Para aprovechar los beneficios de la educación digital, los padres deben comprender los riesgos

Esta crisis nos ha obligado a aprender desde casa. Nuestras capacidades han evolucionado tan rápido en el último año, que nada puede impedir que los estudiantes aprendan. Por fin disponemos de las herramientas digitales para hacer posible el aprendizaje desde prácticamente cualquier lugar. Como todos los avances, esto conlleva tanto oportunidades como retos. Muchos se preguntan por el papel que desempeñará la tecnología una vez que vuelva la normalidad anterior a la pandemia. Sabemos que los jóvenes de hoy en día son nativos digitales y que la tecnología es una parte indispensable y natural de sus vidas, lo que también se traduce en la jornada escolar.

Profesionales como Gustavo Fernández Díaz, profesor de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, en Chile, apoyan el creciente uso de la tecnología en las aulas. Díaz nos dijo que "el uso de plataformas tecnológicas en el proceso educativo produce un sentimiento de satisfacción y motivación en el estudiante, que le permite mejorar sus capacidades y le genera un sentimiento de autoconfianza". Las plataformas educativas digitales han demostrado que mantienen a los estudiantes interesados y motivados, al igual que les permiten colaborar y crear. Como nos dijo Rosana Busso, maestra de la Escuela Internacional Collège du Léman (Suiza), "si algo funciona y les hace seguir adelante, hay que explorarlo. Cuanto más juegan, más quieren aprender sobre diferentes temas". Estos beneficios se extenderán más allá de la pandemia.

A medida que la tecnología se convierte en una herramienta educativa (y social) cada vez más frecuente, debemos crear conciencia sobre su uso responsable, tanto dentro como fuera de la escuela. Es por eso que se anima a los padres a asumir la responsabilidad de entender las plataformas que se utilizan, así como a tomar conciencia de las ventajas y desventajas de las mismas. Aunque sigue siendo importante controlar el uso y el tiempo que se pasa en una plataforma, los padres también deberían ocuparse de saber qué información comparten sus hijos y cuán expuestos están en la red.

Incluimos a continuación cinco consejos de seguridad en Internet para los padres. En primer lugar, habla con tus hijos sobre la tecnología que utilizan, obtén información de las plataformas y herramientas que tienen a su disposición y pídeles que las pongan en práctica para comprenderlas mejor. Una conversación continua y abierta entre padres e hijos es quizá el método más importante para fomentar un uso seguro de Internet para los niños hoy en día, de modo que, sea cual sea el problema, ellos sientan que tienen a quien acudir.

En segundo lugar, pregunta a tus hijos si alguna vez se han enfrentado a situaciones incómodas en estas plataformas y habla de forma abierta sobre el ciberacoso y los depredadores en línea. Esto incluye solicitudes de información, como edad, dirección o incluso fotos. Estas solicitudes pueden surgir después de un periodo de acoso, en el que el niño ha mantenido conversaciones prolongadas -y a menudo privadas- con personas desconocidas a las que cree haber llegado a "conocer".

Aquí va el tercero de los consejos: Aborda el tema del ciberacoso hablando con tus hijos sobre conversaciones, imágenes o videos hirientes o de odio que se comparten en línea con la intención de humillar o dañar emocionalmente a otro individuo. Si son víctimas de ciberacoso, tus hijos deben saber que pueden acudir a ti en busca de apoyo y orientación, en lugar de responder directamente al agresor. La cuarta recomendación nos invita a establecer un acuerdo común y reglas básicas sobre qué información se puede o no compartir en una plataforma en línea, por motivos de privacidad y seguridad. Por ejemplo, si se proporciona información privada en un juego o en un sitio web, el niño siempre debe consultar primero a sus padres o a su tutor.

Y aquí el último consejo: Acuerda la cantidad de tiempo de uso diario o semanal de los dispositivos móviles y establece conversaciones periódicas de seguimiento con tu hijo sobre las actividades y herramientas que utiliza. Existen controles parentales sencillos para gestionar las compras y descargas en las tiendas de aplicaciones, como en la App Store de Apple; de esta manera, los padres pueden aprobar o rechazar la solicitud del niño de descargar nuevas aplicaciones y tienen un control total sobre lo que este puede o no puede acceder.

La privacidad y la seguridad son temas de gran importancia hoy en día, ya que cada vez vivimos más en línea. Aunque la mayoría de nosotros no somos expertos en privacidad de datos y ciberseguridad, es importante utilizar la información y las herramientas que tenemos a nuestra disposición para adquirir conocimientos básicos sobre las plataformas digitales que utilizamos a diario, sobre todo nuestros hijos. Hay muchos recursos disponibles en el sitio web Safer Internet Day; además, recomiendo a los educadores de todo el mundo que incluyan este tipo de seguridad en sus planes de estudio.

La digitalización ha acercado el mundo a los estudiantes de todas partes. El aula ya no es solo un lugar físico. Ahora puedes colaborar y aprender junto a compañeros que pueden estar al otro lado del mundo. Gracias a elementos como la gamificación de las clases y el uso de otras herramientas digitales ya conocidas, el aprendizaje vuelve a ser divertido, la información se capta mejor y los maestros logran una mayor participación en clase.

Las plataformas de aprendizaje online han proporcionado al sistema educativo flexibilidad para poder seguir enseñando en tiempos de crisis. No obstante, a medida que avancemos en esa integración debemos tratar de abordar tanto los riesgos como los beneficios. La tecnología no se eliminará de un momento a otro de las aulas una vez que nos hayamos librado del Covid-19. Es nuestro trabajo como padres, tutores y maestros comprender las herramientas digitales que se han integrado de forma tan fluida en nuestras vidas para poder ayudar a nuestros hijos a desarrollar una relación segura y saludable con la tecnología y disfrutar al máximo de sus beneficios educativos.