Impacto del Covid-19 en los servicios de almacenamiento para vídeo en ‘streaming’

Durante los últimos años, la forma en la que consumimos medios de comunicación ha cambiado de forma considerable y la demanda, por parte de los usuarios, se ha desplazado hacia los servicios “OTT”. Además de la televisión tradicional, ahora contamos con un número elevado de plataformas de vídeo en streaming y una oferta ilimitada de contenidos, ya sea a través de Netflix, de HBO, de Prime Vídeo, de Disney+, Dazn, Rakuten, etc. El número de plataformas crece y crece. Todo ello ha provocado que los espectadores demanden una interfaz de usuario fluida con capacidad para pausar y alternar entre programas.

Aunque las capacidades de la nube han ayudado en esta transición, el cambio al Cloud DVR supone un gran reto para los proveedores de servicios, ya que el número de títulos que ofrecen es cada vez mayor así como la cantidad de usuarios. De hecho, Cisco prevé que el tráfico IP global alcance los 4ZBs en 2022, siendo el 82% de ellos vídeo. Y para ese mismo año, se estima que el tráfico en horas punta crecerá a una tasa anual del 37%, hasta cinco veces más que el consumo que se registró en 2018.

Actualmente, existen soluciones para garantizar la calidad de servicio que los consumidores demandan, desde el end-point hasta el edge, pero es un gran obstáculo que todas las compañías deben afrontar.

La crisis sanitaria y el hecho de que millones de personas hayan tenido que permanecer en sus casas muchos meses, ha supuesto un incremento sustancial del consumo de vídeo bajo demanda (VOD), de programas grabados y de la función de grabación/pausa mientras los usuarios veían la televisión en directo.

Lo que ha provocado que algunas plataformas de streaming tuvieran que reducir la calidad del vídeo durante los meses más álgidos de la pandemia para poder así reducir la presión sobre los proveedores de banda ancha y las peticiones de organismos europeos.

Ante esta situación, muchos proveedores de contenido de pago ofrecen a sus abonados ‘paquetes’ en los que se incluye la posibilidad de poner en pausa la televisión en directo y grabar programas. Para poder implantar este servicio es necesario habilitar un dispositivo de almacenamiento en los descodificadores locales (DVR Local) o en la nube (Cloud DVR).

Antiguamente, los usuarios almacenaban los contenidos en los DVR locales y, una vez que se grababa un programa, todas las acciones como la pausa, el rebobinado y el avance rápido, eran sencillas con mínimos cuellos de botella. Sin embargo, a medida que el DVR se ha ido trasladando a la nube y han aparecido más servicios de streaming, la red se ha ido estrechando y ha aumentado la presión sobre ella.

Con la cantidad de contenidos que se graban actualmente en la nube, la red se convierte en un cuello de botella común para todos. El almacenamiento debe equilibrarse entre el edge (red doméstica) y la red (por donde se distribuye el contenido) para conseguir una mejor experiencia de usuario y un coste total de propiedad (TCO) mejor.

Una “tormenta de pausas” (Pause-stormimpact)se produce cuando un gran número de espectadores pasa de ver la televisión en directo (flujo multidifusión) a ver vídeo en diferido (flujo unidifusión).Por ejemplo, en un gran evento deportivo. En un escenario de DVR local, no tendría ningún impacto en la red, ya que el vídeo en diferido se reproduce desde el búfer local de la unidad de disco duro (HDD). Sin embargo, en un escenario de DVR en la nube, dado que no existe un búfer local, una “tormenta de pausas” creará un gran pico en la carga de la red.

La demanda de consumo de contenidos no se va a estancar y con el paso del tiempo será cada vez más elevada y se crearán mayor número de títulos con resoluciones más altas (4K/8K). Además de que los hábitos o necesidades de los usuarios serán cada vez más sofisticados. ¿Qué supone este fenómeno? Una mayor necesidad de almacenamiento y ancho de banda. Los proveedores de servicios de vídeo deberán tener en cuenta esta situación y ser conscientes de ello a la hora de desplegar sus soluciones de DVR, ya que la baja latencia es crucial para la experiencia del cliente.

Unas nuevas exigencias que hacen que muchos operadores se replanteen sus procesos, ya que si se deja espacio de almacenamiento en el STB se reduce el coste total de propiedad (TCO), al tiempo que mejora la experiencia del usuario. De este modo, los espectadores no experimentan latencia, y los operadores pueden reducir los picos de demanda durante el aumento de la visualización en diferido.

Aunque hablemos de ZBs de contenido que se generan, almacenan y mueven en la nube, añadir sólo 32GB o 64GB de almacenamiento local en los dispositivos STB contribuye en gran medida a garantizar la calidad del servicio. Un STB mejorado servirá como una función Time-shift buffer (TSB) y como un suplemento para el Cloud DVR. Para incrementar la longevidad del STB se necesita una solución de almacenamiento local de alta resistencia, que soporte grandes cargas de trabajo diarias y que tenga un acceso en remoto para realizar diagnósticos de red y comprobaciones de estado periódicamente.

Tanto si se trata de un STB tradicional como de un STB basado en Android que combina servicios de televisión de pago con servicios OTT, el almacenamiento local es una solución necesaria para ampliar o extender la red al hogar y proporcionar una experiencia de Cloud DVR sin problemas. El almacenamiento de dispositivo en el edge es importante para mantener el flujo de ingresos de los abonados a la televisión de pago y una ventaja competitiva dentro del mercado.