a cabo el comercio: el Comercio Autónomo. Es un concepto que abre un mundo en el que compradores y proveedores están unidos en una única red global, totalmente acreditados, catalogados y listos para realizar transacciones. Ambos reciben recomendaciones inteligentes que alinean las necesidades del comprador y las capacidades del proveedor sopesando las especificaciones de los productos, el precio, los niveles de servicio, el riesgo, los objetivos de sostenibilidad, etc.

En este nuevo universo, las tareas más repetitivas son ejecutadas de forma autónoma gracias a soluciones inteligentes, y permitiendo a los empleados centrarse en actividades más estratégicas y de valor añadido. Cada transacción es analizada por la Inteligencia Artificial prescribiendo continuamente procesos de negocio que mejoran los tiempos y reducen los costes. Para empresas con operaciones internacionales y millones de proveedores globales, proporciona a los compradores acceso a infinidad de fuentes de suministro que están estrechamente alineadas con sus necesidades específicas. Es tan sencillo como comprar online en casa.

Y es que los compradores necesitan fuentes de suministro más fiables, una mayor selección y precios más bajos. Igual que los proveedores precisan de un flujo continuo de recomendaciones inteligentes que alineen sus capacidades con las necesidades específicas de los compradores con el fin de aumentar sus ingresos y ampliar su negocio. La revolución del comercio autónomo, al igual que la de consumo que la precedió, aporta estas ventajas tanto a los que compran como a los que suministran a los que compran.

Hace tres años establecimos una visión de cómo sería un mundo de Comercio Autónomo para las empresas. Esta visión ya es una nueva realidad que requiere soluciones que estén conectadas en red, sean inteligentes, integrales y escalables. Desde entonces hemos desplegado soluciones que encarnan estos principios. Por ejemplo, la inversión que estamos haciendo en Inteligencia Artificial y aprendizaje automático a través de tecnologías como Digital Mind, que construye el puente entre la analítica (pensamiento) y la automatización (acción). Digital Mind señala qué procesos empresariales y vías de acción son más eficientes y dónde se producen los errores más comunes, aportando recomendaciones para la resolución de problemas. La automatización inteligente es un sello distintivo del Comercio Autónomo.

Todas estas herramientas ayudarán a los equipos de compras a ser más eficientes, al tiempo que identifican y ejecutan nuevas oportunidades para impulsar el ahorro, el control de costes y el impacto del gasto. Las organizaciones que se adaptaron al mercado online han prosperado, mientras que las que no se adaptaron, se quedaron atrás. Afortunadamente para los compradores y proveedores de las empresas, la revolución del Comercio Autónomo acaba de empezar.