Más allá de la Cuarta Revolución Industrial

La Cuarta Revolución Industrial, también conocida como industria 4.0 es un concepto que nació hace menos de una década y que está cambiando la forma en que los mercados y entornos operan. Las empresas del sector de fabricación, como la nuestra, se enfrentan en esta nueva etapa a una transformación importante con un doble reto: el de incorporar las nuevas tecnologías tanto a los productos que ofrecen, como a su propia estructura organizativa y productiva, digitalizando las áreas claves del negocio. Esta evolución ha permitido que todo tipo de industrias en sectores diversos e incluso en servicios puedan, a través de nuevas estrategias, ser más operativos y competitivos.

Como proveedores de los principales sectores de la industria, desde Grupo Correa hace años que empezamos a andar este camino para situarnos en la vanguardia de nuestro sector, implementado tecnologías avanzadas en nuestros procesos. El 4.0, además, nos permite ofrecer a nuestros clientes máquinas altamente digitalizadas y conectadas, incrementando así el valor añadido de nuestro producto al dotarlo de la capacidad de recogida de diferentes datos que, posteriormente, nos permitirán analizar su comportamiento, adelantarnos a los errores y adaptar y mejorar los procesos que se realizan de manera repetitiva.

Todos los actores implicados debemos apostar por la digitalización como elemento transformador, no solo de nuestras empresas, sino del sector de la fabricación en general. Esta etapa del llamado 4.0, nos está permitiendo redefinir y transformar nuestro modelo con objetivos de futuro que, junto con la transición ecológica de la industria permitirán el desarrollo y permanencia del sector manufacturero en nuestro país, compuesto no solo por las grandes empresas, sino también por pymes, que conforman el gran tejido industrial de nuestro entorno. No podemos conocer qué pasará a ciencia exacta, pero no cabe duda que el futuro de la industria es inteligente, y que, para ser más competitivas en productos, costes y en mercados, las empresas deben abordar una serie de retos estratégicos aprovechando de manera eficiente las posibilidades que ofrecen las tecnologías mencionadas, apostando por la formación de sus plantillas y generando así un ecosistema de trabajadores altamente cualificados en estas tecnologías, que permitirán optimizar sus procesos y operaciones a través de ellas.