Los drones y nuestro poder para convertirlos en los nuevos aliados de las organizaciones

España se situaba en el noveno puesto a nivel mundial en cuanto a desarrollo y producción de drones en 2016 y, desde entonces, el uso de esta tecnología no ha hecho otra cosa que aumentar, tanto en nuevos usos donde aplicarla como en la extensión de su empleo. Aunque actualmente la mayoría de estos dispositivos tienen un uso fundamentalmente lúdico, es evidente que durante los próximos años se convertirán en uno de los aliados más importantes de nuestras empresas.

De hecho, el Plan Estratégico de Drones de España ya ha anunciado que se espera que en 2035 haya 400.000 drones destinados al uso profesional. Con toda seguridad, a pesar de las dudas que planteaban al principio, y que para algunos siguen generando, son y serán grandes aliados para muchas organizaciones a las que ya ayudan en misiones de inspección, rescate y mantenimiento de infraestructuras.

Pero tampoco podemos olvidar que, aunque estos dispositivos no son una tecnología nueva, en la actualidad, debido a su diversidad de usos y sus primeros vínculos con la Defensa y la seguridad, aún existe mucho desconocimiento sobre los drones y sus posibilidades en el mundo de las organizaciones. La realidad es que, tras muchos años de evolución y perfeccionamiento, hoy en día disponemos de una gran variedad de drones que, utilizados correctamente, pueden ser de mucha ayuda a empresas, instituciones, o particulares.

Por suerte, ya son muchas las empresas y ramas profesionales, como bomberos o policías, que han incorporado este tipo de tecnologías como una herramienta más de trabajo tanto en tareas de vigilancia como de rescate, ya que son capaces de alcanzar lugares de difícil acceso y transmitir imágenes en alta resolución para la localización de personas y planificación de misiones de rescate.

Y no sólo las relacionadas con defensa. El sector de la agricultura ya emplea drones para el estudio de los cultivos y su protección y cuidado, además de la reforestación en zonas poco accesibles; los drones ayudan a vigilar las costas y estudiar movimientos de bancos de peces y contaminación e incluso ya se está estudiando la posibilidad de emplear drones en logística para automatizar las líneas de suministro, creando un sistema más fiable, rápido y seguro.

Ante este auge imparable, resulta evidente que el futuro de los drones en el mundo corporativo puede ser brillante. Hace tan solo unas semanas, pudimos ver el espectáculo de luces con drones organizado por el Gobierno de Irlanda para celebrar el Día de San Patricio, algo que, además de ser especialmente innovador para los espectadores, permitió reducir el impacto climático y sonoro de los fuegos artificiales. Asimismo, en China es habitual asistir a espectáculos de coreografías de drones, incluso a la creación de códigos QR en el aire para que los asistentes se descarguen programas y aplicaciones en sus móviles mientras ven ese baile de objetos volando.

También destaca el uso que se está dando en diferentes ciudades, como Madrid, donde fueron empleados de nuevo en Semana Santa para ayudar a vigilar y controlar las normas de confinamiento o de restricción de la movilidad a causa de la pandemia. De igual manera, algunas de las empresas de servicios, retail, mensajería o grandes tecnológicas que ya han empezado a aprovechar el potencial de los drones son Amazon, Domino's, Google, UPS o Walmart, compañías que llevan años invirtiendo en perfeccionar el uso de esta tecnología para poder crear una infraestructura de entregas por tierra, mar y también por aire.

En este sentido, el tamaño de los drones, su versatilidad y su gran movilidad han jugado un papel clave para convertirlos en herramientas perfectas para, por ejemplo, acceder a zonas recónditas que habitualmente son inaccesibles.

Por eso, muchas empresas han incorporado estos dispositivos para el cuidado de sus infraestructuras o para poder tener un pulso más fiable y continuo de sus instalaciones, algo que, a su vez, ayuda a reducir multitud de costes de mantenimiento, ya que la versatilidad de estas herramientas permite que incorporen altavoces, micrófonos, sensores o cámaras, entre otras funcionalidades. Durante los primeros meses de la pandemia, pudimos ver cómo la Unidad Militar de Emergencias (UME) alteró el propósito de los drones empleados en la agricultura para el riego para poder utilizarlos para desinfectar grandes extensiones y áreas urbanas.

Esto demuestra una vez más que el uso de drones es muy diverso y que su adaptabilidad a cualquier situación es una de las principales claves de esta tecnología. Su versatilidad es considerable. Un mismo dron, con pequeñas alteraciones, puede encargarse de velar por la seguridad y mantenimiento de torres de perforación de petróleo en alta mar y de analizar y resaltar los tramos de carreteras más dañadas para poder repararlas lo antes posible. Incluso las empresas aseguradoras están empezando a emplear drones en sus análisis para poder valorar mejor los daños de diferentes siniestros y accidentes, lo que repercute en la fiabilidad de sus peritajes, su rapidez, efectividad y en los ajustes de las primas para todo el sector.

En definitiva, los drones se han convertido en una herramienta clave para las empresas, instituciones y gobiernos que se han sabido valer de ellos para ser más productivos, competitivos y eficientes. Pero aún queda mucho por aprender de todas sus posibles aplicaciones.

Es necesario seguir investigando y mejorando esta tecnología existente ya que es evidente que, en lo que respecta al uso de drones, nuestra imaginación es el límite, por lo que es seguro que en los próximos años veremos ideas brillantes en torno a sus posibles aplicaciones.