El nuevo negocio de las redes privadas de 5G

La evolución de las redes móviles se ha centrado, hasta ahora, en incrementar la conectividad entre personas. Con la llegada del 5G, que permite mayor velocidad, más dispositivos conectados y menor latencia, la gran oportunidad está en conectar máquinas.

Los nuevos servicios previstos con 5G demandan poder utilizar diferentes modelos de red que se adapten a los distintos escenarios. Por ejemplo, una industria puede requerir una red con unas características específicas de seguridad, mientras otra necesita conectar miles de sensores. Ahí es donde aparece el concepto de redes privadas y su configuración a medida.

El cambio de paradigma respecto a los modelos de red anteriores es la capacidad de establecer diferentes niveles de servicio, por ejemplo que durante unos días o meses sea una red mucho más rápida que en otro período en el que no hay las mismas necesidades.

Estos requerimientos no podrían alcanzarse con una red pública convencional, porque los usuarios compiten por los mismos recursos y no hay organización, por lo tanto la experiencia es irregular. En cambio, a través del 5G se puede acotar un perímetro para dedicar unos recursos exclusivos y conseguir el nivel de servicio esperado. Pensemos, por ejemplo, en un parque industrial que ofrezca una red privada adaptada a las necesidades de las empresas a través de subredes.

En resumen, las redes privadas dan solución a las necesidades del negocio. Con una previsión de crecimiento superior al 50% anual, los primeros sectores en los que serán determinantes son la logística, la energía, la minería y los servicios públicos.

Soluciones seguras, a medida

Para poder conectar máquinas entre sí y que se hablen entre ellas, hay que hacerlo de forma completamente segura. Una brecha de seguridad de las comunicaciones entre personas puede tener un impacto muy grande, pero en usos industriales es todavía mayor.

Otro reto es el de la especificidad: puede haber casos que requieran de muchísima velocidad para poder transmitir información y sea necesaria una infraestructura específica. En otros puede ser más importante conectar millones de dispositivos, por ejemplo en un almacén, para poder hacer seguimiento de paquetes de una empresa logística.

Pensemos, también, en una plataforma industrial, como una petrolera, en la que el personal cualificado sea asistido en remoto a través de un dispositivo móvil para saber qué hacer en tiempo real. En este caso, como en el de una cirugía a distancia, además de la velocidad, para sincronizarlo todo sería imprescindible una latencia muy baja, es decir, sin retrasos.

Una oportunidad para adelantar a la competencia

La aplicación de la tecnología busca que los procesos para competir sean más eficientes y productivos. Es la obligación de la empresa. Y, al encontrarse las redes privadas en una fase inicial, hay una gran oportunidad para posicionarse como una empresa líder en innovación que moderniza los procesos productivos.

También son habilitadoras de nuevos negocios como la realidad virtual o aumentada y dan más valor al servicio actual. Si se retrasa su aplicación, en poco tiempo tendrá que incorporarse con urgencia como un movimiento defensivo. Además, los fondos europeos prevén apoyar este tipo de tecnología para potenciar la cadena de valor en el ámbito industrial. Por lo tanto, es el momento de tomar la iniciativa y aprovechar un entorno favorable.

El reto para los operadores

Para entender el funcionamiento de las redes privadas imaginemos una red de telecomunicaciones a nivel nacional, pero en un perímetro acotado y con diferentes roles para poder gestionar esta microred. Por lo tanto, es necesario un software de gestión que permita reservar recursos para cada caso concreto. Quién gestiona y administra los recursos es una parte del debate.

En una red estándar los recursos son compartidos entre todos y los administra el operador de telecomunicaciones. Pero cuando hablamos de redes privadas el escenario puede variar porque, en función de lo que le pidan sus clientes, puede haber modelos en los que una gran corporación construya su propia red específica y tenga el control total sobre ella.

Reparto del espectro radioeléctrico

Los operadores también están pendientes del reparto del espectro, por si son los únicos que pueden ofrecer este tipo de redes o entran nuevos competidores. En todo caso, deben asegurar que tienen un papel fundamental en este mercado y no se quedan solo como un proveedor de infraestructura.

Para ofrecer una propuesta de valor deben identificar usos y plantear su estrategia comercial, orientando su capacidad de ejecución e inversión para aprovechar el retorno al máximo. Por último, para dominar la tecnología, han de disponer de un ecosistema de colaboradores para dar respuesta a soluciones técnicas muy específicas. El conjunto de retos asociado a las redes privadas es extenso, pero también las oportunidades, y el futuro se está escribiendo ahora.