Bienvenidos a Enoch

En ‘Outriders’ encontramos acción frenética y rol con un mensaje

ecologista de fondo

La Tierra ha quedado asolada por una serie de desastres naturales que desembocaron en una tormenta eléctrica brutal conocida como Anomalía. El suceso fue de tal magnitud que el 99,997% de la población murió y solo ese 0,003% restante, entre el que afortunadamente nos encontramos, se trasladó a Enoch. Y aquí, en este otro planeta, tampoco podemos decir que estén las cosas como para tirar cohetes. Todo el mundo la ha tomado con nosotros. No hay personaje, a cada cual más siniestro, que no quiera liquidarnos...

Este es el punto de partida de ‘Outriders’, un juego de acción en tercera persona con muchos toques de rol que nos ha enganchado a la pantalla desde el primer momento. Reconocemos que ha sido una sorpresa más que agradable. No importa si no le tienes mucha simpatía al rol. En este caso sorprende y para bien lo fluido que funciona todo, no perdemos demasiado tiempo en los menús de configuración.

Cualquier aficionado a los títulos de acción, ya sea en primera o en tercera persona, debería de probar ‘Outriders’ para sacar sus propias conclusiones. Destacaría la sencillez y la naturalidad con la que vamos descubriendo poco a poco las casi infinitas posibilidades del juego en cuanto a la personalización del personaje, a la mejora continua de sus poderes, habilidades y armas, incluso a la hora de transformar todo aquello que tenemos en nuestras manos...

El juego, en su esencia, tiene un planteamiento sencillo, el de abrirnos paso aniquilando a todo bicho viviente. Lo hacemos con una dinámica que nos recuerda a ‘Gears of War’, tanto por la mecánica de saltar de parapeto en parapeto como por la fisonomía de los enemigos. Para avanzar, disponemos de tres armas distintas que podemos ir alternando, entre un rifle de largo alcance, un arma repetidora y una pistola, esta última con munición infinita. Como vamos recogiendo nuevos artilugios, basta abrir de vez en cuando el menú y comprobar si contamos con alguna nueva que sea más efectiva y animarnos a probarla a ver qué tal funciona.

También contamos con poderes especiales para situaciones de crisis o para alternar el uso de armas y el cuerpo a cuerpo con esas habilidades extraordinarias. Con ellas podemos provocar un pequeño terremoto, paralizar a los enemigos, ralentizar el tiempo, etc. También en este caso desplegaremos un amplio árbol de habilidades en el que poco a poco irán apareciendo los nuevos logros y podremos probarlos. A medida que avanza el juego, también podemos fabricar nuevos objetos, readaptar los que ya tenemos. Para hacerlo y conseguir ayuda en este campo, podemos visitar puntos concretos del vasto mapa...

Otro asunto nada baladí es, al inicio del juego, la elección del perfil para completar ‘Outriders’. Ahí se nos ofrecen cuatro opciones: piromante, ilusionista, tecnomante o destructor. Esta decisión marcará el desarrollo del título, por lo que muchas de las mecánicas y la experiencia en general cambiará de un modo a otro. Podemos concluir que esa posibilidad nos permite rejugar ‘Outriders’ cuatro veces, cada una de ellas eligiendo un modo distinto, por lo que se multiplicarían por cuatro las más de 35 horas que nos puede llevar completarlo en su modo solitario o campaña de un jugador. Quienes opten por el juego online, pueden aquí formar equipos con otros dos jugadores que no necesariamente tendrán que tener la misma consola gracias a la opción de juego cruzado.

Otra característica que no podemos pasar por alto son esos 15 niveles de dificultad por los que podemos progresar, aquí llamados mundos. Estos irán desbloqueándose según avanzamos y de nosotros dependerá subir de escalón o no. Lo mejor es que podemos probar un tiempo y, si no nos sentimos cómodos con la subida, basta pausar el juego y regresar al nivel o mundo anterior. Todo sea por mejorar la jugabilidad y la diversión.

Lo cierto es que nos tiramos bastante tiempo haciendo exactamente lo mismo: acabar con hordas de enemigos que la han tomado con nosotros. Pero como existen tantas opciones de acabar con ellos alternando esas armas con los poderes y esas habilidades especiales, nos podemos pasar horas y horas conectados a él sin descanso. También es de agradecer la inteligencia artificial de los monstruitos a liquidar, que buscarán atajos para pillarnos por sorpresa, hacernos salir de nuestro escondite, reducir la protección de la barricada en la que nos ocultamos... Y de guinda, al final de cada nivel nos tocará enfrentarnos a un jefecillo, para el que habrá que redistribuir muy bien las fuerzas, buscar sus puntos débiles... Como los poderes no se pueden usar continuamente y tienen un tiempo de recuperación, la cosa no se pone fácil.

En cuanto al apartado técnico, está plagado de efectos de sonido ya que cada arma parece sonar diferente. Los escenarios alternan la naturaleza silvestre con pasarelas mecánicas, vehículos abandonados y estructuras metálicas derruidas para dar ese aire de ciencia ficción y mundo apocalíptico. También en ese apartado gráfico destacamos efectos de rayos, fuego y agua muy bien conseguidos.

Hay que decir que el juego está disponible en Xbox Game Pass y que se puede jugar dentro de esa suscripción unas cuantas horas. Para cuando por fin nos decidimos a comprarlo, podemos continuar en el punto en el que nos quedamos y con todos los objetos y mejoras y alcanzadas. Desde nuestro punto de vista, estamos ante uno de esos títulos sorpresa que priman la jugabilidad sobre todo lo demás y que entusiasmará sobre todo a los fans de la acción a raudales.