Fabricación de maquinaria moderna: cambiar las percepciones para atraer talento

La cadena de suministro global está experimentando cambios importantes. Por un lado, el paso de la fabricación desde lugares con mano de obra de bajo coste hacia una producción distribuida de forma local. Por otro lado, está creciendo la demanda de flexibilidad en la fabricación de productos y se está produciendo una transformación sobre la generación y consumo de energía. En este sentido, la fabricación de maquinaria necesita nuevo talento para hacer frente a las próximas décadas, y por este motivo es fundamental cambiar las percepciones sobre este sector.

Durante mucho tiempo, la fabricación de maquinaria ha buscado conseguir estabilidad y rendimiento. Las plantas de fabricación son inversiones significativas y a largo plazo; el retorno de inversión se conseguía diseñando máquinas que operaran de forma eficiente y fiable, generando flujos de trabajo y configuraciones que consiguieran la tarea en cuestión y mantuvieran la productividad en los años siguientes.

Este enfoque tan rígido contrasta radicalmente con los tipos de ingeniería de sistemas que se han vuelto predominantes en la era del software, caracterizados por la flexibilidad, agilidad, y actualización. Y el mundo empresarial actual se basa en software que pueda ajustarse a este contexto.

Este enfoque de ingeniería de sistemas reactivos y flexibles no se limita a los servicios empresariales basados en la nube. Cualquier persona que dispone de un smartphone está familiarizada con las funciones que se añaden a las aplicaciones que utilizan a diario para que sigan siendo útiles en un entorno tan cambiante como el actual. Del mismo modo, la digitalización está cambiando tanto lo que esperamos como las posibilidades de la fabricación.

El efecto en los consumidores es que los tiempos de entrega, que hace años eran de meses, se están reduciendo a semanas o a días, e incluso se piden resultados adaptados de forma específica. Así mismo, la fabricación de maquinaria también está aprovechando estos avances. La estandarización de la comunicación entre máquinas a través de iniciativas como la Arquitectura Unificada OPC supone que los ingenieros pueden modificar y replantear procesos de fabricación de forma más imaginativa y con escalas de tiempo más cortas. Por ejemplo, ayuda a implantar enfoques de gemelos digitales al diseño o innovaciones de modelado en un entorno virtual que se corresponde con la fábrica física.

Esto también se aplica a cómo interactúan las máquinas con su entorno. Con las iniciativas del internet Industrial de las cosas (IIOT), los fabricantes han cambiado completamente cómo las personas trabajan con máquinas, pasando de utilizar la ‘pulsatería’ y las pantallas de las máquinas a hacerlo de forma mucho más flexible desde la bandeja de entrada del correo electrónico. En el largo plazo, esta evolución llevará hacia los robots colaborativos o cobots, que operan junto a los empleados humanos.

Como podemos observar, todo esto se aleja mucho de la imagen mental que tenemos de la industria, pero poco a poco se está convirtiendo en realidad. En un reciente estudio, IBM reveló que un 73% de los fabricantes están comprometidos con la adopción de la IIOT, un 65% con la inteligencia artificial y un 63% con la realidad aumentada. A corto plazo, la fabricación de maquinaria, al igual que prácticamente todos los sectores, se está convirtiendo en algo mucho más relacionado con los datos que con el metal y el plástico, y podemos hablar de ella como una industria en la que los datos verdaderamente se conectan con el mundo físico.

El primer paso para conseguir las habilidades que necesitamos en la industria sería mostrar la realidad, la naturaleza moderna del trabajo y la tecnología que implica. Pero para hacer de la fabricación de maquinaria un destino atractivo para estudiantes y nuevos profesionales es esencial considerar el propósito de este trabajo. La producción masiva de bienes es, por supuesto, un componente indispensable de las economías y el estilo de vida modernos. Pero para poder mantenerlo hay una meta que la industria debe abordar en los próximos años relacionada con la transición energética.

La fabricación es una fuente significativa de contaminación y de emisiones de gases de efecto invernadero. En EEUU, por ejemplo, la Agencia de Protección Ambiental estima que la industria representa cerca de un cuarto de las emisiones nacionales y en la UE se considera que es responsable de un 21% de las emisiones.

Teniendo en cuenta que el objetivo de EEUU es reducir la contaminación por gases de efecto invernadero en un 50% para 2030 y la UE espera hacerlo en un 55% para esta misma fecha, la adopción de energía renovable es un problema urgente.

Si miramos al futuro, podemos ver que la clave reside más en electrificar procesos que en reducir el uso de combustibles fósiles. La industria debe adaptarse a un mix energético dominado por las renovables, asegurando que realiza el mejor uso de la energía disponible, encuentra eficiencias que ayudan a acelerar la reducción de la generación basada en combustibles fósiles y continúa mejorando a la misma velocidad que evolucionan las necesidades de los clientes.

Al mismo tiempo, es esencial tener siempre presentes las consecuencias ambientales de la industria, explorando tecnologías como la fabricación aditiva con el objetivo de reducir residuos e inversión en materiales.

Liderando el progreso para reducir nuestro impacto ambiental, destacando el potencial para la innovación en la industria y observando cómo los datos van a definir la fabricación en la próxima Industria 5.0, podremos poner el sector -junto al software y la energía renovable- en un lugar donde nuevos profesionales puedan marcar la diferencia durante sus carreras.