Europa se tiene que poner las pilas

En el contexto actual, los gobiernos de todos los países están aprovechando la oportunidad de reconstruir sus economías introduciendo medidas a favor de la sostenibilidad que no solo estimulen el crecimiento económico, sino también sus políticas medioambientales. En España, como parte del Pacto Verde Europeo, Pedro Sánchez destinará 72.000 millones de euros al desarrollo verde y digital, con potencial para crear 350.000 puestos de trabajo.

En la última década Europa ha fomentado el crecimiento del parque de vehículos eléctricos (EV). El mes pasado, por ejemplo, Endesa anunció una inversión de 25.000 millones de euros en energía verde, proyectando la instalación de casi 600.000 puntos de recarga eléctrica para 2030. Pero para que la descarbonización de Europa sea realmente relevante, debemos mirar más allá de las aplicaciones orientadas al usuario final. Si el sector industrial representa más del 20% del PIB de España, y el 22% en la Unión Europea (Banco Mundial 2019), ¿por qué no está entre las primeras en la lista de prioridades para reducir las emisiones de carbono?

A menudo, los vehículos industriales eléctricos (EIV), que incluyen carretillas elevadoras, vehículos de guiado automático, locomotoras y transporte marítimo, no se tienen en cuenta para reducir las emisiones. Sin embargo, electrificar el sector industrial es vital para que Europa cumpla sus objetivos energéticos. No solo eso, sino que, como área poco desarrollada en innovación, Europa tiene la oportunidad única de competir en un escenario global donde otros países nos están ganando la partida.

La Unión Europea ha de invertir en investigación e innovación disruptivas y ambiciosas que guíen al continente hacia un futuro más verde y resiliente, potenciando los paquetes de ayuda estatal como el Proyecto Importante de Interés Común Europeo (IPCEI). Empresas de almacenamiento de energía como la nuestra han manifestado su interés en participar en IPCEI-II, demostrando que existe un caldo de cultivo para este tipo de iniciativas. El almacenamiento de energía basado en baterías de ion litio es un área clave en Europa para competir de manera medioambientalmente responsable con gigantes globales como Asia y América del Norte.

Solo el 20% de la energía que se consume actualmente en la industria es de origen eléctrico, aunque se estima que con las tecnologías actualmente disponibles podría ampliarse esta cifra hasta aproximadamente el 50%. El pool colectivo de recursos naturales de Europa -España tiene la segunda mina de litio más grande de Europa- junto al desarrollo de organismos de investigación y desarrollo punteros, deberían ser clave para desbloquear este potencial.

El mercado mundial de baterías de ion de litio ha experimentado un crecimiento exponencial en los últimos años, principalmente debido al desarrollo del mercado de vehículos eléctricos, y según Data Bridge Market Research se espera que la demanda en este segmento continúe creciendo a una tasa anual del 15,70% en el período 2020 a 2027, debido a la creciente viabilidad comercial de las baterías de ion litio ya que la producción en masa ha aumentado, optimizando los costes.

La experiencia de Sunlight en el sector industrial en Europa indica que podemos esperar un aumento similar en el mercado de EIV. La tendencia es creciente en el uso de baterías de ion de litio para vehículos industriales eléctricos más pequeños, ya que reducen el mantenimiento, duran más y son más limpias.

Los recientes desarrollos tecnológicos en ion litio han mejorado considerablemente la eficiencia de las baterías, lo que equivale a una reducción significativa en el coste total anual de propiedad. Europa ya está impulsando la innovación en las baterías "inteligentes" que pueden repararse de forma remota, lo que demuestra que es más que capaz de asumir un papel de liderazgo en innovación.

Muchas empresas europeas miran hacia Asia, tradicionalmente líder del mercado en la fabricación de baterías, para buscar tecnología de almacenamiento de energía. Pero las recientes inversiones de la UE en innovación, que en empresas como Sunlight esperamos aprovechar, muestran que no vamos a necesitar mirar más allá de nuestras fronteras para disponer de la última tecnología.

Si bien el ion litio seguirá siendo dominante en el sector industrial durante los próximos años, en el horizonte cercano están las células de hidrógeno, con enormes ventajas para cubrir las necesidades energéticas del mercado.

Para aplicaciones de elevada exigencia como camionetas, camiones, trenes, barcos y aviones, las células de hidrógeno representan una oportunidad interesante. Aunque todavía en las primeras etapas de desarrollo, ya hay grandes avances, y el principal escollo es que los costes de producción siguen siendo muy altos. Sin embargo, dado el impulso que los centros de I+D como el nuestro están dando a las baterías de células de hidrógeno, esto cambiará en un futuro muy cercano. En Sunlight hemos creado un nuevo departamento dedicado a investigar nuevas tecnologías con especial énfasis en el hidrógeno.

Europa tiene la oportunidad de marcar la diferencia con tecnología de última generación y estar a la cabeza de la innovación reduciendo significativamente las emisiones globales. Las inversiones que se acometan ahora harán que el sector de las baterías innove a un ritmo más rápido que nunca, situando a Europa en una posición privilegiada para dominar el sector de las baterías industriales. Las empresas privadas debemos aprovechar esta oportunidad, apostando por la energía verde y la innovación, lo que requiere visión y compromiso con las inversiones necesarias.

Europa debe tener la visión de valorar esta oportunidad de sentarse en la mesa mundial de la innovación tecnológica como líderes globales en tecnología libre de carbono.